Un hombre de 36 años identificado como A.M.E. fue condenado a 12 años de prisión por abusos sexuales contra menores de su círculo familiar, incluida su propia hija. La sentencia se dictó tras un juicio abreviado celebrado en la Cámara 2° Secretaría 3, donde el acusado admitió todos los hechos imputados.
"Después de dos horas se llegó a un acuerdo entre la defensa y la fiscalía. El acusado asumió todos los hechos que se le imputaban y recibió una condena de 12 años de prisión", explicó a PERFIL CÓRDOBA la abogada Fernanda Alaniz, quien representa a tres de las cinco víctimas.
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La letrada señaló un detalle que evidencia la crueldad del caso: "Lo triste es que hoy, lamentablemente, era el cumpleaños de su hija, una de las personas de las que abusó y en ningún momento mostró arrepentimiento ni pidió perdón".
Un patrón de abusos de más de una década
Los hechos se desarrollaron entre 2013 y 2025 en la ciudad de Córdoba. El fiscal de Instrucción de Delitos contra la Integridad Sexual, Juan Ávila Echenique, había ordenado la prisión preventiva del acusado, quien se desempeñaba como chofer de una aplicación de transporte, aunque los delitos no estuvieron vinculados con su actividad laboral.
Alaniz había calificado al hombre como "un depredador" y "violador serial" durante las investigaciones. "Durante los últimos 12 años se cometieron abusos contra niños. Los abusos se cometieron en víctimas de entre 7 y 14 años", detalló en declaraciones anteriores a los medios.
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El caso salió a la luz cuando la hija del acusado, de 15 años, se animó a contar a su madre los abusos que sufría. "Mi hija tenía que rendir materias en febrero de 2025 y me dijo que no se podía concentrar. Yo no entendía qué le pasaba y ahí fue que me contó que el padre la abusaba", relató la madre de la adolescente.
Uno de los aspectos más dramáticos del caso es que la hija del condenado soportó los abusos durante un año en el marco del régimen comunicacional "a modo de prevención de que no abusara de su hermano".
"Ella temía que, si no iba a la casa de su papá, la próxima víctima fuera su hermano. En su ausencia, el depredador fuera en contra del otro niño, que es menor aún que ella", había explicado Alaniz durante la investigación.
Una condena que no repara el daño
Pese a la condena, Alaniz expresó su preocupación por las secuelas irreversibles en las víctimas: "No es una condena sanadora, no es reparadora para nada porque el daño que ha hecho es irreversible y va a acompañar a las víctimas de por vida".
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Los fundamentos de la sentencia se conocerán la próxima semana, mientras continúan las investigaciones sobre otros posibles casos vinculados al condenado.
El Ministerio Público Fiscal había imputado a A.M.E. por los delitos de "abuso sexual calificado y promoción a la corrupción agravada", cargos que finalmente fueron admitidos en su totalidad durante el acuerdo judicial.
Alaniz advirtió que existen casos adicionales en proceso. "En la cuarta investigación ya está imputado y está en etapa penal preparatoria previo a la elevación de juicio. Y la quinta acusación está en investigación", precisó. La quinta acusación involucra "un familiar directo de él", dijo la abogada.