Jorge Luis Borges descansando a sólo unos metros de Eva Perón en el Cementerio de la Recoleta. La primicia de PERFIL del domingo pasado sobre la intención del oficialismo de repatriar los restos del gran escritor, un opositor irreductible del peronismo, armó un revuelo que descubrió a cada uno de los protagonistas de esta trama y trascendió rápidamente las fronteras de nuestro país.
La última esposa de Borges, María Kodama, heredera universal del difunto, salió rápidamente a expresar su rechazo al proyecto de ley que prepara el peronismo para repatriar los restos del cementerio del barrio de Plainpalais, en Ginebra, a la bóveda familiar, en la Recoleta.
“Borges se fue a vivir a Suiza y quiso ser ciudadano suizo. Soy la única que puede decidir sobre Borges. El poder simbólico es el de la obra, no el del cuerpo de Borges”, dijo Kodama al diario español El País.
Kodama lanzó sus dardos contra Alejandro Vaccaro, biógrafo de su marido, titular de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) y uno de los impulsores del proyecto.
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* Editor en jefe del diario Perfil.