DEPORTES
Cincuentenario

A 50 años del Huracán campeón del 73: una obra de autor para mirar y admirar

Hace medio siglo, el club del Parque Patricios, comandado por César Luis Menotti se consagraba en el Campeonato Metropolitano, en su primer título en la era profesional del fútbol argentino.

Huracán campeón de 1973 20230915
Huracán campeón de 1973. | CEDOC

Era Parque Patricios, o la ciudad de Buenos Aires, o la extensión territorial criolla, argentinísima,de un registro con marca de fábrica. Tac, tac. En otro siglo –este—, y desde la misma camiseta, se lo rescató fugazmente como “tiki-tiki”. Siempre Huracán. Barrio, urbe, país. Raíces entrañables.

Cincuenta años pasaron desde la consagración del Globo en el Campeonato Metropolitano de 1973. Aquel Huracán integra una reducida nómina de equipos- emblema del fútbol argentino. Es curioso que remitan al Huracán campeón quienes acopian decenas de almanaques y, de oídas, quienes no habían nacido cuando el Loco René Orlando Houseman vindicaba el potrero, el Inglés Carlos Babington se calzaba el frac, Miguel Brindisi llevaba la batuta y Roque Avallay, el gran Roque, inflaba las redes.

Aun con estos monstruos, el goleador de esa campaña, con 15, fue Omar Rubén Larrosa, volante o delantero según la dinámica de una acción. Todavía se estilaba nombrar a cinco jugadores como línea ofensiva, del 7 al 11. En este caso, Houseman, Brindisi, Avallay, Babington y Larrosa.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Houseman: "El equipo del '73 fue el mejor de la historia"

La sinfónica embelesaba a través del estilo desplegado en modo vidriera iluminada por los intérpretes (tal como se los identificaba) que dirigía un entrenador de 34 años que hablaba de “convicciones” y que, ya desde antes de desembarcar con sus vientos de cambio en la Selección argentina –hito fundacional de la modernidad albiceleste--,buscaba “volver a las fuentes” de nuestro fútbol: César Luis Menotti.

El Flaco intentaría que el seleccionado que piloteó a partir de 1974 y se coronó en el Mundial 78 fuera conocido como “el equipo de todos”. Algo así como lo que han logrado medio siglo más tarde, sin declamaciones, Lionel Scaloni y sus poderosas huestes encabezadas por Lionel Messi.En el 73, a Huracán lo iban a ver hinchas de otros equipos, como había ocurrido, por citar un caso indeleble, con el Chacarita Juniors Campeón Metropolitano de 1969.

El Huracán de Menotti era una obra de autor para mirar y admirar. Había que ir a la cancha para degustarlo. Sólo se televisaba en directo, por el viejo Canal 7, el partido adelantado de los viernes, que no figuraba entre los principales de la jornada. El encuentro sobresaliente era emitido en diferido los domingos por la noche. No había programas que mostraran los goles de la fecha, a excepción de difusas imágenes caseras en los noticieros de los lunes. Época de tevé en blanco y negro sin mayor artificio que el juego de la redonda. Nada de parafernalia mediática (palabra que por entonces no se usaba): si había show, era por los destellos de los protagonistas en el césped. No todos los equipos podían brillar. La dicotomía entre “el espectáculo” y “el resultado” monopolizaba los debates.

Menotti a la Selección: la mejor noticia para el fútbol argentino

A Huracán lo disfrutaban desde Oscar 'Ringo' Bonavena, conspicuo fanático, hasta el aficionado de a pie sin distinción de casacas. Cuando el Globo ejecutó su función cumbre, un florido 5 a 0 contra Central en Rosario, todo el estadio premió con aplausos la exhibición. Según contaron por años los que estuvieron, o los que decían haber estado, nunca se había visto un concierto semejante de belleza y eficacia, consumadoante un rival que en el Nacional, siguiente torneo del año, daría la vuelta olímpica.

Héctor Roganti era el arquero. Nelson Pedro Chabay y Jorge Carrascosa, los marcadores de punta. Daniel Buglione y Alfio Basile, los centrales. En el medio deslumbraban Miguel Ángel Brindisi y Carlos Alberto Babington, respaldados por un centrocampista metedor y criterioso como Francisco Faustino Russo (apodado Fatiga), quien aportaba el equilibrio necesario. Adelante, René Orlando Houseman hacía estragos y tiraba magia. Roque Avallay abría surcos y se consolidada como uno de los cuatro nueves de referencia (póquer de ases con el Ratón Rubén Ayala, el Puma Carlos Morete y el cordobés Hugo Curioni). Y Omar Larrosa llegaba al fondo, se recostaba atrás y por si fuera poco, convertía seguido.

El uruguayo Nelson Chabay y el Coco Basile habían integrado otro equipo legendario: el Racing Club campeón local, de América e Intercontinental de 1966/67, orientado por Juan José Pizzuti. Buglione era “de la casa” y el Lobo Carrascosa, un relojito, había llegado desde Rosario Central. Del medio en adelante, Huracán pincelaba festivales.

La confesión de Ángel Cappa: "Yo siempre fui un entrenador del..."

Leyes era el arquero suplente y redondeaban el plantel Cantú, Fanesi, Roma, Leone, Ríos, Quiroga, Scalise y Del Valle, a quienes se sumaban Tello, Tolisano, Kerikian y Ceballos.

Sabía Menotti que su Huracán estaba listo para dar el salto. Y así lo retrataba en plena recta final del Metro: “Me hice cargo de Huracán allá por mayo del 71. El equipo iba último. Hoy, septiembre del 73, es el puntero del campeonato. El camino recorrido me da una enorme alegría y me crea una enorme responsabilidad. La alegría es haber logrado con un grupo de jugadores que se hagan realidad mis convicciones futbolísticas, no en forma impuesta sino compartida por todos ellos. La responsabilidad es sentir que esta gente de Huracán, tan sufrida, tan fiel a sus colores, no puede vivir otra decepción después de cuarenta años de espera”.

El DT comentaba sobre la llegada de Houseman: “Lo había visto a este pibe en Defensores de Belgrano, me gustaba pero le tenía miedo. En una de esas era medio lotería. De esos pibes que hacen una genialidad y al rato chocan contra una pared. Lo veía como un diamante en bruto, al que había que pulir. Pero debutó en Huracán cuando estábamos en Mar del Plata, jugando un amistoso contra Kimberley, y se me fue el miedo: ese pibe no necesitaba adaptación porque sabía todo”.

CFK confundió la cancha de Huracán con la de Racing y dijo que "doméstico" viene de "domesticar"

La primera rueda de Huracán fue avasallante. Goleó a Argentinos (6-1), a Atlanta (5-2), a Racing (5-0), a Central (5-0) y a Ferro (5-2). Pero también se impuso como visitante a Newell’s, Colón, Vélez e Independiente. Perdió el invicto en la novena fecha frente a River, la tarde en que Hugo Perico Pérez le atajó dos penales a Brindisi en el Monumental. Pero a esa altura nada podía detener el envión. Se comenzaba a hablar de “fútbol total”, expresión que un año después cobraría envergadura universal gracias a la Naranja Mecánica holandesa de Johann Cruyff y compañía.

¿Secretos? Ningún rebusque. La revista El Gráfico lo resumió en un título que describía el candor de un grupo de futbolistas y un director técnico llamados a hacer historia: “Jugar bien, ser amigos, creer en las cábalas”.

“Le vi hacer cosas que no le vi a Maradona”, relató muchas veces Babington sobre Houseman. “Cuando llegó René nos dimos cuenta de que seríamos campeones”, refrendó Brindisi. La función de gala estaba en marcha.

'Loco' inmortal: las mejores fotos de René Houseman

En el Metropolitano 73, Huracán se despachó con 62 goles en 32 partidos, de los cuales ganó 19, empató 8 y perdió 5. Sumó 46 puntos, 4 más que Boca, cuando todavía se otorgaban dos unidades por triunfo.

“Ese equipo le cambió la cara al fútbol argentino”, evaluó alguna vez Carrascosa. Exagerado o no,la dimensión del Huracán de 1973 se agiganta con el paso de las décadas.

“Fue el equipo que más se acercó al gusto popular de los argentinos. Sintonizaba la onda que le gusta a la gente: gambeta, toque, caño, sombrero, pared, desborde”, condensó Babingtonen un reportaje de 2006.

No llegó Huracán con el tanque lleno al último tramo del campeonato, en especial por las convocatorias a la Selección que disputaba las Eliminatorias para el Mundial de Alemania de 1974. Sin embargo, le alcanzó para salir campeón antes de la finalización del torneo, el 16 de septiembre, pese a la derrota por 2 a 1 ante Gimnasia y Esgrima La Plata en el Ducó, beneficiado por la caída de Boca, su escolta, frente a Vélez, con lo cual mantuvo los seis puntos de ventaja cuando faltaban dos fechas por jugarse. Primer título de Huracán en el profesionalismo.

“Sale el sol para el Globo”, entonaba la hinchada quemera.El inolvidable Huracán del 73 catapultó a Menotti hacia la Selección Nacional. Ya se sabe cómo siguió esa historia.