Se llama Roberto Armando Valpreda, pero todos lo conocen como Coco. Tiene 63 años, es viudo, padre de tres hijos, y mendocino de punta a punta. Está en Nueva Zelanda disfrutando del Mundial como un hincha más, pero su historia lo distingue del resto: viajó solo, sin conocer bien el idioma, sin alojamientos reservados ni una agenda marcada. Y terminó yendo a los partidos de Los Pumas y recorriendo el país en motorhome.