Se llama Lauren Jackson y es una verdadera leyenda del básquet. Tres veces elegida como la mejor jugadora de la WNBA (la versión femenina de la NBA), la pivote australiana ha sabido cosechar éxitos con su selección: ganó un Mundial y tres medallas de plata en los Juegos Olímpicos. Pero ella, con sus 1,96 metros de altura, también se ha destacado como una sex symbol de ese deporte y hasta se animó a posar como Dios la trajo al mundo…