Argentina ganó las eliminatorias y se clasificó holgadamente al Mundial con un esquema táctico similar al mejor Barcelona. Sin embargo, todo parece indicar que el debut mundialista de hoy encontrará al equipo nacional pareciéndose más al Estudiantes de la Plata que dirigió con éxito el entrenador nacional. El 4-3-3 de los últimos dos años era, al menos en lo formal, un esquema armado para comodidad de Lionel Messi. La selección nacional tenía su Iniesta en Angel Di María, su Xavi en Fernando Gago, sus Pedro y Villa (en referencia al Barça ganador de todo, no al de las últimas jornadas) en Sergio Agüero y Gonzalo Higuain y, fundamentalmente, a Messi en... Messi. Alejandro Sabella optó por un camino táctico –y también psicológico, anímico– en el que el gran jugador encontrase un esquema que conocía bien, y en el que dio sobradas muestras de sentirse particularmente cómodo.
Todo indicaba que ese esquema, esa idea de juego, era la que se iba a aplicar al menos en la primera etapa del torneo. En los papeles, el equipo argentino contaba con lo que podría denominarse una zona accesible, el Grupo F, en el que están el debutante Bosnia, Irán y una no tan vigente Nigeria, y el esquema de juego se preservaría hasta los partidos más exigentes de octavos y cuartos de final.
Así es como Argentina llegó a la concentración de Cidade do Galo, en Belo Horizonte, en un clima de relativa tranquilidad, más allá de la lógica ansiedad que provoca cualquier debut mundialista.
Los últimos entrenamientos, especialmente los de pelota parada, cambiaron la tendencia. Así, Argentina presentará seguramente hoy un esquema de cinco defensores (con la inclusión de Campagnaro y Maxi Rodríguez en vez de Gago e Higuain). O sea que el técnico argentino opta por su esquema favorito para empezar el Mundial, sin esperar a momentos definitivos.
Que no estén en plenitud Gago e Higuain es quizás el argumento central de la decisión de Sabella. Si los “fantásticos” estuviesen a pleno, quizá se mantendría el plan previo al viaje a Brasil. O no.
Bosnia, ganador de su grupo en las eliminatorias, es en los papeles el rival más fuerte del grupo. Su técnico, Safet Susic, también promete una formación con sorpresas, también preparada para el lucimiento de su estrella, Edin Džeko, compañero de Agüero en el Manchester City.
Llega el tiempo de los jugadores. Es el momento de que predomine el talento.