En contra de una de las principales máximas del manual del buen manejo de las finanzas personales, cada vez más titulares de tarjeta de crédito están optando por hacer el pago mínimo o una cancelación parcial del saldo total que les llega en el resumen. Hasta el año pasado, apenas 20% de los clientes elegía esta modalidad de pago ya que la posibilidad de comprar en cuotas sin interés era una alternativa mucho más atractiva. Sin embargo, la casi desaparición de los planes de cuotas a tasa 0, combinado con el impacto que tuvo en muchos resúmenes la devaluación de fines de enero para quienes se encontraban en el exterior, hizo que ese porcentaje subiera unos puntos. La tendencia es por ahora ligera, no llegaría a 30% del total de tenedores de tarjetas, pero lo cierto es que en los bancos ya prevén que ese porcentaje seguirá creciendo a medida que corran los meses. Esto, a pesar de que las tasas por financiar los saldos se ubican, en promedio, en 50%, con un costo financiero total que supera el 75%. Por eso, vale tener y prevenirse ante tres factores clave que se combinan para alimentar la tendencia al pago mínimo, nociva para los bolsillos de todos y todas. A saber:
◆ El impulso inflacionario de enero y febrero, que se mantendrá en los próximos meses con aumentos ya anunciados de prepagas y tarifas de servicios públicos por la esperada eliminación de subsidios, presionará sobre las cuentas del hogar.
◆ Caer en el pago mínimo o parcial de la tarjeta es una de las salidas más cómodas, pero también más caras. Mejor tener en cuenta de antemano estas subas para recortar los gastos si hiciera falta.
◆ Si los servicios que van a sufrir aumentos se debitan, precisamente, de la tarjeta de crédito, analizar antes de que se produzcan las subas cómo se van cubrir. Para evitar sorpresas por el alto monto, es inteligente elegir otro medio de pago para otros gastos que habitualmente integran el resumen.
* Coautora de Economía Con Tacos Altos.