El Banco Central continuó esta semana en modo comprador y adquirió US$ 353 millones con lo cual cosechó US$ 941 millones desde la última rueda de mayo, cuando entraron en vigencia las nuevas restricciones cambiarias, lo que ayudó fortalecer las reservas. Así, casi repuso el monto de divisas que había vendido en mayo para abastecer una mayor demanda, lo que motivó la adopción de la Comunicación A 7030 que generó el reclamo de la dirigencia empresaria y del campo.
El presidente del BCRA, Miguel Pesce, se reunió con esos sectores. Producto de los encuentros con reservas un poco más engrosadas, el BCRA flexibilizó el jueves algunos puntos de la norma. Sin embargo, los economistas consultados por PERFIL evaluaron que los cambios son “un alivio” solo para las pymes por lo cual “es insuficiente” para resolver la cuestión de fondo, y “persiste el riesgo” de que si el importador tiene que acceder con otro tipo de cambio lo va a tratar de trasladar a precios”.
Entre los cambios, dispuso elevar de u$s250.000 a u$s1 millón el acceso directo al Mercado Único y Libre de Cambio (MULC) para la realización de pagos anticipados de importaciones. Los importadores de fertilizantes e insumos medicinales podrán acceder sin requerir autorización previa para el pago de obligaciones correspondientes a las importaciones futuras”. Y se considerará a partir del 1 de mayo de 2020 los 90 días corridos anteriores que se exigen en cuanto a no operar dólar MEP o CCL.
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Juan Pablo Di Iorio, de ACM, juzgó que “la medida se quedó corta en términos del monto de acceso directo lo cual podría provocar que el riesgo de que los bienes importados siga tipos de cambio paralelos persista, no solo por la no generalidad de la norma sino tambien en término de arbitraje para aquellos que sí puedan acceder”. En sintonia, Guido Lorenzo, de LCG, opinó que “hace más fluido el mercado para importadores del sector pymes, pero es un parche más, creo que es mejor avanzar en un esquema cambiario distinto, el actual tiene múltiples tipos de cambio que son difíciles de administrar”.
Martín Vauthier, de Eco Go, dijo que “es un alivio pero no soluciona la cuestión de fondo, los controles si se prolongan con esta intensidad van a generar o una filtración en la inflación o un impacto sobre el nivel de actividad vía la restricción de importaciones, y si se extienden más tiempo en el mediano plazo van a impactar sobre la productividad destinando recursos crecientes a cumplir con regulaciones más que dedicarse a su operatoria diaria”.
Para Matías Rajnerman, de Ecolatina, la flexibilización “a las firmas chicas las ayuda, pero para las grandes, sobre todo las exportadoras industriales, todavía falta. El problema es que la situación anterior tampoco era sostenible, entonces no se puede desarmar completamente; ojalá la negociación de la deuda descomprima tensiones y puedan relajar”.
El dólar se desliza menos
En un escenario de restricción cambiaria en el mercado oficial, el dólar blue cerró ayer a $ 126, una suba de $ 3 frente al jueves. El minorista para la venta finalizó a $ 72,50, un alza semanal de $1,02, mientras que el mayorista quedó $ 69,37, un aumento semanal de 38 centavos. La novedad fue que el BCRA convalidó un menor ritmo de ajuste en las dos últimas ruedas, de 5 y 6 centavos, frente a los 9 centavos diarios durante 28 jornadas. Por las mayores trabas para operar impuestas por el BCRA y la Comisión Nacional de Valores, los dólares financieros alternativos, CCL y MEP cerraron la semana con bajas de 5,3% y 2,97%. El analista Gustavo Ber destacó “el menor ritmo que empezó a validar el Central, en busca de reducir la dinámica de deslizamiento y así mejorar el atractivo hacia las colocaciones en pesos”.
