Este viernes 12 de diciembre y a través del Decreto 877/2025 publicado en el Boletín Oficial, el Gobierno oficializó la nueva reducción de las retenciones a los granos que tendrá impacto directo en las arcas fiscales y en el bolsillo de los productores.
La medida había sido adelantada por el ministro de Economía, Luis Caputo esta semana con una publicación en su cuenta oficial de X, en la que indicó que la baja en los impuestos a la exportación será permanente, al tiempo que resaltó que se trata de uno de los principales objetivos de la administración de Javier Milei.
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Con esta decisión, el Ejecutivo avanza en una baja parcial de la carga tributaria sobre el agro, uno de los sectores clave para la generación de divisas, en un contexto de ajuste fiscal, apertura económica y necesidad de recomponer la rentabilidad del productor.
El titular de Hacienda había anticipado la reducción de las alícuotas de retenciones, que ahora quedan de esta manera:
- Soja de 26% a 24%,
- Subproductos de soja de 24,5% a 22,5%,
- Trigo y cebada de 9,5% a 7,5%,
- Maíz y sorgo de 9,5% a 8,5% y
- Girasol de 5,5% a 4,5%
La medida implica una reducción promedio de entre 10% y 20% en las alícuotas, dependiendo del cultivo, y tiene impacto directo sobre los precios FAS teóricos que recibe el productor.
El argumento del Gobierno para decidir la baja de las retenciones: competitividad y dólares
En los considerandos del decreto, el Gobierno sostiene que la baja de retenciones busca mejorar la competitividad del sector agroindustrial, incentivar la producción y fortalecer el ingreso de divisas, en un escenario de normalización macroeconómica.
El texto oficial remarca que el objetivo estratégico es continuar reduciendo los derechos de exportación hasta su eventual eliminación, en la medida en que lo permita la evolución de las cuentas públicas y el programa económico.
La baja de retenciones deja al Gobierno sin margen de error fiscal para 2026
Desde el Ministerio de Economía estiman que la medida representa un alivio fiscal significativo para el complejo agroexportador, uno de los principales motores de la actividad económica y del comercio exterior argentino.
Impacto económico y señales al campo
La oficialización de la baja de retenciones fue bien recibida por el sector, que venía reclamando una reducción de la presión impositiva en un contexto de altos costos, tasas reales elevadas y márgenes ajustados. Si bien el recorte no elimina el tributo, marca una señal política hacia el agro y refuerza el vínculo del Gobierno con uno de sus principales aliados productivos.
Analistas del mercado destacan que la medida podría mejorar la liquidación de exportaciones en los próximos meses, aunque advierten que el impacto final dependerá de variables como el tipo de cambio real, los precios internacionales y las condiciones climáticas.

Un análisis reciente del IERAL de la Fundación Mediterránea comparó el escenario actual, con las alícuotas reducidas, con un escenario contrafáctico que contempla las tasas vigentes al momento de la asunción del Gobierno de Javier Milei.
Según esta comparación, la reducción de las retenciones —incluyendo la última oficializada en el Boletín Oficial— implica una mejora neta de entre 38 y 76 dólares por hectárea para los productores del complejo agrícola, dependiendo de la zona geográfica (núcleo vs. extra- pampeana) y del régimen de tenencia de la tierra (propia o alquilada). Este incremento responde a la disminución de la carga tributaria total, medida como porcentaje de la renta generada por la actividad, que se reduce entre 8 y 20 puntos porcentuales bajo el esquema fiscal vigente.
No obstante, el informe destaca que, pese a este alivio, la carga tributaria sigue siendo elevada: incluso con las nuevas alícuotas, se mantiene entre 53% y 73% en zona núcleo y entre 67% y 123% en zonas extrapampeanas, lo que en algunos casos implica márgenes negativos para productores arrendatarios en regiones de menor productividad. Este diagnóstico subraya que las reducciones de retenciones han mejorado la rentabilidad, pero no han sido todavía suficientes para neutralizar la presión fiscal total sobre la actividad.
lr/LT