ECONOMIA
Dinero FIAT y criptomonedas

El problema no es el dinero, el problema es la confianza en los gobiernos

El peso argentino no es visto por ningún agente económico como “reserva de valor”, puesto que la pérdida de su poder adquisitivo ha sido dramática.

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Puesta en valor. El autor considera que hay que incentivar el ahorro en pesos. | shutterstock

El sistema financiero actual depende del denominado “Dinero FIAT”. Es, en pocas palabras, dinero de curso legal cuyo valor no deriva del hecho de ser un bien físico o mercancía, sino por ser emitido y respaldado por un gobierno.

La fortaleza del gobierno que establece el valor de una moneda FIAT es clave para esta forma de dinero. La mayoría de países del mundo utilizan el sistema monetario FIAT para adquirir bienes y servicios, así como para invertir y ahorrar. En resumen, la emisión monetaria depende pura y exclusivamente de las decisiones de los gobiernos de poder accionar políticas contracíclicas en el mercado de dinero, sin depender de un bien o valor de referencia.

¿Por qué es importante todo esto? Porque en este momento histórico, vivimos sobreabundancia de dinero para contener (en algunos casos) e impulsar y recuperar (en otros), los sistemas socio económicos de los países. Así, la decisión de los gobiernos, en general, ha sido inundar de liquidez al mundo. No obstante, esto conlleva serios riesgos  que en países como el nuestro pueden producir efectos nocivos.

En este esquema, el dinero empieza a denotar dos graves problemas con los que hemos convivido de principios de la década del ´70 del siglo pasado:

  • Carencia de Valor Intrínseco: El dinero FIAT no tiene valor intrínseco. Esto permite a los gobiernos crear dinero de la nada, lo que puede conducir a hiperinflación y al colapso del sistema económico.

  • Históricamente riesgoso: La implementación de sistemas monetarios FIAT, históricamente, ha conducido a colapsos financieros, lo que sugiere que su uso presenta ciertos riesgos.

Estos graves problemas son más que conocidos en nuestro país y reflejan bastante bien los hechos que han atravesado la historia socio económica de la Argentina en los últimos 50 años. No se trata de un problema del tipo de dinero. Se trata de una problemática cuya explicación puede encontrarse en la sustancia del sistema financiero: la confianza en las instituciones de gobierno de nuestro país.

Ahorro: los argentinos ahora buscan poner su dinero en fondos de emergencia

El peso argentino, no es visto por ningún agente económico como “reserva de valor”, puesto que la pérdida de su poder adquisitivo ha sido dramática. Son necesarios cada vez más pesos para adquirir bienes y servicios. La inflación es crónica en nuestro país. Salvo la década del ´90 del siglo pasado bajo el esquema de convertibilidad, los períodos restantes no han sido normales.

La pandemia generó en nuestro país, pero también en el resto del mundo, una emisión sin precedentes del dinero FIAT:

  • Estados Unidos: 3 billones de dólares

  • Unión Europea: 1,85 billones de euros

  • Japón: 108 billones de yenes

  • Brasil: 750 mil millones de reales

 

Los efectos de la fuerte emisión en la Argentina y el mundo

La evolución en la cantidad de dinero en Argentina nos brinda a su vez una medida bastante impactante sobre la emisión de dinero FIAT:

El dinero es valioso para las personas en tanto y en cuanto pueda reunir las cuatro propiedades centrales:

  • ser una unidad de cuenta que simplifica la fijación de los precios de los bienes y servicios,
  • ser un medio de intercambio,
  • ser un medio de pago y
  • ser depósito o reserva de valor.

Esta emisión monetaria observada en nuestro país, pero también en el resto de países del mundo ha generado una sobreabundancia de dinero sin precedentes en la historia, generando ello fuertes presiones inflacionarias y posiciones fiscales muy comprometidas.

 

Las criptomonedas se fortalecen en un mundo con mercados "líquidos"

Es un mundo tremendamente líquido, en el que el dinero FIAT, en términos relativos es menos valioso que otros instrumentos financieros que resultan, en este contexto, mucho más atractivos como reserva de valor e incluso como medio de pago: oro, plata, pero fundamentalmente las “criptomonedas”, que irrumpen a través del uso de blockchain, siendo esta una tecnología que aún debe ser potenciada, pero que sin dudas está cambiando el mundo. En la actualidad su principal expresión es BITCOIN, cuya cotización ha “explotado”:
 

  • Marzo 2021: 1 BITCOIN = USD 53.581

  • Marzo 2020: 1 BITCOIN = USD 7.906

 

  • Marzo 2019: 1 BITCOIN = USD 3.942

  • Marzo 2018: 1 BITCOIN = USD 8.891

Su precio de mercado ha crecido muchísimo y hoy está siendo observado muy seriamente por distintos inversores que buscan altos márgenes de rentabilidad y observan en el BITCOIN una vía interesante a tener en cuenta para lograr grandes beneficios.

Sin embargo, el mercado de las criptomonedas es mucho más pequeño y, por lo tanto, mucho más volátil que los mercados tradicionales -esta es una de las razones por las que las criptomonedas todavía no han sido universalmente aceptadas, aunque a medida que la economía “cripto” crezca y madure, la volatilidad probablemente disminuirá.

En virtud de lo mencionado hasta acá, el dinero FIAT y las criptomonedas tienen en común el hecho de no estar respaldados por una mercancía física, pero eso es lo único que comparten. Mientras el dinero FIAT está controlado por gobiernos y bancos centrales (cada vez más cuestionados), las criptomonedas están en esencia descentralizadas, en gran medida gracias a un libro contable digital (ledger) denominado Blockchain.

El futuro de estas dos formas de dinero es incierto. Mientras las criptomonedas todavía tienen un largo camino por recorrer; la historia del dinero FIAT demuestra la debilidad de esta forma de dinero: el respaldo basado en la confianza hacia los gobiernos está en juego más que nunca. Esta es una de las grandes razones por las que mucha gente está explorando la posibilidad de adoptar otras opciones “no convencionales” para las transacciones financieras, al menos en algún porcentaje.

 

* Director del Centro de Producción Documental (GEO Estudio y Opinión – Economista)