La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) emitió un comunicado denunciando el estado crítico de la región central de la provincia de Buenos Aires, que enfrenta "una inundación como no se veía desde hace muchos años" desde hace nueve meses, lo cual generaría una pérdida económica estimada en US$ 2.000 millones.
Según cálculos basados en imágenes satelitales tomadas entre el 11 y el 13 de noviembre, en la Cuenca del Río Salado (17 millones de hectáreas) hay aproximadamente 2 millones de hectáreas inundadas/anegadas y casi 3,8 millones de hectáreas afectadas.
"Cuando hablamos de superficie afectada, nos referimos a áreas que, aun sin agua visible, no poseen condiciones mínimas para avanzar con las labores de siembra: falta de piso, caminos intransitables y ausencia total de accesibilidad para maquinaria. En los hechos, son hectáreas que quedaron fuera de producción", señalaron desde la entidad. En los partidos más golpeados, que soportan el fenómeno desde hace meses, "más de 1,1 millón hectáreas están directamente bajo agua".
Producciones comprometidas
La advertencia más urgente se centra en la campaña agrícola. "La ventana de siembra de soja y maíz se cierra aceleradamente", alerta el comunicado. CARBAP estima que "más de 1,5 millón de hectáreas agrícolas tienen un riesgo muy alto de quedar improductivas este año".
El impacto económico potencial es devastador. "Un cálculo simple dimensiona el problema: si esa superficie se sembrara bajo una relación 60% soja / 40% maíz, están en juego alrededor de US$ 2.000 millones de dólares que dejarían de ingresar al circuito económico en 2026".
Este golpe, subraya la entidad, afectará a productores, contratistas, transportistas, proveedores y comercios locales, y también a los tres niveles del Estado por la caída en la recaudación. "La conclusión es simple: todos perdemos, mientras las obras siguen sin aparecer", lamentan.
Responsabilidades Compartidas
CARBAP desglosó las responsabilidades de cada estamento gubernamental por la falta de infraestructura, destacando que el costo de la inacción en los últimos diez años "supera con creces el costo total de ejecutar las obras" del Plan Maestro del Río Salado.
En plano municipal, la entidad acusa a los jefes comunales por el estado de los caminos rurales, "la base logística del sistema productivo". Denuncian que, si bien cobran la "crecientemente onerosa" tasa vial y otros impuestos para su mantenimiento: "Una parte significativa de esos fondos se desvía irregularmente hacia otros gastos, y la falta de mantenimiento estructural queda expuesta cada vez que los caminos colapsan". CARBAP exige que la tasa vial se destine íntegramente a los caminos o que la tarea, junto a los recursos, se transfiera a consorcios de productores.

Los ruralistas señalan al gobierno de la provincia de Buenos Aires como "responsable principal de ejecutar las obras del Plan Maestro del Río Salado", las cuales "hace diez años deberían haber estado finalizadas". Hoy, el avance "apenas supera la mitad".
CARBAP sostiene que estas obras, si bien no impedirían el fenómeno extremo, "sí disminuirían de manera dramática los daños". Critican duramente la disparidad presupuestaria para 2026: "A pesar de esta responsabilidad indelegable, el presupuesto provincial 2026 propone un aumento del 100% en el Impuesto Inmobiliario (más de 70 millones de dólares adicionales), pero destina poco más de 4 millones de dólares al Plan Maestro. La desproporción es evidente y, sobre todo, inaceptable".
Finalmente, CARBAP apunta a la Nación. Recuerdan que la cuenca genera el 25% de los granos y el 28% del stock bovino del país, aportando "más de 1.000 millones de dólares anuales en retenciones" desde hace veinte años.
Además, señalan que existe un "impuesto específico sobre los combustibles" que integra el Fondo Hídrico de Infraestructura, creado explícitamente para financiar obras como las del Salado. El Presupuesto Nacional 2026 no asigna ni un peso para las obras del Salado. Una omisión incomprensible y de un impacto económico gigantesco".
CARBAP concluye con una exigencia "concreta, urgente e innegociable": "Para el año 2030, las obras del Plan Maestro del Río Salado deben estar terminadas en su totalidad".
Ante la posible excusa de la falta de fondos, la entidad rural es contundente: "Frente a quienes repiten que 'no hay plata', la respuesta es simple y contundente: En esta cuenca sí hay plata: la generan los productores y la recaudan los tres niveles del Estado todos los años".