El próximo 11 de diciembre la Argentina deberá definir si acepta a China como una “economía de mercado”, lo que implica que el gigante asiático cumple con los requisitos de la Organización Mundial de Comercio y, en la teoría, genera un nuevo juego de reglas para establecer si un producto proveniente de China viola las buenas prácticas comerciales.
La fecha está marcada en todos los calendarios industriales, pero en Techint tienen a una persona que sigue los devenires de la negociación en el día a día. Y no es para menos: para la empresa de Paolo Rocca, que esta semana reclamó mejores condiciones para el precio del gas, el reconocimiento a China implica, por ejemplo, no poder recurrir a la protección antidumping a través de los informes de mercado de terceros países como México, por ejemplo, donde el gobierno de Enrique Peña Nieto, de buena relación por las inversiones de Tenaris (del Grupo Techint), abrió investigaciones especiales para ver si los tubos chinos entraban por debajo del precio de mercado y logró mantenerlos fuera de ese mercado.
Con la definición en la recta final, la decisión está en manos de Presidencia. El esquema elegido por la Argentina y en negociación con China es un reconocimiento intermedio. El aval ya se lo había anticipado el gobierno de Cristina Fernández en medio del acuerdo por el swap con Beijing que permitió recomponer las reservas y los acuerdos por inversiones en las represas hidroeléctricas de Santa Cruz y otros grandes planes de infraestructura.
El gobierno de Mauricio Macri, en tanto, busca una vía intermedia, al estilo europeo, que permita un reconocimiento pero con salvedades, como que la Argentina siga apoyándose en los análisis de otros países para determinar si China está infringiendo las condiciones de mercado y poder así poner salvaguardias para evitar un mayor deterioro industrial frente a las importaciones. Tanto en Cancillería como en Comercio concuerdan en señalar la vía de la negociación, lo que se está discutiendo entre la canciller Susana Malcorra y Presidencia.
El embajador argentino en China, Diego Guelar, fue quien preocupó a los industriales locales cuando dijo que “China había cumplido con los requisitos”, aunque después el Gobierno salió a poner paños fríos.
Para los analistas de Techint, en tanto, no es necesario que la Argentina se defina ahora y notifique su aceptación a la OMC. Con esa alternativa, ganaría un poco de tiempo. En ese caso, debería ser China la que reclame ante la OMC que el país defina su posición, lo que implica la creación de un panel específico y el proceso burocrático asociado.
Esperar también es una alternativa para el Gobierno. “Vamos a ver qué dicen los grandes jugadores primero”, reconocen en Cancillería. China, por su parte, amenazó a la Unión Europea y a los Estados Unidos con represalias si no cambian las normativas antidumping al reconocer el estatus como “economía de mercado”.