Después del anuncio de un esquema “para transparentar los costos de financiamiento”, un sector del Gobierno aspira a bajar los costos de comercialización y pone la mira sobre las grandes superficies, como los shoppings y las grandes zonas comerciales.
Según fuentes oficiales, la idea es bajar el costo de alquileres y extras que puede representar hasta el 18% del costo de un producto, de acuerdo con el segmento al que represente. De todas formas, quienes llevan adelante la propuesta reconocen que la pelea interna será dura: por un lado, hay quienes le atribuyen la idea a la familia de Juliana Awada, a cargo de varias marcas de indumentaria acostumbradas a lidiar con los costos de comercialización. Del otro, la pelea contra los shoppings implicarían apuntar, entre otros, contra Eduardo Elsztain, de buena relación con el Gobierno y en especial el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
La visión del sector productivo detalla que en total la comercialización de un producto puede variar entre el 15% –según un relevamiento del sector textil– y el 18% –en el ejemplo de la incidencia del canal comercial para los electrónicos–, de acuerdo con Abeceb.
Consultados por PERFIL, desde la Cámara Argentina de Shopping Centers señalaron que “el costo locativo puro” del alquiler va del 6 al 8%. “Se ha divulgado erróneamente que el llamado “costo shopping” resulta ser el causante de los precios de las mercaderías vendidas. Nada más alejado de la realidad. El precio de la locación no difiere de los precios de los alquileres a la calle que se verifican en las zonas de mayor concentración comercial”, agregaron.
Esas grandes áreas comerciales tradicionales también están bajo revisión en el ideal de mantener la inflación a raya para que pueda cumplir la meta del 17% fijada por el Banco Central.
Pero más allá del costo puro del alquiler, que si se toma el dato de la Cámara de Shoppings, estaría en línea con los costos en la región, se agregan otros costos que terminan por completar el 15% o más que marcan los productores. Al alquiler hay que sumarle “las expensas (gastos de seguridad, aire acondicionado, iluminación, limpieza), propias de los locales ubicados en los centros comerciales pero no exclusivos de éstos”.
“Aun así, el costo final resulta varios puntos inferior al porcentaje que se adjudica a la actividad”, aseguraron desde la CASC.
Rubros. Según un análisis de la Cámara Argentina de Indumentaria y la Fundación ProTejer, los gastos no terminan ahí. La lista, además de alquiler y expensas, incluye”un fondo de publicidad mensual obligatorio” y “otros costos irrecuperables para el locatario, como el pago de una llave de negocio, un aporte inicial de publicidad adicional al gasto mensual, y la comisión inmobiliaria por el total del contrato de alquiler (porcentaje sobre alquiler por tres o cuatro años más llave) que se cobra sin que actúe ningún intermediario entre el centro comercial o shopping y la empresa de indumentaria”.
En la comparativa regional, los alquileres de los shoppings chilenos que convocan a los compradores argentinos rondan el 7%, lo que se suma a que muchos de los productos que se comercializan allí provienen de países asiáticos con mano de obra barata y aranceles de importación bajos o cercanos a cero, producto de los acuerdos de libre comercio que firmó el país vecino. Lo mismo ocurre con otros países de la región como Perú. En Miami, la meca del shopping latinoamericano, los costos de locación rondan el 3 o 4%.
Apertura. En el mientras tanto, el ministro de Producción, Francisco Cabrera, anticipó esta semana que podría haber una apertura de importaciones para disciplinar los precios. El mensaje fue posterior al anuncio para transparentar costos, que ayer tuvo un round de negociación con los supermercados en el que no se llegó a un acuerdo. El director ejecutivo de la Fundación ProTejer, Ariel Schale, estimó que las importaciones hoy no disciplinan precios. “El 70% de la ropa que se ve en un shopping tiene estampilla”, sostuvo, en relación con el papel verde con el sello de AFIP que deben mostrar los importados.
De los tours a Chile al puerta a puerta
La competencia por los compradores argentinos en Chile es furiosa: esta semana, la cadena París anunció la compra con envío al país “a precios chilenos” mientras que en Santiago ganan adeptos los descuentos para turistas. En el Costanera Center, uno de los más populares, el programa “On Tour” para extranjeros está copado en un 76% por argentinos.
María José Martínez, jefa de marketing de Costanera Center, detalló que el boom de visitas coincidió con los meses de octubre y noviembre por el fin de semana largo del 31 de octubre y la venta especial del Black Friday. “Esto atrajo a muchos argentinos porque los precios fueron aún más convenientes que en un día habitual. El tercer mes más fuerte fue diciembre ya que se juntó el factor vacaciones con las compras navideñas”, agregó. En segundo lugar aparecen los turistas brasileños, con un 15%. París, de Cencosud, planeaba abrir tiendas en el país, un plan que se frustró en 2011. Ahora da sus primeros pasos para hacerse conocida, aprovechando la vuelta del puerta a puerta.