ELOBSERVADOR
Milei con el Papa

Feeling porteño en Roma y el Vaticano

A la hora de hablar de lo que pasa más allá del Tíber, en el área de Roma donde se encuentra el Vaticano, a menudo los medios italianos usan una imagen fascinante: el OltreTevere, o sea algo así como el territorio que se encuentra “más allá del Tíber”. Javier Milei cerró esta semana una visita clave en las dos orillas del río que cruza la Ciudad Eterna.

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Javier Milei. | afp

Para el presidente argentino fueron tres días en los cuales no faltó nada: desde una visita nocturna al Coliseo y la canonización de Mama Antula, la primera santa argentina, hasta una suerte de reconciliación con el Papa, coloquios con las autoridades italianas y declaraciones a una TV local que dieron de que hablar: Milei completó de esta manera la que fue su primera visita como presidente a una capital europea.

El tiempo dirá si durante el viaje supo sembrar bien o si, por el contrario, la visita pasará rápidamente a los archivos de la diplomacia, e incluso al olvido.

El viaje comenzó con una sorpresa. El Presidente había asegurado que en el marco de sus drásticos ajustes presupuestarios iba a pernoctar en la embajada argentina en Roma. No fue así, tras explicar que en la sede diplomática situada en la Plaza del Esquilino faltaba el aire acondicionado, se trasladó raudamente al Hotel Imperatori, en el corazón de la felliniana y coqueta Via Veneto.

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Agotado tras su visita a Israel, el sábado Milei descansó y por la noche visitó el Coliseo junto a su hermana Karina, con quien se sacó una foto en la que ambos aparecen de espaldas observando el majestuoso Colosseo: la imagen fue muy difundida en los medios italianos, que desde hace unos meses siguen casi paso a paso a Milei y que a menudo se quedan boquiabiertos por sus declaraciones.

El domingo fue un día que ni el Presidente, ni nadie de los presentes, podrá olvidar: el proceso para la canonización de Mama Antula tuvo la magia impuesta por la inmensidad de la Basílica de San Pedro y por el largo rito presidido por el Papa.

En el litúrgico aire de San Pedro flotaba un clima de paz y armonía Papa-Milei, un “feeling” favorecido precisamente por Mama Antula, aseguraron los promotores de la primera santa argentina. De manera mucho más prosaica, no es errado decir que hubo una clara voluntad de olvidar el pasado y reencarrilar la relación: quizá, sobre todo, por parte de Milei, cuyos agravios de un pasado aún reciente contra el Papa no fueron una broma.

Porteños. El interrogante que queda tras el novedoso acercamiento podría ser precisamente cuál de los dos protagonistas del deshielo hizo más para promover esa “política de la sonrisa”. ¿Quien sabe? Además en el fondo, y de cara al futuro, nada, o poco, importa. 

Lo cierto es que ambos comparten ser muy porteños –el Santo Padre de Flores, el Presidente de Palermo– y por lo tanto tienen códigos de comunicación similares, bromas e ironías incluidas. El balance de ese domingo histórico para la Argentina –no todos los días una compatriota es proclamada santa– fue precisamente ese efusivo intercambio de saludos.

De manera diferente, pero incluso con mayor intensidad, el guion volvió a repetirse al día siguiente, cuando el Papa recibió a Milei en el Vaticano. La duración del encuentro fue todo un récord: 70 largos minutos, algo inusual en los muy protocolares encuentros que tienen lugar en la Santa Sede. Como hicieron notar los vaticanistas más atentos y memoriosos, un tiempo mucho más extenso que los escasos 22 minutos otorgados en 2016 por Bergoglio al entonces presidente, Mauricio Macri. Y ni hablar del tema sonrisas: la cara adusta que el Papa tuvo en las imágenes del encuentro sigue siendo recordada pese a los años transcurridos.

Esa larga hora compartida que el mandatario y Bergoglio tuvieron en la sala de la biblioteca del Palacio Apostólico dio, y dará, de que hablar. Milei le pidió al Papa que visitara la Argentina, algo que el Pontífice –de 87 años– quisiera seguramente concretar, pero para el que no hay fecha. El Presidente también pidió perdón por sus insultos (como lo del “maligno”) de no hace mucho tiempo. 

Inmutable. Los encuentros oltretevere entre el Santo Padre y el mandatario plantean la siguiente pregunta: ¿cómo deben ser interpretados esos gestos y el largo encuentro dominguero? ¿Realmente abrieron camino a una nueva relación que perdurará en el tiempo marcada por el diálogo y la mutua comprensión? Lo cierto es que, de una u otra manera, hay un cambio en la relación, algo que no le impidió sin embargo al Papa remarcar algunas de sus posiciones de fondo en estos 11 años de pontificado.

Quien se encargó de responder, aunque sea solo indirectamente, a ese interrogante fue el cardenal argentino Victor “Tucho” Fernández, muy cercano a Bergoglio desde los tiempos de Buenos Aires. El exarzobispo de La Plata fue “interceptado” por los periodistas que esperaban la salida de Milei del coloquio con el Papa en el Patio de San Dámaso de la Santa Sede.

“El Papa es una persona que siente mucho cariño por todos, no se puede pensar que tenga alguna animosidad”, aclaró Fernández, tras explicar que a Bergoglio “este tipo de cosas” (los agravios de Milei) le pasan a un costado: lo ha tomado como una estrategia de campaña, quizás la idea de que podía a lo mejor ser parte de una estrategia de marketing”, precisó el cardenal, quien hizo notar un detalle no indiferente, o sea que durante la misa en la Basílica de San Pedro había sido Milei quien se acercó “con mucho cariño” al Pontífice. 

Acto seguido, el cardenal explicó cuál es la idea de fondo del Papa, y no solo en la Argentina: “Dialogar, conversar, poner sobre la mesa distintos puntos de vista. Siempre lo hace, incluso en el Vaticano, donde hay diferencias, como en todos lados”.

Un viaje que sigue pendiente. De manera inevitable, los periodistas tocaron el tema, muy recurrente, de una posible visita de Bergoglio a su patria. Para el viaje, advirtió el cardenal, hay que “analizar” varios frentes. Bergoglio tiene “a veces un problema de salud, va y viene, tiene como siempre una lucidez impresionante, el cuerpo a veces responde más a veces menos”. Por otra parte, para este año el Santo Padre tiene programada una visita a Indonesia –una verdadera “odisea”, precisó Fernández– y está por otro lado “pendiente una visita a la catolicísima España, que se encuentra a dos pasos y donde no estuvo nunca”.

De una u otra manera, el viaje papal a la Argentina sigue siendo un interrogante. 

En sus declaraciones a la prensa, Tucho Fernández no olvidó mencionar el tema de la crisis económica argentina. “El Papa siempre está preocupado, evidentemente es un tema que tiene en el corazón... que la gente no sufra, guste o no guste, siempre se va a preocupar por los que sufren”, precisó, tras recordar que, como afirmó un reciente comunicado de la Conferencia Episcopal Argentina, “el pan no se le niega a ninguno”.

El significado profundo de las declaraciones del cardenal argentino fue el de destacar, con palabras muy medidas pero con firmeza, el tema de la pobreza y la profundidad de la crisis económica del país. También el de advertir sobre la conveniencia de no exagerar con aquellos programas económicos demasiados drásticos que implican cierres y ráfagas de despidos.

Respecto de recientes declaraciones de los “curas villeros” argentinos, Fernandéz indicó: “Ellos viven dentro de la villa, hay que comprender esas preocupaciones y dolores, esa desesperanza… en la política a veces se dice ‘tenemos que hacer tal cosa para que luego ocurra en el futuro algo mejor... hay que aguantarse’. Menem decía ‘cirugía mayor sin anestesia’: los pobres han escuchado eso veinte veces”. 

Meloni. Como todo jefe de Estado que pasa por Roma, también Milei visitó el Palazzo Chigi, sede del gobierno italiano, para ver a la premier Giorgia Meloni. 

Meloni es hoy día la líder indiscutible de los Fratelli d’Italia, el partido derechista que según todos los sondeos sigue siendo el preferido, y de lejos, entre los italianos. Para comprobar si ese liderazgo sigue siendo cierto –es muy probable que así sea– habrá que esperar a las próximas elecciones europeas de junio. 

No faltaron los análisis sobre las semejanzas y diferencias en el currículum político de los dos gobernantes. No faltaron los drásticos comentarios por parte de un sector de la izquierda italiana, que definió el ecuentro entre el Presidente y la premier como una reunión entre “el ultraliberal y la posfascista”.

El perfil de sus vidas y el contexto en el que Milei y Meloni se movieron es completamente distinto: Milei llegó no hace mucho tiempo a la política, que es en cambio el terreno en el que la premier se mueve –y trabaja– desde muy joven. 

Otras diferencias claves radican en la política económica: Milei está llevando a cabo un drástico recorte del gasto público, mientras que Meloni impulsa una política marcadamente expansionista y no tan vinculada a los límites impuestos por las restricciones de los presupuestos nacionales y de la Unión Europea.

Pero más allá de estas diferencias, ambos comparten al menos dos aspectos: su credo político es la derecha, su rival es la izquierda (todos: excomunistas, socialistas o progresistas, los matices poco importan), además de compartir una manera de comunicar firme y vehemente. 

Algunos analistas italianos, como Maurizio Stefanini, del diario Il Foglio, hicieron notar que “los consejeros de la premier vacilan ante la receta económica de Milei: la reacción de la Argentina frente a los prometidos recortes aún debe ser calculada”. En Italia llamaron mucho la atención las declaraciones del Presidente al periodista Nicola Porro en el programa TV Quarta Repubblica, donde afirmó que “de hecho el Estado es una asociación criminal”. También otros medios, como el influyente Corriere della Sera y el diario de inspiración católica Avvenire, reaccionaron de manera muy mesurada a las declaraciones del Presidente.

En un plano institucional, Milei y Meloni acordaron fortalecer las relaciones bilaterales de la cooperación económica en tres sectores considerados estratégicos: energía, infraestructura y agricultura. En el frente de la política internacional, Buenos Aires y Roma apuntarán a una mayor coordinación entre el G20 y el G7, grupo cuya presidencia está en manos de Italia. Ya en el cierre de su visita, Milei fue recibido en la colina del Quirinale por el presidente Sergio Mattarella.

“¿Quien es? Contame”. Milei bajo la lupa de prensa y TV. La visita de Milei a Italia confirmó que el Presidente es no solo un personaje mediático sino también uno de los más comentados jefes de Estado en Europa. Desde siempre, cuando un argentino llegaba a Roma y contaba de dónde venía, la pregunta, y la curiosidad, de los italianos era la siguiente: “¿Cómo anda el país, cómo está la Argentina?”. Este interrogante ha sido ahora sustituido por un cuestionario menos generalizado, mucho más puntual y directo: “Hablame de Milei. ¿Quién es, cómo es y cómo fue que logró ganar las elecciones?”. 

Con el peronismo en el poder, el interés por la Argentina de los italianos era diferente: en el fondo, por una serie de razones como la cercanía entre los dos países, el peronismo es un tema político conocido –incluso hasta casi familiar– para los italianos. Y como todo “viejo conocido”, no generaba mucha curiosidad, tal cual ocurrió por otra parte con la presidencia de Mauricio Macri.

Está claro que ahora todo ha cambiado: desde el primer momento de su llegada a la Casa Rosada, Milei ha generado una oleada de interés que no se limita a Italia. Y se trata de la misma curiosidad que su figura provoca en los medios, poco importa si radio, TV, diarios o redes sociales: y menos aún importan las orientaciones políticas de quien plantea la pregunta. Lo importante es comprender “cómo es Milei”.

Equivocado o no, y de entrada –desde su victoria electoral de noviembre–, en Europa el perfil del flamante mandatario fue comparado con el de los expresidentes Jair Bolsonaro y Donald Trump, e incluso con Viktor Orban, el premier “soberanista” de Hungría, no muy conocido en la Argentina, pero del que se habla constantemente tanto en Italia como en los otros países de la UE y que asistió a la toma de posesión del libertario.

Es obviamente difícil identificar las razones profundas del interés que genera Milei. Sin embargo, hay dos imágenes de las que el Presidente fue protagonista que sin duda alguna le han dado mucha fama. La primera es la (ya famosa) motosierra; la segunda es el video en el que, aún como candidato, va gritando “afuera” mientras arranca nombres de ministerios de una pizarra.

No hace falta apelar a la psiquiatría para intuir las razones de semejante impacto: en ambos casos la clave fue la contundencia de esas imágenes, la modalidad elegida para explicar algunas de las orientaciones de fondo de la política económica ‘mileísta’. Quizás haya también otra explicación; en un país como Italia, acostumbrado a convivir con una deuda del Estado muy alta, el tema de un recorte drástico en el gasto público acapara el interés de los ciudadanos: tanto de quien respalda con convicción esos tijeratazos presupuestarios como de quien, por el contrario, lo rechaza horrorizado.

“Conservadores, unámonos”. Este fue el título de una entrevista a Javier Milei publicada en la primera página del diario romano de derecha Libero y realizada por el director del periódico, Mario Sechi, exvocero de la premier Meloni, con quien el Presidente se reunió en Roma.

En la parte central de la entrevista, Sechi preguntó a Milei si la izquierda en el mundo cuenta con “una coordinación internacional”. “Exactamente”, responde el presidente argentino; “¿Es lo que les falta a los conservadores?”, añade el periodista: “Estamos trabajando en eso”, responde Milei.

El mandatario repasa su “maravilloso” coloquio con Giorgia Meloni, que “te transmite alegría, optimismo, fuerza, la nuestra fue una reunión muy positiva, hablamos de relaciones económicas… de la ayuda que Italia puede dar a la Argentina en la relación con el Fondo Monetario Internacional. Hablamos de cuestiones culturales, fue un encuentro fantástico”.

Como dato curioso y para el cierre de la entrevista, Sechi preguntó al Presidente si le gustaba el tango.

“¿Tango? Me gusta la ópera italiana”, fue la respuesta.

*Desde Roma.