ESPECTACULOS
‘LAS AVENTURAS DE PIPO’

El recuerdo de Lucía Maranca en forma de cuento

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Inspiración. A partir de un pequeño momento con la fallecida Lucía Maranca, el músico encontró la forma de generar un producto infantil cercano a su universo de sonidos. | GZA. PRENSA PABLO MAINETTI

Un domingo estábamos con unos amigos almorzando en la casa de Lucía Maranca. En la sobremesa, Lucía leyó un cuento de Las aventuras de Pipo, de su hermano Aldo, y quedamos maravillados. 

Pasaron los días y volvían a mí las imágenes, la voz de Lucía, pero también las charlas con Francisco Kröpfl. En varias oportunidades me había dicho que tenía que escribir para Lucía. Y claro que quería hacerlo, ¿pero qué podía escribir yo?, ¿canciones? ¿una pieza de piano? De pronto lo entendí: ese domingo encontré la respuesta al hermoso mandato de Francisco. 

Inmediatamente le propuse a Lucía que leyera Las aventuras de Pipo acompañada por la música que yo quería componer. Sería una obra para chicos. Le encantó la idea, que al principio también tenía títeres. Luego hablé con Miguel Galperín, director del Centro de Experimentación del Teatro Colón, y le propuse la obra para las vacaciones de invierno. Se entusiasmó tanto que él mismo hizo la régie y la puesta, que finalmente incluyó a dos actores y un trabajo muy lindo con proyecciones. 

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Le pedí a Lucía que grabara los cuentos en un estudio. Mi trabajo compositivo lo hice contra esa lectura, y fue muy bueno hacerlo así, alrededor de lo que decía, sobre todo de cómo lo decía, sin condicionarla con exigencias o ideas. Ella generaba una música tan maravillosa que me facilitaba la tarea, o mejor dicho: la posibilitó. Compuse música para que la acompañara, que enfatizara, subrayara, por momentos tan abstracta que conviviera con el relato.

Para el ensamble, reuní músicos geniales con los que suelo tocar: Hernán Possetti en piano, Christian Basto en contrabajo, Armando de la Vega en guitarra y Laura Hackstein en violín. Laura, excelente violinista y violista estadounidense, tocó en los conciertos, pero volvió a Nueva York. Entonces llamé a Pablo Sangiorgio, también excelente violinista, para la grabación.

La obra se hizo en 2017. Lucía estaba feliz. Después de las funciones me escribía la gente del Teatro para agradecerme ese contacto con ella. Realmente fue una fiesta. Y si bien el destinatario privilegiado eran los chicos, el espectáculo fue para todos. Claro que ellos escuchan sin prejuicio, tienen una oreja abierta, en formación. Recuerdo haber ido  al teatro de chico y las imágenes, tensiones, escenas, sonidos que me marcaron para siempre. Por eso me pareció fantástico llevar a Lucía a los chicos y, a través de ellos, a los que no la conocían y la conocieron a partir de esta experiencia.

Lucía era una musa para muchos compositores argentinos que escribieron para que cantara, tocara o leyera, entre ellos, Francisco Kröpfl y Gerardo Gandini. Para mí, trabajar con ella fue un enorme privilegio; todo lo que tocaba lo convertía en una excelente música. 

Terminadas las presentaciones, Lucía viajó a Florencia. Recorrió exultante las calles de su ciudad natal durante semanas. A su regreso, acomodó su casa y se acostó a dormir. Pero al día siguiente ya no estaba con nosotros. Fue enorme el dolor de su pérdida para quienes la quisimos y admiramos. 

Tiempo después, en la cuarentena estricta, recordé que tenía su voz muy bien grabada. Volví a Las aventuras de Pipo como se vuelve a los momentos felices y necesarios. Tenía que hacer algo con ese valioso material, y cuando por fin nos dejaron salir, fuimos directo al estudio de grabación para registrar la música. Luego hice la edición con la asistencia de los técnicos. Aunque la edición parecía ya estar hecha: tocamos tantas veces con ella que fue como si el ángel de Lucía nos hubiera tomado. 

Quedó un hermosísimo trabajo que se editó por Los años luz discos. Es un homenaje a Lucía y un gusto que nos dimos, en especial para mí, por haber tenido y motorizado la idea. Agradezco a todos los que hicieron posible Las aventuras de Pipo. Es mucho más que una experiencia musical, es sobre todo una experiencia de mucho cariño y eso también quedó grabado.

*Bandeonista y compositor, responsable del álbum Las aventuras de Pipo.