ESPECTACULOS
Guillermo Miranda E Ivor Martinic

“En cualquier país, hay una violencia muy fuerte”

El dramaturgo croata autor de “Mi hijo solo camina un poco más lento”, llega para presentar su último espectáculo junto al performer de El Salvador.

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Base. Se trata de una historia de vida llevada al escenario, que reelaboran el trauma del salvadoreño, desde la mirada del autor teatral. | GZA. PRENSA DRAMA FELIZ…

Buenos Aires conoce muy bien la dramaturgia del escritor croata Ivor Martinić, para muchos, es y será el autor de la exitosa obra “Mi hijo sólo camina un poco más lento”.  Luego llegaron otras, pero este espectáculo se puede seguir viendo. Vendrá al país ahora con su compañía teatral T25, para estrenar junto al actor de El Salvador, Guillermo Miranda la última creación: “Drama feliz de un joven del país más violento del mundo”, que se dará todos los viernes de octubre a las 20.30 en el Teatro Moscú (Ramírez de Velasco 535).

—¿Por qué en tus obras aparece la familia? A “Drama feliz de un joven del país más violento del mundo”, la definiste como un semidocumental. 

IVOR MARTINIC: Tengo mucho interés por este tema. Cuando conocí a Guillermo y me habló de su vida me pareció una historia muy potente. Hay una conexión fuerte entre él, su hermana y su madre. Predomina el amor y el apoyo. Es la historia de Guillermo la que buscamos contar y él es de El Salvador.

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—Tu país, El Salvador, ¿es el más violento del mundo?

GUILLERMO MIRANDA: Cuando me fui de él, en el 2015 estaba considerado así. Puede ser que en la actualidad ya no lo sea, hace seis años que no vivo allí. Ahora se ve que se vive una realidad bastante diferente a la que yo experimenté. Vengo muy del bajo mundo de El Salvador y hoy me parece que todo el mundo es violento, tanto en Europa, si miramos Ucrania o Argentina. En cualquier país hay una violencia muy fuerte.

—¿Por qué te acercaste al teatro?

G.M: Quise tener dinero para poder pagarme la universidad, sabía que mi familia no me podía ayudar.  Fui a hacer un cásting para la televisión y conocí allí a una directora de teatro que vio mi potencial y facilidad. Creo que siempre he tenido rapidez para aprender, desde muy pequeño. Así pude pagarme los estudios en Ciencias de la Comunicación, con la especialidad en Publicidad y Marketing, porque era un poco lo más cercano al arte. En El Salvador no hay academias, ni universidades de Arte Dramático, sólo existen algunos cursos. Nunca me vi como abogado o doctor.

—¿Cómo se escribió el espectáculo y en qué idioma? 

I.M: Trabajamos con documentos, porque al inicio iba a ser un corto documental, pero siempre quise llevarlo al teatro. Como es un material tan privado y personal que no sabía si era capaz de poderlo estar reproduciéndolo en diferentes funciones. El espectáculo ya se estrenó en Madrid y luego lo hicimos en Barcelona, hay que subrayar que siempre es diferente. Guillermo es este tipo de persona, de performers que cada vez hace cosas distintas. Escribo en croata y tengo una buena relación con mi traductora: Nikolina Židek.

—¿Cuándo pasaste de dramaturgo a director?

I.M: Hace seis años en Barcelona. En Croacia tenía una vida y carrera como escritor, pero al cambiar mi lengua necesité marcar esta modificación. Ahora necesito trabajar en teatros diferentes, para que todo tenga más sentido, por eso empecé a dirigir e incluso necesité estar en el escenario. Cuando estrené “Sería una pena que se marchitaran las plantas”, subí y compartí escenas con el elenco. Estoy muy feliz de volver a la Argentina. Creo que hay muchos teatros y directores que gustan de mi trabajo y que quieren hacer mis obras.

—¿En este momento dónde vivís?

G.M: Trabajo en Madrid. Tengo protección internacional en España, porque creo que no se puede pretender ser alguien que no se es, sobre todo intentando sobrevivir y que no te maten, además viviendo infeliz. Estuve en Barcelona porque mi hermana había conseguido trabajo allí. Es una ciudad muy internacional, con gente de distintos países, además hay varios argentinos. Se puede vivir sin saber hablar catalán, aunque no entraría a una oficina, pero en el arte hay más libertades.

 

El maravilloso público argentino

Se caracteriza a Ivor Martinic, el dramaturgo croata por sus títulos extensos, como el primero que conocimos: “Mi hijo solo camina un poco más lento” (2014), luego “Drama sobre Mirjana y los que la rodean” y “Sería una pena que se marchitaran las plantas”, que muy pronto se estrenará en nuestro país. Anticipa que tanto en Córdoba como en Uruguay le han pedido sus textos. Su obra, “Ante” con dirección de Guillermo Cacace se presentará desde el viernes 13 hasta el lunes 15 en Apacheta (Finochietto 483), a cargo del Grupo la Comarca Andina.

Martinic reflexiona:  “Un poco mi meta es exponer en los títulos la idea principal. Un pensamiento muy claro de lo que quiero contar. Aquí en Argentina hay mucho interés por el teatro. Para la gente es un arte importante y tienen una importante comunidad teatral. Ahora tengo una lista de obras, que voy a ver, además ya tengo muchos amigos. Me sorprende y mucho que el público vaya al teatro todos los días, es un plan frecuente para ustedes”.

El actor y performer Guillermo Miranda nació en El Salvador, aunque tuvo que exiliarse en España. Confiesa: “Será mi primera vez en Argentina y tengo expectativa precisamente porque cómo se habla de su teatro. Siento que de alguna manera regreso a mi país, ya que tenemos algunas coincidencias culturales. Por ejemplo, en El Salvador también usamos el voseo y creo que hay muchas afinidades también en las comidas. Por todo eso es que tengo ilusión de estar en Argentina. En El Salvador todavía está mi otra hermana con mis sobrinas pequeñas. Nuestra idea es que también puedan irse. Hoy mi país está bastante mejor, no sólo económicamente sino en seguridad”.