ESPECTACULOS
Javier Daulte y Karina K

“La ciencia ficción puede ayudarnos a pensar”

El autor y codirector junto a una de las actrices del elenco de Carnicera analizan las grietas que flotan en el espectáculo y celebran la actualidad de las tablas y su osadía.

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Base. La obra se estrenó en 2021 y la puesta original de Barcelona la dirigió el dramaturgo David Teixidó. | Sergio Piemonte

De jueves a domingos a las 20 horas se puede ver Carnicera, escrita por Javier Daulte y codirigida junto a Mariano Stolkiner. Sobre el escenario del teatro Regio (Av. Córdoba 6056) están: Karina K, Marcos Montes, Florencia Raggi y Agustín Daulte. Aclara Daulte: “Se estrenó en 2021 y la puesta de Barcelona la dirigió David Teixidó. Se trató de un encargo con el único condicionamiento de que no fueran más de cuatro actores. La escribí durante la pandemia y creo que el disparador principal no fue ni la enfermedad, ni el encierro, sino las teorías conspirativas que empezaron a sobreabundar”.

—El tema de la carne ¿lo imaginaste como símbolo de la Argentina?

DAULTE: No sé por qué elegí la carne. Pensá que la escribí para que se estrenara en España. Quizá en ese contexto el tema de la carne, tratada por un argentino, despertaba en el imaginario una cantidad de fantasías que me parecía interesante poner en juego. En Argentina ese efecto es diferente. Nuestra relación con la carne es de toda la vida y de toda nuestra historia. Estuvo está y estará siempre, aun cuando todos dejemos de comerla.

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—¿Cuáles fueron las dificultades de tu protagonista Porcia?

KARINA K: El nombre es el mismo de un personaje de El mercader de Venecia de William Shakespeare. La engordé un poco, quise que fuera pesada y busqué sutilmente rasgos de porcina. Desde la parte técnica exige una disociación, concentración y memoria. La composición también fue compleja porque es muy distinta de mí. Es una mujer del Conurbano, con una infancia en el campo y relacionada con el faenamiento de animales. Es divertida, aunque se siente oprimida de hacer siempre la misma tarea: cortar y cortar carnes, en ese frigorífico. Nada que ver conmigo que soy vegetariana, ecologista y humanista. Busqué lo verosímil y me puse en las manos de los directores y en esos cuatro ojos externos.

—Como muchas veces tu texto tiene algo de ciencia ficción: ¿por qué está ausente de nuestros escenarios? 

D: Está ausente en todos los escenarios, de todo el mundo. Creo que el tema tiene que ver con el desarrollo de la historia de la ficción y con un prejuicio. Respecto de su recorrido a lo largo de la historia, lo que hoy llamamos ciencia ficción o género fantástico (no son lo mismo exactamente) fue algo privativo del teatro. Desde los griegos, que presentaban a sus dioses en escena hasta los seres fantásticos del teatro de Shakespeare (fantasmas, duendes, hadas, etc.), existe todo un teatro que es de género fantástico. Pero luego apareció el cine y se apoderó de él con sus efectos especiales mediante. Lo devaluó un poco, y ahí surge el segundo de los problemas: el prejuicio. Hoy hacer ciencia ficción en el teatro solo es pensable para un público infanto juvenil o para hacer parodia. Creo que a los géneros antes de parodiarlos hay que respetarlos y conocerlos. La ciencia ficción puede ayudarnos a pensar y plantear de manera única algunos aspectos del comportamiento humano y de la cultura.

—¿Por qué la codirección?

D: En plena cuarentena Mariano Stolkiner, Juan Coulasso y yo empezamos a tener encuentros para compartir las penurias que nos tocaban vivir como dueños de salas alternativas. Compartíamos inquietudes de todo tipo y nos fuimos conociendo. Además, les pasaba lo que estaba escribiendo, entre ellas Carnicera. De inmediato Mariano manifestó su deseo de dirigirla. Luego surgió la idea de compartir la tarea y presentar el proyecto en el CTBA. Me gusta compartir proyectos y tarea. Me ayuda a pensar mejor.

—¿Cómo fue trabajar con dos directores?

K: Son dos muy personas muy respetuosas, que escuchan y que evidencian un mismo criterio estético. Tuve un proceso excelente y todavía siguen pasándonos notas, puliendo cada noche. A mí me parece que es más ventajoso, ya que tenés la mirada de dos artistas. Sentí que ellos dialogaban antes de entrar al ensayo, por lo cual no había nada de improvisación. Analizan muchísimo el material. 

—¿“Carnicera” habla de nuestra grieta?

D: No especialmente. Si habla de eso es por algo que uno no puede evitar cuando escribe. Ciertas cuestiones sociales están en el aire y uno como artista no puede desembarazarse de eso por más que quiera. Pero no fue mi intención hablar de la grieta. O mejor dicho, no de una grieta específica.

K: Se presentan dos bandos en el espectáculo, con grandes diferencias. El margen de violencia se da por el no respeto a las opiniones políticas, más allá de lo partidario. La obra refleja esa no tolerancia a la diversidad de pensamientos. Esto nos sucede en lo cotidiano. Es falta de humanismo.

 

Entre los estrenos y el veganismo

Javier Daulte confirma que: “Siguen las funciones de jueves a domingo de Me gusta de Alberto Rojas Apel, en el Paseo La Plaza. Ahora junto a Damián De Santo está con Paola Krum reemplazándola a Julieta Zylberberg por su embarazo. Y los martes a las 20 horas presento El sonido, mi última obra, con el mismo equipo de Luz Testigo, en el Callejón. Mientras estoy preparando también algo para el Cervantes para el año que viene, pero aún no puedo anunciarlo”. El público se sorprenderá al escuchar tanto a Florencia Raggi como a Marcos Montes hablando ruso, Daulte dice: “Los preparó una señora de San Petersburgo que se vino a la Argentina con su familia por la guerra. Lo que dicen está escrito y originalmente la idea era subtitular esos textos. Pero lo probamos y nos dimos cuenta de que era mejor dejarlo sin subtitulado”.

Subraya Karina K: “Vengo del teatro under, por lo cual lo que me interesa es lo que actúo, más allá del espacio. Cuando viví ocho años en Barcelona nunca dejé de hacer teatro, en café concert. Es otro aire el del Regio, incluso tanto Marcos (Montes) como yo vamos en bicicleta. Creo que estamos en un momento bisagra, sin proyecto a la vista en el mundo audiovisual”. Aunque parezca una ironía, en el escenario está rodeada de carne pero ella aclara: “Soy vegetariana y budista. Con los años empecé a sentir aversión a la carne y mi salud mejoró cuando abandoné ese consumo, que me afectaba al aparato digestivo y mis cuerdas vocales”.