ESPECTACULOS
Julieta Nair Calvo y Carlos Belloso

La pareja despareja con magia en escena

Ella viene de Disney y está en El lobista; él es uno de los genios del teatro y combina El test con la comedia musical infantil. Dos historias de vida y obra distintas en un infantil.

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Éxito. Julieta Nair Calvo y su primer protagónico, al lado de Carlos Belloso. Juntos en Aladín, será genial. | Grassi

En el gran musical de este año les toca el turno a Aladín, el genio, la lámpara y la princesa, con texto de Marisé Monteiro, música de Patricia Sosa, Oscar Mediavilla, Daniel Vilá y Federico Vilas, más el sello de Ariel Del Mastro en la dirección general. Desde el viernes 6 de julio están en el teatro Gran Rex y en las dos semanas invernales realizarán dos funciones diarias de martes a domingo. En el elenco están Julieta Nair Calvo y Carlos Belloso, ella será la princesa del título, y él, el más malo de la historia, el Gran Visir. Aladín será Fernando Dente y el genio de la lámpara Darío Barassi.

Tanto Julieta Nair Calvo como Carlos Belloso son intérpretes conocidos que comparten trabajo en los escenarios y en la televisión. Ella tuvo el año pasado una gran trascendencia con su personaje en Las estrellas, ahora integra El lobista, que protagoniza Rodrigo de la Serna, ambas de El Trece. En la actualidad está haciendo funciones de miércoles a domingo de El test en el Multiteatro. “Estoy tranquilo con la televisión –subraya Belloso–. Mi último trabajo no me hizo muy feliz (Quiero vivir a tu lado). El programa no estaba mal, aunque no le fue bien. No quiero hacer televisión por hacer. No me puedo quejar, Pol-ka siempre me trató muy bien”.

—Trabajaste en varios musicales (“Ni con perros ni con chicos”, “Mamma mía”, “La novicia rebelde” y “Despertar de primavera”). ¿Será tu primer protagónico?

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Calvo: Puede ser que esta princesa tenga un lugar importante en esta historia, pero Aladín es el verdadero protagonista. Mi princesa es bastante revolucionaria, ya que privilegia el amor, en este musical con mucho despliegue. Mi personaje se diferencia del rey, su papá (Sebastián Vitale), porque ella quiere ver cómo es la realidad del pueblo y enfrentará al malo, el Gran Visir (Carlos Belloso). De alguna manera tanto Aladín como la Princesa son líderes y tienen los mismos valores. Todo está muy cuidado, la música, las coreografías, y estamos muy orgullosos.

—¿Cómo es actuar para los más pequeños?

Belloso: No hay diferencias cuando uno enfrenta al público. Hice el Duende Verde en El hombre araña (2009). Siento que aquí debo hacer creíble a mi personaje desde la tragedia, y eso lo hace gracioso. Estoy haciendo El test en otro teatro para adultos y aquí en Aladín hago de un malo, malísimo. Con el director de actores (Daniel Casablanca) estudiamos los preceptos de Jacques Lecoq y así creamos a este Gran Visir. Hay muchos trucos, como hechicero un tiro fuego (papel flash) que no es peligroso y también volaré…

C: No encaro mi trabajo pensando en el público. Es un error subestimar a los niños. Aladín es para toda la familia, con varias lecturas. Trabajé cuatro años en Disney con temáticas enfocadas para los preescolares. Son muy inteligentes, no hay que hablarles de manera distinta. Hay que entrar en su código.

—¿Cuál fue la maestra que te marcó?

C: A mis 13 años entré en un programa que conducía Reina Reech, y cuando terminé me dediqué más a la actuación e hice la escuela de Julio Bocca en comedia musical. Pero mi maestra durante mucho tiempo y con quien integré una compañía independiente fue Deborah Warren, quien falleció hace muy poco (2014).

—¿El público hoy busca ver comedias en el teatro?

B: Me parece que la tragedia pura es incompleta. Incluso los grandes autores entrecruzan algún momento de humor. Las obras de teatro deben tener contrastes. Hoy el que apuesta al mensaje profundo me parece que pierde, la gente necesita esa diversidad. Por ejemplo El test todo el tiempo es comedia pero te invita a la reflexión.

—Harán dos funciones diarias durante dos semanas…

C: Esto da mucho entrenamiento y responsabilidad. Hay que cuidar el cuerpo y la voz. Será agotador porque además tenemos una gran entrega. Terminé de grabar El lobista y empecé con los ensayos de Aladín, no puedo dividir mi energía en varios proyectos, prefiero uno por vez.

B: Me preparo y en un momento entro en esa vorágine. Hace unos años (2008) llegué a hacer cinco funciones diarias, dos de El hombre araña, otras tantas de The Pillowman y a la trasnoche encarnaba mi unipersonal Dr. Peuser.

—¿Qué opinan sobre el proyecto de ley de aborto seguro, legal y gratuito?

C: No pude ir a las marchas pero sí apoyo la ley. No es aborto sí o no, sino legal o ilegal. Nadie quiere que una mujer aborte, el debate es que esa realidad existe y se debe buscar que no se mueran más jóvenes.

B: Me parece que tiene que ser legal. A título personal, no estoy de acuerdo con abortar. Pese a cualquier circunstancia defiendo la vida, pero primero está la libertad de la mujer, ella es la que debe decidir. Si no, sería machismo.

 

La princesa y el gran visir

Antes del estreno, Julieta Nair Calvo confiesa: “Sufro de insomnio cuando se acerca la fecha”. Hoy toma clases de canto con el profesor Sebastián Mazzoni. “Me ofrecieron un personaje muy lindo y divertido –anticipa– para la próxima tira de Pol-ka, que será para lo que resta del año. Pero aún no firmé, y aunque estoy comprometida con ese proyecto no cuento más por cábala. Seguiré en la pantalla de El Trece. No tengo más ofertas. Hay diferencias: entre Las estrellas y ahora El lobista cambié de género, pasé de la comedia al drama, del diario al unitario. En ambas llegué a través de casting”.

Cuando se le pregunta cuánto cambió su vida desde el último éxito responde: “Cada trabajo para mí es muy importante, lo distinto de interpretar a Jazmín el año pasado es que me vio mucha gente, la historia de amor gustó y creció. La gente me recibió con mucho respeto. Sobre todo en las redes sociales”.

Carlos Belloso recuerda la cantidad de funciones que hizo a la gorra de alguno de sus espectáculos. “La gente es muy generosa y a veces es una alternativa real frente a las entradas tan caras. También hay salas independientes que cobran más que las oficiales. Hoy funciona mucho este sistema y lo vivimos con Breaking tango. Tengo un imaginario por mi edad y se lo entrego hoy a mis compañeros de elenco –dirá Belloso–. Leí Las mil y una noches, y casi todos vieron el Aladdin de Disney, pero los impulsé para que vean la película muda Aladino y la lámpara maravillosa (1906) y la de 1940 (El ladrón de Bagdad). Me gusta ir por la historia, el cuento está revestido por este mito y ambientado en un país tan lejano”.