Otra víctima de la guerra entre Israel y Hamás. Un adolescente palestino-estadounidense, Tawfic Abdel Jabbar de 17 años, falleció a causa de un tiroteo mientras conducía una camioneta por la autopista 60. Este camino es una de las principales vías que se dirige a Cisjordania.
Las autoridades israelíes no dieron a conocer quiénes ejecutaron el asesinato, pero explicaron que "aparentemente estaban implicados un agente de la ley fuera de servicio, un soldado y un civil."
Fueron más de diez el total de disparos efectuados en la parte trasera del vehículo. El ataque cesó cuando el camión volcó y rodó varias veces en una ruta de tierra. El joven fue declarado muerto al llegar a un hospital de Ramala.
El único testigo contradice las versiones de las autoridades israelíes
Según declaró a The Associated Press el acompañante que atestiguó el hecho, no hubo provocación por parte de la víctima que sirva de justificante para la agresión.
Esto refutaría las declaraciones de la policía israelí, que afirmó que la balacera tenía como objetivo detener a personas "supuestamente implicadas en actividades de lanzamiento de piedras a lo largo de la autopista 60".
Las balas impactaron principalmente en el parabrisas trasero y, luego, en la plataforma del camión. Esta información coincide con lo atestiguado por Mohammed Salameh, de 16 años. El joven, acompañaba en el asiento delantero a su amigo Tawfic Abdel Jabbar, de 17 años, oriundo de Luisiana, Estados Unidos.
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Además, Salameh negó que Jabbar hubieran estado arrojando piedras y, a su vez, aseguró que nadie intento detener la camioneta. Es decir, el ataque ocurrió sin mediar violencia o resistencia por parte de las víctimas.
La versión que dio Salameh, sostiene que junto a su amigo transitaban la autopista 60 cuando oyeron disparos que alcanzaron de repente la parte trasera del camión e impactaron en el cuerpo de Abdel Jabbar. Cuando la camioneta volcó, él consiguió salir y correr de vuelta al pueblo desesperado por buscar ayuda.
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En su relato comentó que ambos habían organizado un almuerzo en los campos que son propiedad de su familia. Pero, mientras iban camino al campo se percataron que habían olvidado el carbón para asar las carnes que comerían. Fue así que Abdel Jabbar decidió girar en dirección al pueblo por un camino de tierra alternativo. En ese momento, comenzaron a sentir el estruendo de los disparos. Además, comentó que cuando regresó con sus familiares para auxiliar al joven baleado, los soldados israelíes volvieron a apuntarles, obligándolos a quitarse la camisa para demostrarles que se encontraban desarmados.
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El padre del joven asesinado, declaró a los medios que al llegar a la camioneta encontró a su hijo casi sin vida y cubierto de sangre. A su vez, calificó como "una gran mentira" las versiones israelíes que afirman que su hijo "estaba tirando piedras". Y señaló que aun siendo esto cierto, la reacción de los militares israelíes fue desmedida porque no representaban una amenaza cuando conducían en dirección al poblado. Las autoridades policiales de Israel continúan con su versión de los hechos, y explican que aún se encuentran investigando este suceso.
"Quería ser ingeniero", se lamenta el padre de Tawfic
Tawfic cursaba el último año de la secundaria, antes de morir durante el trágico hecho. Según el testimonio de su padre, estaba estudiando a la distancia y se encontraba ansioso por la nueva etapa que lo esperaba al regresar a los Estados Unidos: ingresar a la universidad.
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Los padres de Tawfic, Hafeth y Mona vivieron toda su vida en Palestina, hasta que se mudaron a Gretna (Luisiana), donde contrajeron matrimonio. Era habitual para ellos regresar a su hogar en las épocas de verano. De esa manera, buscaban que sus hijos se reconectaran con sus orígenes, y participen de en la comunidad.
Esta familia pronto empezó a prosperar con su negocio de zapaterías, y actualmente posee una cadena en Estados Unidos. Tawfic había preferido iniciar su propio camino, escogiendo estudiar en vez de trabajar en la empresa familiar. Su padre, Abdel Jabbar, afirmó que su hijo deseaba ser ingeniero.
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El gobierno de Estados Unidos exigió al gobierno de Israel que procure una investigación transparente sobre el asesinato del joven. Sostienen que fueron reiteradas las advertencias sobre el aumento de la violencia contra los palestinos en el territorio. Además, la familia de palestinos residentes en Estados Unidos, confirmaron que representantes de la embajada estadounidense viajaron hasta el pueblo, para tomar fotografías del coche y entrevistar a los familiares.
Mona, la madre de 36 años del joven asesinado, aseguró que busca justicia. Su deseo es que quienes mataron a su hijo sean procesados y encarcelados en Israel por el crimen que cometieron. También, señaló que se encontraba molesta con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Y cuestionó:
"¿Cuántos niños tienen que morir para que Estados Unidos deje de apoyar a Israel?"
Las cifras actuales de palestinos muertos es de 25.000: dos tercios son mujeres y niños, según los datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad de Gaza, que se encuentra bajo el control de Hamás.
Recordemos que este grupo terrorista había desencadenado la guerra, luego de atacar Israel el pasado 7 de octubre. En la parte sur de Israel, fueron asesinadas 1.200 personas y se tomó de rehenes a otras 250. Aun así, son cada vez más los organismos de derechos humanos que declara que la reacción de Israel es "desmedida". Si bien el gobierno de Biden condenó el aumento de la violencia de los colonos israelíes contra los palestinos en Cisjordania, aún continúa apoyando económica y diplomáticamente a Israel en el conflicto. En este contexto, Mona sentencia:
"A mi hijo lo mataron, no quiero decir las balas estadounidenses, pero al menos el dinero estadounidense. Vivimos allí, trabajamos allí. Nuestro negocio está allí, pagamos impuestos allí. Así que mis impuestos van a parar a la bala que mató a mi hijo".
