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Cuando las primarias son realmente importantes para un país

Hay votaciones internas que son trascendentes. Desde el sorpresivo triunfo de Obama frente a Hillary, hasta la unión del antichavismo. Por qué Mujica sumó a Astori después de derrotarlo. El caso de Chile.

Una primaria increíble. El Partido Demócrata protagonizó una elección que cautivó al mundo entero. El ascendente Barack Obama venció sobre una peso pesado: Hillary Clinton.
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Mientras que pocas fuerzas políticas les sacan provecho en la Argentina, las elecciones primarias son un instrumento útil y de uso frecuente en otros países. Con diferencias y matices entre los distintos sistemas electorales, las primarias fueron instancias decisivas en votaciones históricas de los Estados Unidos y también de naciones latinoamericanas, como Chile, Uruguay o Venezuela.

En la Argentina, la reforma política aprobada en 2009 estableció que las primarias fueran abiertas, simultáneas y obligatorias. Son abiertas porque cualquier ciudadano registrado en el padrón puede votar en las internas de cualquier partido, sin importar si está afiliado o no.

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En el sistema federal estadounidense, en cambio, algunos estados tienen primarias partidarias abiertas y otros, semiabiertas o cerradas. Allí donde hay internas abiertas, los electores pueden elegir entre las primarias de los republicanos o de los demócratas sin importar su filiación política. En las semiabiertas, los afiliados al Partido Republicano no pueden votar en la interna demócrata y viceversa, pero los votantes independientes pueden participar en alguna de las dos. En las cerradas, sólo pueden votar los ciudadanos afiliados a algún partido.

En todos los casos, los votantes no eligen directamente al candidato a presidente, sino a delegados estatales identificados con los postulantes, que luego se reúnen en una convención nacional partidaria que selecciona al competidor final. En ocasiones, las primarias estadounidenses alcanzan una trascendencia comparable a la de los comicios generales. Eso ocurrió en las históricas internas demócratas de 2008, cuando una figura emergente como Barack Obama derrotó a una peso pesado como Hillary Clinton.

En varios países latinoamericanos, las primarias se convirtieron en una práctica común en los últimos años. En 2012, la oposición a Hugo Chávez en Venezuela realizó las primeras elecciones internas abiertas en la historia del país. Aunque no fue suficiente para derrotar al chavismo, el novedoso proceso le permitió a la oposición aglutinarse detrás de la candidatura única de Henrique Capriles Radonski, luego de una década en la que la fragmentación había sido un serio problema.

En Uruguay, la reforma constitucional de 1996 introdujo primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. La más recordada es la que celebró el Frente Amplio en 2009, cuando José Mujica venció a Danilo Astori. La mayor diferencia con la ley argentina es que, mientras que en la Argentina los postulantes deben ir a los comicios generales con el mismo candidato a vicepresidente que los acompañó en la interna partidaria, la norma uruguaya permite que dos rivales en las primarias integren luego la misma fórmula presidencial. Eso fue lo que hicieron Mujica y Astori.

Chile no tuvo una ley de primarias hasta 2012. Sin embargo, las internas fueron una práctica común en la Concertación desde sus orígenes. En 2009, el formato utilizado fue el de primarias semiabiertas y “escalonadas”: se votó en distintas fechas por región y se acordó que, si alguno de los postulantes superaba al otro por más del 20%, sería proclamado inmediatamente candidato sin necesidad de concluir las demás fechas previstas.

En 2012, el gobierno de Piñera introdujo un sistema de primarias abiertas, simultáneas, voluntarias y nacionales para todos los partidos políticos. Las internas se celebraron este año: Michelle Bachelet arrasó en la Nueva Mayoría y Pablo Longueira se impuso en la Alianza. Sin embargo, el ex ministro de Economía terminó declinando su candidatura. Lo reemplazó la ex ministra de Trabajo y Previsión Social, Evelyn Matthei.

A juzgar por la calidad y extensión de las PASO, la Argentina aún no desarrolló una cultura de primarias como algunos de sus vecinos regionales. Nunca es tarde.