El productor cinematográfico y filántropo argentino, Fernando Sulichín, que trabaja asiduamente con el reconocido director y guionista de cine Oliver Stone, habló con PERFIL sobre su trabajo con grandes directores de Hollywood y su lado más humanitario promoviendo la paz mundial.
El propio Stone, Spike Lee, Martin Scorsese, Marlon Brando, Sean Penn, Jim Jarmusch y David Lynch son algunos de los tantos cineastas con los que trabajó Sulichin, que participó de la creación de reconocidas películas como "La historia no contada de los Estados Unidos", "Snowden" o "Malcolm X".
Es miembro de varias organizaciones humanitarias como el Fondo para Niños Nelson Mandela, fundada por el propio ex presidente sudafricano y la Fundación CORE, liderada por Sean Penn.
Este año, el filántropo argentino participó de la cumbre de Bahrein en el panel sobre entretenimiento y deporte en el evento Peace and Prosperity Workshop. Allí estuvo con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, entre otros, con el objetivo de promover un plan de paz en medio oriente, principalmente en Palestina, mediante el fomento de la inversión y el desarrollo económico en los territorios palestinos. También se destaca su lucha contra el calentamiento global.
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La entrevista completa
- PERFIL: Queremos conocerlo un poco a usted, el personaje que se encuentra detrás de muchísimas producciones conocidas a nivel internacional como películas de David Lynch, Spike Lee o Oliver Stone. ¿Cómo fue ese acercamiento al cine que arrancó por un accidente?
- Fernando Sulichín: Es así. Yo estaba en Los Ángeles, quería continuar con mis estudios de arquitectura y entré en la Universidad de California en un aula de producción. Ahí vi a un señor, que se llama Peter Goubert, que era el jefe de un programa de producción. Vi lo que hacía y dije 'yo quiero ser como este señor'. Bueno, el resultado es un poco diferente después de más de 20 años, pero mal no nos fue.
- P: ¿Se imaginaba a dónde iba a llegar?
- FS: Jamás. Hay que salir adelante. No hay que pensar mucho en el futuro. Hay que hacer, estar activo e ir por las cosas, las cosas no vienen a uno. No hay que victimizarse ni quejarse, sino que uno está frente a las cosas e ir por ellas, por un sueño y una carrera.
- P: Entre esos sueños, ¿en qué momento se incorporó este workshop internacional que es Peace and Prosperity que uno de sus objetivos es la paz mundial, sobre todo en una región conflictiva como medio oriente?
- FS: Me llamaron. Yo no tenía mucho que ver. Vieron mi trabajo filantrópico con Haití y me llamó el asesor del presidente Trump, que se llama Jared Kushner a formar parte de esa comitiva, y ahí, dentro de mi industria pude contribuir y seguimos contribuyendo.
- P: En ese marco, hablaste con personalidades de la talla de Infantino del lado del deporte...
- FS: Sí, había un montón de gente más. Entonces intentamos ver cuál es la solución para que Palestina y toda esa área pueda prosperar. Yo cuando hablo en general incorporo mucho en mi vocabulario la palabra posibilidad. Veo qué es lo posible, qué es lo posible para mí, para ellos y para todos. En vez de pensar, qué es lo que me falta, pienso qué es lo posible. En ese workshop estábamos intentando ver qué es lo posible para Palestina, y a través del entretenimiento que es mi parte.
- P: Es un objetivo realmente muy loable, pero algunos lo consideran tal vez un tanto lejano. Una de las críticas que escuché al proyecto, más allá de todos los halagos, pero uno de los puntos que consideraban más complejos era que no se hablaba de las tierras en sí, o de la historia o de las demarcaciones que se han hecho con el tiempo. Esto es un proyecto para ayudar al progreso de los palestinos. ¿Cómo se observa desde adentro esas críticas políticas que se hacen?
- FS: Coincido con esas críticas, pero también hay que empezar, porque sino todo se queda en la retórica. Entonces hay que empezar. Uno tiene que hacer cosas, no se puede quedar pensando. No hay que dudar, hay que hacerlo. Es como construir un avión después del despegue, uno lo va haciendo, después vez cómo. Lo mismo pasó en Sudáfrica con el Apartheid, se hizo, no es que se pensó 'lo vamos a hacer de esa manera'.
- P: El mejor momento para comenzar algo, no hay que planificar mucho sino decidirse y hacerlo
- FS: Claro, en cine y en todo. Es mi consejo y mi experiencia personal. Si no yo estaría acá viviendo probablemente bien, siendo un arquitecto, está todo bien, pero no hubiera llegado a lograr los sueños con respecto a mi carrera, mis visiones, o la ayuda que puedo hacer por el mundo en las organizaciones no gubernamentales, o en Haití o por el cambio climático.
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- P: En este punto de su vida, realizó tantos proyectos a nivel personal pero también con impacto en la comunidad global, si mira para atrás, ¿cuál de todos dejó un legado?
- FS: De la parte cinematográfica, hay dos muy claros: la historia no contada de los Estados Unidos, hecha por Oliver Stone, que es impresionante y eso me trae buen karma en film porque puedo hacer muchas películas malas ya que eso está bien hecho para que tanto mis hijos o tus hijos o la gente lo vea y se informe bien. Y hay otras películas, Malcolm X me iluminó, Alejandro Magno y Snowden también son películas muy informativas. Después en la parte filantrópica, haber participado activamente de la firma del tratado del COP21, o por ahí programas de la forestación de Haití, o esto de Palestina porque la verdad qué tengo que ver yo, un argentino de Buenos Aires con Palestina, pero abrimos el abanico a otras ideas.
- P: Una de las noticias que por lo general tienen más impacto en los millennials y centennials es qué hace un argentino en tal lugar, siempre llama mucho la atención, en este caso estamos con un argentino que tiene impacto en distintas áreas del mundo, si tuvieras que darle un mensaje a esos jóvenes sobre sus inquietudes como el medio ambiente, la inclusión financiera, la paz en el mundo, ¿cómo se hace para aportar ese granito de arena en un arranque con un objetivo de este tamaño?.
- FS. Primero no se tienen que quedar en la casa pensando lo que podría haber sido, sino tienen que ir por lo que voy a hacer. Después tienen que hacer las cosas con respecto a su sensibilidad, no es necesario ser un activista con una remera que diga el cambio climático o salvar a las ballenas. Lo importante es hacer la contribución desde lo chiquito, de hacer el reciclaje en tu casa, o cualquier cuestión humanitaria hay que practicarla diariamente, sin activismo de moda, porque las modas pasan rápidamente y lo que queda es la esencia pura de uno. Y otra cosa que le digo a los millennials es que se escuchen más a ellos mismos y no escuchen la disparada de mensajes que hay a a través de todos los medios como redes sociales y medios de comunicación, que escuchen a su ser interior. Parece un poco espiritual, pero cuando uno tiene silencio propio puede generar creativamente muchas ideas que pueden resultar en cosas increíbles.
- P: Queda algún objetivo por realizar en su vida después de todo lo que ha logrado y siente que hay alguna deuda para con el mundo o siente que ya plantó su árbol
- FS: Creo que planté varios árboles, pero todavía me quedan un montón de objetivos porque soy una persona muy curiosa porque me encanta encontrar diferentes culturas y verlos por mi propia experiencia. Por ejemplo, cuando hicimos Malcolm X, lo conocí y trabajé con Mandela, y después me hizo miembro de por vida de su fundación. Yo no sabía nada de Mandela, entonces hay que investigar y relacionarse directamente con el sujeto, estar abierto, yo sigo abierto a muchas cosas que todavía no sé. No es que dogmáticamente digo esto es así, es como una especie de polarización o de grieta, no me importa la grieta, hay que ir por el medio e ir por todo, hay cosas buenos por un lado y por el otro. Hay que juntarse.
- P: Es una especie de Corea del Centro
- FS: Ni siquiera, hay que ver lo bueno de todo. Hay cosas buenas por todos lados. Ver lo positivo de las cosas.