El papa Francisco encabezó hoy la ceremonia de Vigilia Pascual en la Basílica de San Pedro. Allí, el pontífice lamentó la falta de esperanza y la existencia de personas "prisioneras de sí mismas".
En el encuentro religioso, donde los católicos representan la resurrección de Jesús, el Papa bautizó a seis albaneses, dos coreanos y otras personas de India, China, Camerún e Italia.
El mundo está "sediento de esperanza" pero los cristianos a menudo son "prisioneros de sí mismos" y son incapaces de transmitir su optimismo, señaló Francisco. El papa aprovechó la ocasión para invitar a los millones de católicos a "portar el anuncio de Pascua", "resucitando la esperanza en los corazones apesadumbrados por la tristeza".
Sin esto, afirmó que la Iglesia será una estructura internacional "con un gran número de adeptos y de buenas normas, pero incapaz de dar la esperanza que el mundo necesita". "No podemos encontrarnos con la vida estando tristes, sin esperanza y siendo prisioneros de sí mismos", aseguró.