La escalada diplomática entre Washington y Caracas parece no tener fin con motivo de la convulsión política y social que atraviesa Venezuela. Esta vez el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tiró un poco más de la tensa soga al condenar en México la "inaceptable" violencia que se vive en Venezuela y llamó al gobierno de Nicolás Maduro a liberar a los manifestantes detenidos y a abrirse al diálogo.
"Junto con la Organización de Estados Americanos, llamamos al gobierno de Venezuela a liberar a los manifestantes detenidos y a iniciar un diálogo real", dijo Obama al término de la Cumbre de Líderes de América del Norte en la ciudad mexicana de Toluca, en la que relacionó las protestas de Venezuela y de Ucrania para condenar su "inaceptable violencia".
Aunque en los pasados días altos funcionarios y portavoces de su gobierno se han manifestado de similar manera respecto de las protestas en Venezuela y los arrestos de manifestantes, entre los que se cuenta el líder opositor Leopoldo López, es la primera vez que el propio Obama en persona se pronuncia al respecto.
Además, no lo hizo en respuesta a una pregunta, sino que aludió a ello por decisión propia durante su declaración inicial en la rueda de prensa conjunta con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper. En su dura declaración, el mandatario estadounidense acusó además al gobierno venezolano de tratar de "distraer de sus propios fracasos inventándose falsas acusaciones contra diplomáticos estadounidenses", en referencia a los tres funcionarios de la embajada estadounidense en Caracas a los que Maduro declaró el domingo "personae non gratae" y les dio 48 horas para abandonar el país.
"En vez de ello, el gobierno debería centrarse en atender los reclamos legítimos de los venezolanos", agregó un muy serio Obama en Toluca. Asimismo, el mandatario estadounidense recordó "a todas las partes" que tienen una "obligación de trabajar juntos para frenar la violencia y restaurar la calma en el país".