INTERNACIONAL
Crimen brutal

La trampa mortal de Hatta: cómo un criptomillonario ruso fue a una reunión con "inversores" y terminó desmembrado

Roman Novak y Anna fueron atraídos a una reunión falsa con "inversores" en una villa de Dubai. Los asesinos quisieron retirar sus activos digitales, pero según los informes, "la cartera estaba vacía".

Roman Novak, de 38 años, y su esposa Anna 20251110
Un multimillonario del mundo de las criptomonedas y su esposa fueron secuestrados. | X @World_Newsn

La promesa de una reunión de negocios en el exclusivo complejo turístico de montaña de Hatta, en Dubai, fue la carnada. Un criptomillonario ruso de 38 años, Roman Novak, y su esposa Anna, acudieron al encuentro con quienes creían eran "inversores" y desaparecieron. Un mes después, sus restos mutilados fueron hallados enterrados en un desierto de los Emiratos Árabes Unidos, poniendo fin a una búsqueda desesperada y destapando una trama de extorsión y violencia extrema.

La pareja, residente en Dubai, llevaba una vida de alto perfil que exhibía sin pudor en redes sociales, mostrando jets privados y autos deportivos de lujo. De hecho, poco antes del secuestro, Novak había sumado a su colección un codiciado AC Cobra británico. Se cree que esta ostentación los puso en la mira de sus asesinos.

Roman Novak, de 38 años, y su esposa Anna 20251110
Los restos de la pareja fueron encontrados enterrados en un desierto de los Emiratos Árabes Unidos

El día de la desaparición, el chofer personal de la pareja los llevó a un estacionamiento junto a un lago en Hatta. Allí, Novak y Anna se trasladaron a otro vehículo para el tramo final del supuesto encuentro. Fue en ese trayecto que el empresario logró enviar un último y desesperado mensaje a sus contactos: estaba "atrapado en las montañas de la frontera con Omán" y rogaba por 152.000 libras esterlinas, relató el Daily Mail.

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Tras ese pedido de ayuda, "se perdió el contacto con la joven pareja", confirmó Svetlana Petrenko, del Comité de Investigación de Rusia. La alarma, iniciada por los familiares en Rusia, llevó a la policía emiratí a una villa. Allí encontraron la escena del horror: rastros de sangre de Anna, un auto alquilado también manchado, un "arsenal de cuchillos" y una remera olvidada por los asesinos.

Roman Novak, de 38 años, y su esposa Anna 20251110
El momento en que las autoridades detenían a los sospechosos del asesinato

Según la investigación, los captores (que se hacían pasar por inversores) exigieron la contraseña de la billetera de criptomonedas de Novak. Pero el plan fracasó. El medio Fontanka reportó que, aunque Novak "no opuso resistencia", el botín ya no existía: "La cartera estaba vacía". Al no poder cobrar el rescate de ninguna otra fuente, la pareja fue asesinada y desmembrada.

En un intento por ganar tiempo y despistar a la policía, los asesinos utilizaron los teléfonos de las víctimas. Los dispositivos fueron rastreados durante dos días en Hatta, luego en Omán y llegaron a emitir señal desde Ciudad del Cabo, Sudáfrica, antes de desaparecer por completo a principios de octubre.

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Un exdetective y veteranos de guerra entre los acusados

La investigación avanzó rápido en Rusia, donde tres sospechosos fueron detenidos "tras regresar de Dubai". Los "inversores" eran en realidad Konstantin Shakht (53), un exinvestigador de homicidios con prontuario por contrabando de drogas, y dos hombres que habían luchado en la guerra de Ucrania: Yury Sharypov (46) y Vladimir Dalekin (45).

Los tres presuntos conspiradores ya fueron puestos en prisión preventiva. Sin embargo, se cree que otros cinco rusos, todos menores de 25 años, también están vinculados al horrendo caso.

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Irónicamente, el propio Novak no era un ciudadano ejemplar, reveló Daily Mail. Al momento de su muerte, estaba siendo investigado por el presunto robo de más de 38 millones de libras esterlinas a inversores de criptomonedas, principalmente de China y Oriente Medio. El periódico Komsomolskaya Pravda lo describió como "un manipulador talentoso que logró convencer a la gente para que le entregara cientos de millones de dólares".

Novak, que ya había cumplido una condena por malversación de fondos en Rusia, se jactaba de tener contactos de alto nivel, como el fundador de Telegram, Pavel Durov, y "jeques árabes". Gestionaba una red criptográfica rápida y fiable con una app desarrollada por programadores ucranianos. Los hijos de la pareja, ahora huérfanos, fueron adoptados por los padres de Anna tras la desaparición.

TC/ML