El presidente ruso, Vladimir Putin, está mostrando con cada vez más frecuencia "signos de psicosis" y "escucha voces dentro de su cabeza" después de someterse a un duro y largo aislamiento a causa de la pandemia de Covid-19, afirmó un experto.
El aislamiento al que Putin se sometió desde el inicio de la pandemia podría haberle causado un daño "psicológico irreversible", capaz de haberlo llevado incluso a tomar la decisión de invadir Ucrania en febrero, según afirmó el psicoterapeuta británico Noel McDermott al diario británico Express.
"Al comienzo del encierro, Putin se aisló y permaneció aislado de las personas desde entonces. Incluso ahora, todavía se está aislando físicamente. Su comportamiento es totalmente antisocial e indica que alguien tiene un trastorno de personalidad, lo cual es una posibilidad, o muestra que tiene mucho miedo y paranoia", dijo McDermott.
"Una de las formas en que castigas a alguien en prisión es aislándolo y la gente no entiende lo dañino que es el aislamiento. Eso va a causar daños psicológicos irreversibles", dijo el experto, quien remarcó que los efectos del aislamiento en las personas son "horribles".
"Si Putin se ha aislado a sí mismo, de la forma en que parece haberlo hecho, debe estar en un estado psicótico muy, muy extraño psicológico o angustiado. Cada vez hay más informes de él exhibiendo estos comportamientos", dijo McDermott.
El prestigioso psicoterapeuta explicó que los signos de psicosis son "bastante comunes con la falta de contacto social" antes de agregar: "Las voces dentro de la cabeza de Putin probablemente se volvieron mucho más reales".
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Un Vladimir Putin obsesivo, inseguro y temeroso de ser derrocado
Las noticias sobre el estado físico mental de Vladimir Putin se combinan con las afirmaciones de que se está volviendo cada vez más obsesivo con la traición, un golpe de palacio o una muerte atroz.
En plena guerra contra Ucrania, diversos informes muestran al líder ruso como un "paranoico" que organiza reuniones en una mesa anormalmente grande y teme que alguien en su propio entorno sea capaz de envenenarlo.
Además, mientras surgen rumores de que está atravesando una enfermedad (que muchos creen que sería cáncer de tiroides), Putin evita el contacto cercano con otras personas y solo se reúne con personas de su círculo íntimo después de que aquellos hayan permanecido en cuarentena en hoteles durante dos semanas.
Se dice que algunos invitados al Kremlin, incluso, tienen que caminar a través de un túnel donde son rociados con desinfectante.
Yuri Felshtinsky, historiador ruso estadounidense, dijo al diario The Sun que Putin está "aterrorizado" de ser derrocado, envenenado o ejecutado como lo fue el líder libio Muammar Kadaffi en 2011.
"Es lo suficientemente inteligente como para saber que bajo reglas normales, su sistema de gobierno no puede existir. No es un idealista", dijo el experto.
"Él sabe que no hay manera de que pueda sobrevivir a menos que continúe oprimiendo. La lección que habrá aprendido Putin tras los recientes acontecimientos es que debe controlar más y que debe reprimir más. Y eso es lo que veremos", afirmó.
Mientras tanto, los analistas internacionales advierten que el comportamiento del líder ruso podría conducir a la caída de su gobierno.
Los analistas de inteligencia Dragonfly, que predijeron correctamente que Rusia invadiría Ucrania, aseguran que el entorno de Putin ven su comportamiento "tóxico" como una amenaza a su riqueza y poder, por lo que es "muy probable" que lo hagan caer.
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El presidente de Rusia muestra signos de enfermedad
Tatiana Stanovaya, de la firma de análisis político R.Politik, opinó anteriormente: "Putin se encerró mucho en sí mismo durante los últimos dos años. Se ha distanciado de la maquinaria burocrática, del establecimiento, de la élite. Pasa mucho tiempo solo, alimentándose de sus propios miedos y pensamientos".
Y en marzo, días después del ataque ruso contra Ucrania, la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense Nancy Pelosi dijo: "Algunas personas dicen que Putin tiene cáncer y algunas personas dicen que tiene niebla mental por el Covid, otras simplemente piensan que es un completo y furioso matón".
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El impresionante cambio físico del exespía de la KGB a lo largo de los últimos meses despertó especulaciones sobre una grave enfermedad.
El experto en lenguaje corporal Erik Bucy de la Texas Tech University explicó: "El contraste con el Vladimir Putin de hace cinco o diez años, cuando era mucho más enérgico y erguido, es marcado".
Fuentes de inteligencia sugirieron previamente que su rostro hinchada, además de su comportamiento errático y violento, pueden ser causados por un tratamiento con esteroides para el cáncer.
