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Apertura Modo Fontevecchia

Día 114: 2 de abril, de Thatcher a Milei

Una de las paradojas de Argentina es que sea gobernada por un admirador de Margaret Thatcher, una figura que no le cae muy simpática a nuestro país. Un día como hoy, reiteramos el reclamo de la soberanía sobre las Malvinas, que fueron, son y serán argentinas.

Foto recuperada de Malvinas
Foto recuperada de Malvinas | Télam

“El Gobierno está en un momento de una importante crisis, en el que las políticas implementadas no están teniendo grandes resultados macroeconómicos. En un momento así, Galtieri y Thatcher decidieron ir una guerra uno contra el otro. ¿Milei tomará alguna decisión inesperada para poder fortalecer el Gobierno?, preguntas que no podemos contestar hoy, pero nos indican que tenemos que escuchar mejor qué es lo que planea para nuestro país”, reflexionó Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1)  del martes 2 de abril del 2024.

El 2 de abril de 1982 la junta militar, en ese momento encabezada por Leopoldo Galtieri, envió a las Fuerzas Armadas a ocupar las Islas Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur. Independientemente de lo justo de la causa por la soberanía de parte de nuestro territorio controlado por el imperio británico, la decisión tuvo un claro objetivo político. El gobierno militar estaba en una profunda crisis política: el plan económico hacía agua por todos lados, el reclamo por los desaparecidos crecía y el 30 de marzo la CGT había convocado una enorme movilización opositora a la Plaza de Mayo.

Es difícil hallar en la historia argentina un giro político tan abrupto y extraordinario como el que se vivió desde el 30 de marzo de 1982 al 2 de abril de ese mismo año. Apenas tres días después, la Plaza de Mayo también estaba llena, pero no era una marcha opositora lo que aconteció ese 2 de abril hace 42 años, fue una inmensa concentración de apoyo al Gobierno y a los combatientes que había enviado a las Malvinas.

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En un acto presidencial del 10 de abril de 1982, el presidente de facto, Leopoldo Galtieri, exclamó su “frase célebre”: “Si quieren venir, que vengan, les presentaremos batalla”.

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Para poder salvarse, la dictadura, que en muchos aspectos demostraba estar compuesta por dirigentes mediocres y brutos, logró movilizar sentimientos de orgullo, defensa nacional y soberanía en la población.

Al mismo tiempo, la dictadura utilizó el conflicto de Malvinas contra quienes no pensaban como el Gobierno. Esto lo experimenté en carne propia. En aquellos años el gobierno de facto me acusó de “espía inglés” y traidor a la patria por un artículo que publicamos en la Revista La Semana. Tuve que exiliarme en Venezuela, ayudado por un amigo. Antes de irme del país, Ramón Camps me había dicho que cuando terminara la guerra me iban a fusilar. Por estas razones, las personas de mi generación somos probablemente las que más estamos alertas de estos gestos antidemocráticos de hablar de espaldas al Congreso o negar los crímenes cometidos por la dictadura.

Volviendo al conflicto de Malvinas, Galtieri pensó que Inglaterra no gastaría tantos recursos para recuperar las Islas Malvinas. Sin embargo, no contó con que Margaret Thatcher, la primera ministra británica, estaba en una situación similar a la de él. Su gobierno venía sufriendo un enorme desgaste producto del fracaso de sus políticas neoliberales y las constantes huelgas de trabajadores contra la difícil situación económica.

En 1982, Margaret Thatcher respondía a lo sucedido y aseguraba que “por primera vez, en muchísimos años, un territorio inglés había sido invadido por Argentina”. Además, hacía referencia a la última comunicación con el gobierno de las Islas Malvinas, que según ella había sido la noche del 1 de abril de 1982, y que al no tener contacto dieron por confirmado que la Argentina “había tomado el control de las Islas”.

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Por otro lado, en Periodismo Puro entrevisté al autor británico George Monbiot, quien explica cómo Thatcher utilizó políticamente el conflicto con nuestro país y asegura que la Guerra de Malvinas fue “una gran oportunidad” para Thatcher, quien estaba “encantada de tener esa oportunidad para plantar la bandera”.

Además, Monbiot acuerda con una teoría inquietante, en la que afirma que sin la Guerra de Malvinas, Thatcher podría haber perdido las elecciones y las ideas neoliberales no se podrían haber aplicado en su país. “Sin la Guerra de Malvinas, Thatcher podría haber perdido fácilmente las elecciones y la política podría haber tomado un giro sorprendente”.  

La Guerra de Malvinas cambió la historia de la dictadura en Argentina, de Margaret Thatcher en Inglaterra y, probablemente, del neoliberalismo en el mundo. La historia tiene a veces esas paradojas que contrarían toda teoría. Un intento de un gobierno militar de corte neoliberal por perpetuarse genera una guerra que termina aprovechando un gobierno civil neoliberal para ganar las elecciones y termina habiendo 45 años de neoliberalismo en una de las principales potencias mundiales. Otras de las paradojas de la historia es que el gobierno de nuestro país, un país al que obviamente la figura de Thatcher no le cae muy simpática, sea gobernado por un declarado admirador de la ex primera ministra británica.  En el último debate presidencial previo a las elecciones, el pasado 13 de noviembre del 2023, Javier Milei afirmó que “la señora Thatcher fue una gran líder”.

2 de abril y 24 de marzo

En un video titulado “Thatcher, de ‘Maggie’ a la Dama de Hierro”, se cuenta parte de la biografía de esta dirigente que tanto admira Milei, en donde cuentan cómo llegó a su puesto y que su objetivo para dar un giro a la economía era aplicar una política liberal que contenía la idea de privatizar distintos sectores. Además, comenta cómo la Guerra aumenta la autoridad de Thatcher.

En 1984, mientras transcurría el discurso contra la huelga minera, Thatcher calificó a esta como un intento “por sustituir la ley de la mafia por la ley del derecho”, algo que podría haber dicho Milei tranquilamente en un conflicto sindical en nuestro país

El director del Buenos Aires Times, James Grainger, se refirió a algunas similitudes entre Javier Milei y Margaret Thatcher en un audio que editamos en Perfil, en el cual define a ambos dirigentes como “outsiders” que siguen la misma lógica y visión del mundo. Thatcher llega al poder con una gran inflación, se enfrentó con los miembros y tuvo como plan vender empresas del Estado. Además, se refiere a una de las diferencias en donde marca el impacto de Thatcher y su influencia actualmente vigente, algo que todavía no se le adjudica a Javier Milei. 

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James Neilson, el periodista británico radicado en Argentina desde los años 60’, también compara ambas figuras y asegura que hay “bastante en común” entre Margaret Thatcher y Javier Milei, ya que ambos son “discípulos de Friedrich August Hayek”, un economista austriaco que pasó su vida luchando contra el socialismo. Además, Neilson hace referencia a que los dos son “amigos notables del pueblo judío”. Neilson plantea diversas ideas que son interesantes, entre ellas las que se encuentran en sus columnas semanales tanto en Perfil.com como en la Revista Noticias. 

Siguiendo con esta misma comparación, Thatcher también desafió la paciencia de la sociedad con medidas antipopulares que provocaron todo tipo de reacciones. Muchos dirigentes del Partido Conservador le advirtieron que sus medidas eran demasiado brutales para que sean aguantadas por los trabajadores británicos y si bien se habla poco del tema, pero en su segundo gobierno, Margaret Thatcher tuvo que renunciar anticipadamente por la ola de manifestaciones en contra del llamado Poll Tax. Esta medida fue una reforma impositiva que generaba que todos en el Reino Unido paguen la misma cantidad de dinero de impuestos independientemente de su situación económica. Es decir, el Poll Tax era muy fácil de controlar y recaudar, pero completamente injusto y no redistributivo. Fue así que el 22 de noviembre de 1990, Thatcher renunció a su cargo de primera ministra de Inglaterra, mientras el país se encontraba envuelto en manifestaciones y enfrentamientos entre activistas y la policía.

Guerra de Malvinas
Guerra de Malvinas.

¿Qué lleva a los gobernantes como Galtieri con las Malvinas o Thatcher con el Poll Tax a tomar decisiones tan drásticas sin escuchar a nadie que los contradiga? Es una pregunta compleja y puede haber distintas respuestas. Margaret Thatcher es una de las figuras históricas que el científico y excanciller británico, David Owen, analizó para referirse al Síndrome de Hubris. El término 'hubris’ es un concepto griego que significa “desmesura”. Este síndrome se refiere a un subtipo del trastorno de la personalidad narcisista que se centra específicamente en las personas que tienen poder.

De hecho, el médico y periodista Nelson Castro, explicó de qué se trata el Síndrome de Hubris y declaró que está definido como un mal del poder que tiene 6 características que se exhiben en la vida pública, por lo tanto, quienes lo padecen están expuestos al diagnóstico público. Sus 6 características se basan en que la persona que ejerce el poder se cree que es el centro del mundo, que cree que la historia del mundo comenzó con el o ella, hace abuso del “yo”, define a todos los que opinan distinto como “ignorantes”, no escucha a nadie y toma decisiones sin medir las consecuencias.

El Gobierno está en un momento de una importante crisis, en el que las políticas implementadas no están teniendo grandes resultados macroeconómicos. En un momento así, Galtieri y Thatcher decidieron ir una guerra uno contra el otro. ¿Milei tomará alguna decisión inesperada para poder fortalecer el Gobierno? Preguntas que no podemos contestar hoy, pero nos indican que tenemos que escuchar mejor qué es lo que planea para nuestro país.

La enfermedad del poder la paga toda la sociedad. Últimamente desde funcionarios del FMI hasta el propio Domingo Cavallo, advirtieron a Milei que su ajuste tiene poca sustentabilidad social. Esperemos que el Presidente empiece a escuchar más a las personas que disienten con él y que el Síndrome de Hubris sea solo una especulación nuestra que se disipe fácilmente.

A pesar de toda la crítica que podemos hacerle a los militares y su decisión de enviar a jóvenes inexpertos a la guerra sin provisiones ni alimentos, sólo como maniobra política para salvar su gobierno, reiteramos nuestro reconocimiento a aquellos soldados y el reclamo de la soberanía sobre las Malvinas, que fueron, son y serán argentinas.

VF DC JL