Este miércoles volverán a quedar al desnudo las diferencias internas que respiran los socios del Mercosur. Los tironeos no son una novedad, pero recrudecieron a partir de la decisión del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, de la semana pasada: blanqueó la existencia de negociación bilateral con China para firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC).
El debate retumbará en la próxima reunión semestral de esta semana. Los cuatro socios del bloque regional se reunirán, como siempre, en dos instancias: el miércoles está previsto un encuentro de cancilleres y el jueves está agendada la posterior reunión de presidentes. El desenlace del primer round definirá si se concretará el segundo, es decir, el cara a cara entre los jefes de Estado.
El presidente brasileño Jair Bolsonaro ya confirmó la semana pasada que no asistirá a Asunción porque está en desacuerdo con la decisión de Lacalle Pou y también se cayeron las chances de otras dos visitas especiales. Estaba previsto que asistieran el chileno Gabriel Boric y su par boliviano Luis Arce, pero sus cancillerías declinaron participar ante el debate que se viene por la decisión uruguaya.
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El canciller Santiago Cafiero tenía previsto viajar este lunes a Montevideo para reunirse con su par Francisco Bustillo. También se cayó esa visita. En el Palacio San Martín explicaron que la reunión estaba agendada antes de que se conociera el anuncio uruguayo del TLC con China.
Sin una previa entre ambos ministros, todo quedará atado a lo que suceda en el round de cancilleres de este miércoles. Se espera que allí se digan todo antes de que los mandatarios involucrados se reúnan. Si la reunión no sale bien, distintas fuentes diplomáticas estiman que la cumbre presidencial podría quedar en veremos.
El Tratado de Asunción, que fue constitutivo para armar el Mercosur, establece que las partes sólo podrán avanzar en acuerdos con otros bloques regionales o potencias extranjeras a partir del consenso de los cuatro socios. Uruguay viene amagando desde 2017 sobre la posibilidad de un TLC con China y su presidente decidió anunciar el “estudio de factibilidad” una semana antes de la cumbre donde el mandatario paraguayo, Mario Abdo, le iba a transferir la presidencia temporaria a Lacalle Pou.
El traspaso no ha sido puesto en duda, pero se podría concretar en un momento de tensión. No será el primero ni el último, pero la decisión de Lacalle Pou anticipa que el bloque regional afronta desafíos cada vez más complejos ante un escenario global signado por los efectos de la pandemia y el encarecimiento de los precios internacionales de la energía y los alimentos por la guerra en Ucrania, que esta semana cumplirá seis meses.
JL PAR
