MODO FONTEVECCHIA
DEMOCRACIA

Gustavo Marangoni: "El bache dialéctico de CFK da a entender que Milei es una casualidad"

"Antes de centrarse en los giros coloquiales de Cristina, me interesa más saber por qué sigue negando la existencia del Gobierno del Frente de Todos", sostuvo el analista político.

Gustavo Marangoni
Gustavo Marangoni | NA

Gustavo Marangoni sostuvo que los dirigentes políticos han derivado hacia un discurso vulgar que deja de lado cuestiones esenciales. Además, criticó la intransigencia de algunos dirigentes, destacando que la democracia consiste en la negociación y el diálogo. "Parece que negociar es sinónimo de 'negociado' y entonces se hace la virtud de la intransigencia", señaló en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Gustavo Marangoni es politólogo y socio de la consultora que lleva su nombre. Entre 2007 y 2015 fue director, vicepresidente y presidente del Banco Provincia de Buenos Aires.

En tu última columna publicada en el Diario El Día de La Plata, analizaste el discurso de Cristina Fernández de Kirchner y escribiste que “la vulgaridad se ha convertido en un lujo seductor para dirigentes de variadas ideologías”. Me gustó el párrafo. ¿Podrá ser que la vulgaridad, o lo que consideramos vulgar en el lenguaje, dejó de serlo, de la misma forma que cambió socialmente el pudor de mostrar un brazo o una rodilla? Entonces, primero apareció un lenguaje impudoroso de Cristina, y ahora llega el de Milei, como una cuestión de épocas donde lo "vulgar" va cambiando.

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Obviamente, el lenguaje y los criterios estéticos y éticos van cambiando con el tiempo, pero creo que hay un abuso de los términos más coloquiales que, lo que a mi criterio generan, es que distraen la atención de los temas relevantes a las cuestiones episódicas.

Por supuesto, ninguno de nosotros nos martillamos un dedo y decimos “ay, caramba”, todos utilizamos eso en nuestra jerga cotidiana, pero me parece que hay en vigencia un abuso, que no solamente se debe a estas manifestaciones, que parece que cuantos más insultos y descalificaciones incorpore sintoniza mejor con el ciudadano común.

Creo que, de alguna manera, también eso nos hace navegar muy superficialmente sobre las cosas, porque finalmente parece que lo que queda es eso. Entonces, a lo mejor, escuchando a la expresidenta del Estado, uno decide concentrarse en lo que considera los temas relevantes que trató y en los que no trató.

Antes de centrarse en los giros coloquiales de Cristina, me interesa más saber por qué sigue negando la existencia del Gobierno del Frente de Todos, que es el gran vacío, un bache dialéctico que la expresidenta no explica, y que al no explicarlo lleva a la consecuencia de pensar que Milei es un fruto de la casualidad o del azar en la Argentina. Porque claro, si no hay Gobierno del Frente de Todos, Alberto Fernández-Cristina Fernández, con las características que tuvo, ¿cómo entendemos la presidencia de Milei, el fenómeno de Milei? Por supuesto, hay que extenderse probablemente muchos años hacia atrás, pero los cuatro años inmediatos son fundamentales, por tomar un tema que trascienda las vulgaridades que adornaron, entre comillas, el mensaje de la exvicepresidenta.

Cristina Fernández en Quilmes
Cristina Fernández en Quilmes.

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Su reflexión me recuerda a aquella frase de Borges dicha hace 50 años de que Argentina padece de hipérbole. ¿También puede estar jugando otro papel, y que en la Argentina, también en el lenguaje, haya una tendencia a adjetivar al énfasis en lugar del contenido?

Sí, y me quedo con este tema de adjetivar, porque el adjetivo nos distrae de lo sustantivo, y lo sustantivo, en todo caso, ver y analizar cómo estábamos hace más de 10 años, sumergidos en un proceso de estancamiento y de inflación que prácticamente no tiene ningún país del mundo, nos llevaría a tratar de concentrar más en cuestiones sustantivas. El tema es cómo superar esto y no apostar de alguna manera a que cada gobierno le vaya peor para que el que fue gobierno anteriormente se reivindique. Haciendo referencia a lo que citaba Perón, “detrás de mí vendrán los que bueno me harán”. Si detrás de uno vienen quienes bueno lo harán, quiere decir que vamos a estar cada vez peor.

Entonces, "argentinos a las cosas", decía Ortega. No Palito, sino Gasset. Bueno, vamos a las cosas sustantivas, porque si no, estamos todo el tiempo reseñando frivolidad. Hay una cuestión en las redes, que tiene muchas virtudes, pero también tiene muchos defectos, y es el defecto de impulsar la vulgaridad y la superficialidad, la frivolidad.

Entonces, insisto, del sábado o de lo que está sucediendo en este momento en el Congreso, hay cuestiones muy relevantes, porque ¿hay en una sociedad alguna discusión más política que aquella acerca del rol del Estado? Y lo que está pasando en estos momentos es la rediscusión del rol del Estado en la Argentina. Y es una discusión muy profunda, porque refiere a quién paga qué, a quién deja de pagar qué, quién se beneficia, quién se perjudica, etc. Tratando de ver todo lo que tiene que ver con lo impositivo, con lo fiscal, con el impuesto a las ganancias, con las ventajas que se dan, con las que no se dan, con las exenciones que se miran y las que no se miran, me parece que eso es mucho más relevante.

Pero insisto, no por una cuestión de que a mí me genere una suerte de indignación, a mí lo que me molesta es que hay como una mala distribución de los tiempos. Hay mucho tiempo para cuestiones anecdóticas y poco tiempo para cuestiones que yo, al menos, considero más relevantes.

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La aprobación de la Ley Bases en el Congreso

Se aprobó la Ley Bases en general y está avanzando en particular. ¿Cuál es tu evaluación de lo que pasó en esta nueva discusión de la ley?

Yo lo miro, obviamente, con mi mirada de politólogo y digo: "así funciona la democracia". Yo entiendo, hay mucha gente que dice que los diputados no tienen que hablar tanto, así funciona la democracia. Así se hacen las leyes y se hace sobre todo con la rosca previa.

Al inicio del Gobierno, cuando mandó su proyecto de Ley Ómnibus con 663 artículos que querían cambiar desde la forma de comer hasta la toga de los jueces, y pretender que se lo apruebe en dos semanas, bueno, eso tiene poco que ver con la lógica de una democracia. Lo que tiene que ver con la lógica de la democracia, sobre todo cuando un movimiento político tiene el Poder Ejecutivo y no tiene el Legislativo, y el otro tiene el Legislativo y no tiene el Ejecutivo, pasa por la negociación.

Bueno, han pasado meses. En estos cuatro meses, esa ley de 663 artículos se convirtió en algo más modesto de doscientos y tantos más, después del capítulo fiscal, y bueno, se negocia. Parece que públicamente no hay que hablar muy bien de negociar, porque parece que negociar es sinónimo de negociado y entonces se hace la virtud de la intransigencia.

Pero en realidad la democracia funciona sobre la base de la negociación, sobre la base de la discusión, sobre la base de la exposición de argumentos y de todas esas cosas que nosotros estamos viendo hoy específicamente en la Cámara de Diputados, que veremos, porque la discusión seguirá sobre temas puntuales sobre los capítulos y después en el Senado.

Eso es la vida institucional, que es a lo que me parece que hay que prestarle mucha atención y quizás los discursos y las cuestiones que son efectistas, por supuesto, darles o prestarles alguna atención, pero ir a lo más efectivo, porque quizás en Argentina le dedicamos tanto tiempo al efectismo que eso debe tener alguna relación con el estado de pobreza, de inflación, de atraso, de falta de inversión que tenemos.

Congreso
Finalmente, la Ley Bases fue aprobada en el Congreso.

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¿Hay dos Milei? ¿En estos cuatro meses se desarrolló un Milei distinto del que aparece hablando en público, que negocia y termina aceptando?

Mira, Jorge, el hombre unidimensional existía solamente en la mente de Marcuse. Los políticos, al menos, son multidimensionales. Tienen muchos rostros, como Jano. Tienen muchas aristas.

Está el Milei que habla permanentemente a su base electoral, entonces es el castigador, justiciero, el que apela a la descalificación, porque hay una parte de Argentina que está tan enojada que está más orientada a encontrar culpables que a encontrar soluciones. Tiene que alimentar, digamos, ese personaje de una manera casi sistemática y cotidiana.

Pero también está el Milei Presidente de la República que tiene que conformar una Corte y elegir sus miembros, tiene que impulsar leyes, tiene que relacionarse con sectores empresarios y que naturalmente van a tener otro tipo de comportamiento. Con esto vuelvo a lo mismo, está dentro de la naturaleza de la política.

Es cierto que, cuando nosotros vemos un político construyendo su personaje, y esto ha pasado mucho tiempo y muchas veces en Argentina, siempre tenemos un tema y es que el personaje no se lo termine devorando como Cronos a sus hijos. Aunque finalmente, a veces el personaje sea el que decide y no la persona. Porque todos construimos en nuestra vida cotidiana un personaje cuando la gente nos reclama que nos comportemos de cierta manera. Bueno, es ahí donde hay que tener mucha atención y mucho cuidado.

Muchas veces los presidentes construyen personajes a los que, por serles fieles, terminan siendo infieles a las necesidades de la realidad, que muchas veces los obligaría a contradecirse o a actuar de otra manera. Este trayecto que hemos visto hasta hoy, donde las iniciativas originales se han moderado bastante, es parte del camino que pone la realidad, y bienvenido sea.

MVB FM