La coalición opositora, que tuvo su génesis en una trascendental cumbre radical, enfrenta un momento de tensión por las distintas posiciones de cara al balotaje entre Massa y Milei.
Macri Carrio Sanz |
telam
"Los más memoriosos recordarán que Gualeguaychú fue una convención radical que se hizo el 15 de marzo del 2015 y en la que se decidió la alianza entre el histórico partido y el PRO que luego derivó en el triunfo de Mauricio Macri y en la conjunción de Cambiemos", dijo Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) de este miércoles 25 de octubre de 2023.
Hasta ese momento, el radicalismo integraba una alianza con la Coalición Cívica, el Socialismo y parte del Peronismo disidente del Kirchnerismo. Esta alianza tenía un peso fuerte en el Congreso y planteaba una oposición importante y seria al gobierno de Cristina Kirchner.
Hoy se viven tiempos difíciles en Juntos por el Cambio. Así como el 15 de marzo del 2015 se definió el futuro de lo que fue Cambiemos en la Convención de Gualeguaychú de la UCR, se podría decir que estamos frente tres Gualeguaychú: El radical, el del PRO y el de los gobernadores de ambos partidos. ¿Seguirá unido Juntos por el Cambio?
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Por un lado, Sergio Massa intenta sumar el apoyo radical. Por el otro, Javier Milei busca incorporar a un eventual gobierno de La Libertad Avanza a dirigentes del PRO cercanos a Mauricio Macri y, en estos primeros días de campaña tras las elecciones generales, se animó a elogiar a Patricia Bullrich como ministra de Seguridad.
Victoria Villarruel, compañera de fórmula de Milei, también tuvo declaraciones de cercanía con la ex candidata del PRO: "Me gustaría tomarme un café con Patricia Bullrich y ver qué podemos construir”.
Genealogía de Juntos por el Cambio
Para entender qué significaría una ruptura de Juntos por el Cambio es necesario realizar una rápida genealogía de la coalición. La genealogía era un método que utilizaba Foucault para entender el origen de los fenómenos, su nacimiento y de esa manera, poder mirar los hechos sociales con un mayor rigor.
El 19 de noviembre de 2014 Lilita Carrió, líder de la Coalición Cívica ARI y, en ese momento, diputada nacional, abandonó el Frente Amplio UNEN en el que estaban el Partido Socialista, el GEN de Margarita Stolbizer, los radicales y Pino Solanas, argumentando que “es imposible trabajar con mediocres” y que sus aliados eran “funcionales al kirchnerismo” porque no querían incluir al PRO en el frente.
Luego de un par de reuniones entre La Coalición Cívica y el PRO, la alianza se selló. El 31 de enero de 2015, Mauricio Macri y Elisa Carrió anunciaron que competirían en unas PASO para ofrecer una alternativa al kirchnerismo que llevaba más de una década en el poder.
Paralelamente, se estaban gestando movimientos dentro de la UCR. Ernesto Sanz, senador nacional por Mendoza, buscaba ganar la presidencia del partido con el objetivo de realizar un acuerdo con el macrismo.
Se enfrentó a Julio Cobos, ex vicepresidente de Cristina Kirchner, quien sostenía que el Partido Radical debía mantener su identidad histórica y tenía que competir por el electorado que quedaba huérfano luego de la ruptura de UNEN.
La discusión se desarrolló durante meses y el 15 de marzo del 2015, en la recordada convención de Gualeguaychú, se impuso el sector de Sanz contra la facción de Cobos por 186 votos de delegados contra 130. Hay que recordar que ya en ese momento, había dirigentes como Gerardo Morales que querían una alianza con Sergio Massa.
La victoria de Sanz terminó de constituir la alianza de los partidos fundamentales. El PRO, la UCR y la Coalición Cívica competirían en las PASO. Días después se sumó al Partido Fé del sindicalista de los peones rurales, Momo Venegas, al Partido Demócrata Progresista y al Partido Conservador Popular. Además, se realizó una incorporación que tiempo después sería clave: el Partido Unión Por La Libertad de Patricia Bullrich.
En agosto de ese año se consolidó la fórmula Macri-Michetti y, tras el balotaje del 22 de noviembre del 2015, Mauricio Macri se convirtió en el nuevo presidente derrotando a Daniel Scioli con poco más del 51% de los votos.
Luego de pasar el primer gobierno, el frente se amplió e incorporó a una parte de los peronistas ligados al senador Miguel Ángel Pichetto y cambió su nombre a Juntos por el Cambio para competir en las elecciones del 2019 en las que resultó ganadora la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
La historia cíclica de los partidos antiperonistas
En la tradición budista e hinduista existe la idea de Samsara, un ciclo de nacimiento, vida, muerte y reencarnación. Pareciera ser que espacios políticos opositores al peronismo tuviesen su Samsara, cómo si la historia de alguna manera fuese cíclica y se repitiese.
Así como UNEN se rompió por una polémica sobre hacer una alianza con una organización que estaba a la derecha de la coalición, hoy Juntos por el Cambio enfrenta el mismo debate: ¿es correcto ir detrás de Javier Milei y La Libertad Avanza o Juntos por el Cambio tiene que representar un espacio institucional y con un programa más realista? ¿Podrá ser esta la muerte de Juntos por el Cambio y nacerá otro espacio del PRO en alianza con La Libertad Avanza? ¿Los radicales retomarán el peso político propio que tuvieron durante gran parte del siglo XX?
Jorge Macri, que debe estar contento por la confirmación de que él será el nuevo jefe de Gobierno porteño, llamó a la calma ante una posible ruptura de la coalición: “Juntos por el Cambio no se rompió y tiene que permanecer unido”.
Posiciones enfrentadas en la coalición
Todavía estamos procesando el resultado de las elecciones del domingo y ya hay declaraciones antagónicas sobre qué posición debe tomar Juntos por el Cambio en el balotaje.
Waldo Wolff, secretario de Asuntos Públicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires e integrante del PRO, aseguró que acompañará a Javier Milei "durante ocho años me la pasé combatiendo al kirchnerismo junto a mis compañeros radicales y de la Coalición Cívica"
En el mismo sentido se expresó Federico Angelini, hasta hace poco presidente del PRO y casi un alter ego de Mauricio Macri: "El kirchnerismo es un límite y dar libertad de acción no sería adecuado"
Por otro lado, la vicepresidenta de La Unión Cívica Radical, María Luisa Storani, marcó la posición antagónica y aseguró que apoyará a Sergio Massa: "Villarruel es un personaje que se escondió toda la campaña y es el más peligroso para la Argentina porque representa a los represores de la dictadura, niega las torturas y las desapariciones".
Además, Facundo Suárez Lastra, histórico dirigente radical y, hasta hace dos años, diputado nacional de Juntos por el Cambio, aseguró que votará en blanco manifestó un fuerte rechazo a la figura de Milei: “Soy mucho más anti-Milei que anti-Massa”.
El radicalismo tiene en su ADN un problema político ideológico con Milei. En su identidad como partido, tiene un aspecto liberal socialdemócrata y progresista. La UCR sigue siendo parte de la Segunda Internacional Socialista, tiene una fuerte juventud universitaria que es La Franja Morada y un baluarte ideológico en la defensa de la Universidad Pública y aspectos importantes de la lucha feminista como el derecho al aborto.
Tienen poco y nada que ver con Javier Milei y amplios sectores de este partido centenario podrían ver la alianza con La Libertad Avanza como una traición total a su propia historia.
Como si el clima no estuviese caldeado, se sumó Ricardo López Murphy, haciendo una fuerte advertencia a quienes plantean que hay que votar al candidato peronista: "Voy a combatir al que se le ocurra apoyar a Massa".
A modo personal, considero que el PRO es un invento de Néstor Kirchner al igual que Javier Milei. El candidato libertario es el paroxismo del PRO que para poder ser gobierno necesitó de la inteligencia estratégica de Jaime Durán Barba que le quitó todos los componentes de derecha que tenía y lo llenó de frivolidad.
Néstor Kirchner planteaba que era muy cómodo para el peronismo tener una competencia de derecha por las características de la sociedad argentina. Ese partido de derecha que se hizo light al convertirse en Cambiemos entró en la disyuntiva de volver a ser lo que fue, ya sin el bozal de Marcos Peña y Jaime Durán Barba.
El error histórico sería que el radicalismo se subsumiese dentro de una nueva alianza nacional. Es imprescindible que haya alternativa en la democracia y no puede haber un sólo partido en condiciones de gobernar.
Más allá de las posibilidades concretas de que haya una división entre el PRO y el radicalismo, lo lógico sería que se reconstruyese el panorama político en dos partidos de centro: el peronismo y le radicalismo, uno de centroizquierda y otro de centro derecha.
Hoy por hoy, aquel invento de Néstor Kirchner que tenía como objetivo construir a un contrincante que no pudiera ganarle al peronismo, está enfrentando tres Gualeguaychú: el de los radicales, el del PRO y el de los gobernadores.
