“Para mí la política era algo totalmente lejano”, reconoció Carolina Losada, periodista y senadora nacional por Santa Fe, que asumió en 2021 y hoy se define como “aliada, pero no incondicional” del gobierno. En Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190)., reflexionó: “Aprendí la importancia de los acuerdos y de que desde adentro todo es mucho más difícil de lo que parece”. Y agregó: “En los dos años que me quedan no me voy a traicionar como senadora; para seguir en política, la política tiene que estar de acuerdo conmigo".
Carolina Losada es una periodista de larga trayectoria en los medios de comunicación, es oriunda de la ciudad de Rosario, es política y actualmente se desempeña como senadora nacional por la provincia de Santa Fe, cargo que asumió el 10 de diciembre del año 2021. Además, ocupa el cargo de vicepresidenta primera del Honorable Senado de la Nación y presidenta de la Comisión de Seguridad Interior y Narcotráfico.
Entraste a la política hace poco. O sea, desde que entraste al Senado y entraste a la política hasta hoy, la realidad argentina es totalmente diferente.
No hace cuatro años que soy política. Para mí era algo totalmente lejano la política, era algo como que el político era como el enemigo, más o menos.Llega a mí mi hermana, con su grupo político, justamente pensando en la posibilidad de dejar un granito de arena para hacer un cambio. Entonces yo empecé de esa manera, con esa impronta, tal vez con cierta inocencia, pensando que podías hacer mucho más de lo que se puede hacer. Pero bueno, con el tiempo fui evolucionando, como hacemos todas las personas en todos los trabajos, y dándome cuenta también de que sí se puede hacer, pero para todo uno necesita de todos.
Y empecé a verle la importancia a los acuerdos, empecé a verle la importancia a muchas de las cosas que hoy decimos todos habitualmente, pero que para una persona que ingresa a la política cree que es más sencillo desde afuera de lo que es desde adentro. Y llegar a lograr esos acuerdos es muy difícil, porque hay muchos intereses contrapuestos en Argentina. Vos me decías: “En un par de años cambia todo”, yo te diría que en un mes cambia todo. En quince días todo es muy instantáneo, volátil, y eso hace que uno también tenga que subirse al ritmo.
Ganar perdiendo: el agridulce balance de Provincias Unidas
Cuando vos comenzás, el gobierno era el gobierno del peronismo catequizado por el kirchnerismo, con Alberto Fernández y Cristina Kirchner vicepresidenta. Es decir, el eje cambió radicalmente. Hoy Cristina está presa, Alberto Fernández debe tener 0% de aprobación de voto, el peronismo está en una situación de crisis muy grande. Pero al mismo tiempo, fenómenos que no son ni peronistas ni mileístas, para decirlo de alguna manera, también tienen problemas de instalación. O sea, el caso de Provincias Unidas, por ejemplo, el resultado electoral fue muy inferior al que se esperaba. Y la zona centro tiene una particularidad: así como hace un ratito el gobernador de Salta nos hablaba del NOA y del NEA, que tienen sus elementos en común, uno puede agarrar toda la zona centro y encontrar también elementos en común. Pero al mismo tiempo no logran expresarse como una alternativa política nacional que salga de esta, podríamos decir, polarización entre Cristina y Milei, para simplificarlo. ¿Cómo te ubicás vos y cómo fue tu proceso estos cuatro años de pasar del eje de Cristina al eje de Milei?
En ese momento el eje de Cristina fue la total oposición. De hecho, creo que era la razón por la cual yo me metí a trabajar en política: dejar atrás el kirchnerismo, hablábamos nosotros. Hoy es una posición diferente. Yo me siento aliada, pero no incondicional. Y cuando te digo que no incondicional es porque mi postura es siempre la misma, y es acompañar todo aquello que me parezca bien y ponerle el freno a todo aquello que no me parezca que está bien. Sé que eso tiene sus costos, porque muchas veces el poner frenos hace que no dejes contento a nadie.
La dificultad que tienen ni Milei ni Cristina para encontrar su aprobación electoral porque, como vos decís, terminás peleándote con todos.
Sí, no dejás contenta a nadie. Pero ¿sabés qué? Yo sí veo una madurez importante en el electorado. Yo creo que la gente, incluso el hecho de que haya ganado Milei en su momento, tuvo que ver con un hartazgo. Pero vos veías como mucha gente que no tenía ni idea antes de qué era el equilibrio fiscal o para qué servía, entendió que era una necesidad el hecho de no gastar más de lo que te entra. Algo que quizás en tu casa, en tu economía personal, es algo básico. Y se entendió. Y es algo que entró completamente en la sociedad.
Y en el caso de Provincias Unidas, que vos me nombrabas recién, creo que lo que les pasó es que el tema estaba totalmente polarizado, y por algunas razones que yo, por lo menos a mi entender, considero importantes. Una, que Provincias Unidas hoy no era una alternativa de poder aún. Era algo nuevo que arrancaba, que eran de diferentes partidos, y no se logró entender bien qué era lo que estaban buscando. Pero además, la gente todavía tiene esperanzas en este gobierno. Yo creo que hay mucha gente que todavía tiene esperanzas en este gobierno. Y también creo que el famoso “riesgo kuka”, o el hecho del miedo a volver atrás hacia un kirchnerismo jugó un papel importante. Más, sumado a eso, el apoyo de Trump. Que uno puede estar de acuerdo, o no, pero no es menor que la mayor potencia, o una de las mayores potencias del mundo, esté apostando a la Argentina.
¿Cómo imaginás 2027?
Es tan difícil en Argentina hablar de acá a 2027. Uno no sabe ni cómo va a llegar este gobierno a 2027: si va a llegar triunfante y con la posibilidad de reelegir, o puede no suceder, más allá del resultado de las elecciones anteriores. Creo que hoy es muy importante algo que estamos haciendo, que es el tema del Consejo de Mayo. ¿Y por qué es importante? Porque estamos tratando de generar los acuerdos necesarios para tener políticas de Estado, por fin, en Argentina.
El 15 de diciembre se va a publicar todo: todos los proyectos de ley que emanen de esos acuerdos que estamos trabajando muchísimo en general. Y ahí va a haber como un replanteo del gobierno hacia adelante, y para el cual el gobierno no le va a quedar otra que hacer acuerdos; hacer lo que está haciendo ahora con los gobernadores, juntarse con los gobernadores, tratar de llegar a acuerdos y, para eso, tener la humildad suficiente de escuchar también lo que las provincias necesitan. Porque por ahora lo que viene sucediendo en esas reuniones es que los gobernadores vienen escuchando lo que el gobierno necesita, pero también los gobernadores necesitan ser escuchados. O sea, tiene que ser un ida y vuelta.
Hay esperanza en Santilli, me pareció que está bueno. Hay esperanza en que el gobierno empiece a escuchar un poco más las necesidades de las provincias, que somos las que justamente producimos y generamos riqueza en Argentina. Yo vengo de una provincia que genera muchísima riqueza para Argentina y que recibe muy poco en concepto de coparticipación. Y esos acuerdos creo que pueden llegar a generar que Argentina deje de ser tan cíclica y pendular. Que vayamos de un lado al otro refundando la Argentina en cada gobierno. Porque si todos generamos entre todos, no solamente el Consejo de Mayo, que es algo más reducida, pero si se generan después con los gobernadores y todos los acuerdos necesarios para que la reforma laboral, tributaria, educativa y todas las reformas que se están trabajando terminen siendo aprobadas, eso puede durar más de un gobierno. Que es lo que necesitamos en Argentina.
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Tu primera impresión es que van a ser aprobadas.
Yo creo que hay muchas posibilidades de que sí. Hay muchísimas posibilidades, porque hay muchos temas que son de sentido común. El tema de la reforma laboral, por ejemplo, que es de lo que tanto se habla. Hoy tenemos la mitad de la gente que está en negro, y esa gente no tiene derechos. Y acá no se le está buscando quitar derechos a la gente, sino tratar de que sea más fácil poder contratar personas que estén en blanco.
Que eso aporte, obviamente, al sistema previsional, porque está todo concatenado. Y necesitamos cierta previsibilidad: las empresas necesitan previsibilidad, y los trabajadores de esas empresas también necesitan la previsibilidad que les puede dar el hecho de que a la empresa le vaya bien y saber cuáles son las reglas de juego, y que no vayan cambiando día a día.
¿Creés que va a existir la posibilidad de generar nuevamente una alternativa de centro, una reconstrucción de lo que fue en su momento Juntos por el Cambio, lo que intentó, larvariamente, Provincias Unidas, y como dijiste, todavía no era su momento, pero a lo mejor lo va a ser en el futuro? Ese centro de la Argentina, ¿creés que en algún momento se va a construir una fuente política que sea una alternativa de gobierno?
Hay que ponerse de acuerdo y hay que empezar ya a trabajar en un proyecto de poder con miras a 2027, pero trabajar en un proyecto de poder. A mí me parece que Juntos por el Cambio fue una buena base para construir entre aquellos que pensamos más o menos similar alternativas. Y me parece que puede tener éxito, pero sí hay que empezar a construirlo ya, sin mezquindades políticas, que también es bastante difícil eso en política. Con ideas, sin poner nombres todavía en ningún lado, que también es bastante difícil, porque a veces los nombres buscan tener más peso que las ideas.
Y creo que el radicalismo tiene gran parte de esa base. No solamente esa base electoral, que a lo mejor ahora está corrida hacia otros lugares, pero sí tiene una base sólida de ideas, que son las que la sociedad pretende en Argentina. El republicanismo, para mí, es no negociable. Y hay un montón de temas que nos unen con el PRO, incluso con... bueno, con todos los que hemos formado parte de Juntos por el Cambio. Me parece que podemos ser una buena alternativa, incluso con muchos actores del gobierno, incluso con el gobierno si quiere abrirse.
¿Y vos? ¿En dónde te ves en 2027? ¿Vas a seguir en la política?
Me faltan dos años. Yo ya sé que normalmente se espera que un político ya tenga claro lo que va a querer hacer en dos años. Tengo algunas ideas de lo que me gustaría, prefiero no decirlas. En principio, sí sigo. Pero también, para seguir en política, la política tiene que estar de acuerdo conmigo. A ver, tengo que encajar en la política sin forzar. ¿A qué me refiero con esto? A que no me voy a traicionar a mí misma en los dos años que me quedan como senadora nacional para estar bien, de acuerdo, o bien con unos o con otros.