El escritor del diario La Nación, Marcelo Gioffre, dialogó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9) y realizó una comparación entre los mejores jugadores argentinos de su historia, destacando el valor de cada uno en su contexto. Además, por qué cambió la Selección Argentina.
Escribiste una columna en la que titulabas que la Selección Argentina podría ser una metáfora de una Argentina que asoma. Te pido una síntesis del concepto para nuestra audiencia.
Intentaba mostrar que, durante muchos años, el paradigma Maradona fue un mito para la Argentina, porque había una distancia entre la realidad y lo que la representación de él infundía, es decir, era el mejor del mundo y en la realidad era discutible.
Tiene que ver con la posmodernidad y la idea de que lo representado es más importante que lo real, como así también que la realidad no existe y que la representación es lo único real. Maradona transmitía una idea de que con la desorganización, el misticismo y la trampa se podía llegar a algún lado. La mano de Dios fue más festejada que el 'Barrilete Cósmico'.
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El modelo actual de la Selección es otro. Lionel Messi siempre era obturado como mejor jugador de la historia porque se decía que no había ganado la Copa del Mundo, pero esta que ganó desobtura esa idea. Pasa a ser más importante el que metió más goles y se quedó con cuatro Champions League. Demuestra la idea de organización, jugar limpio y que la realidad vale más que lo representado.
¿Por qué el fútbol resulta una metáfora? ¿Es un un problema de limitación de nuestra capacidad de análisis? ¿Es una forma de traducirlo de manera comprensible para el público?
El fútbol es un fenómeno popular de tal envergadura que algo nos quiere decir. Durante muchos años Messi no pudo coronarse campeón porque le metían de técnico a Maradona, Jorge Sampaoli o la desorganización total, que puede verse como una alegoría de lo que hace el país en la práctica.
Es muy difícil decir que se puede transpolar de manera automática, por eso que lo puse en términos muy tentativos.
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No sé si en el análisis podés comparar el milagro brasileño con Brasil campeón mundial y también otros fenómenos campeones de Fórmula 1, tal vez como causa o como consecuencia de los éxitos en otros campos.
Eso es verdad. También se podría pensar que los países que ponen todas sus energías en construir una economía y política las pueden derivar a las cuestiones artísticas. Sin embargo, hay cierta correspondencia. Hay naciones como Estados Unidos, Alemania y Francia que funcionan y, al mismo tiempo, tienen música, literatura y filosofía que son extraordinarias.
Lo que intenté mostrar es que, durante muchos años, la política Argentina había estado signada por la trampa. Si uno piensa en la política Argentina lo hace yendo a 1852, con la primera Constitución, hasta 1970 con Mafalda. Esos 120 años son de crecimiento, aunque creo que en 1943 se pusieron muchas semillas para después destruir muchas cosas.
Si uno ve desde 1970 para acá, lo que hubo en la realidad Argentina es la trampa que uno ve cuando Cristina Kirchner en el Senado divide el bloque, por ejemplo.
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¿Esta idea de la trampa no tiene que ver con algo más, como con el Martín Fierro? ¿No hay algo de la trampa que trasciende de 1970 en adelante?
Tengo la idea de que el Martín Fierro es libro matizado porque, si bien se podría pensar que el delincuente o prófugo de pronto es convertido en un héroe, que el Sargento Cruz se pasa del bando de fierro y ahí es como que traiciona al Estado.
Tal vez lo que hizo la Argentina de 1970 en adelante fue tomar lo peor del Martín Fierro, que es la idea, de hacer héroe al prófugo y, al mismo tiempo, lo peor del Facundo, que es dividir a la sociedad, dejando de lado lo bueno de los dos libros.
BL JL
