Pablo Alabarces, reconocido sociólogo, escritor e investigador, afirmó que todas las fuerzas políticas que compiten son, en mayor o menor medida, justicialistas. “La plana mayor de Milei es menemista, eso significa que también son peronistas”, declaró en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
En un texto de tu autoría titulado “El gato Félix”, mencionás que el peronismo “renace siempre de sus cenizas”.
Donde además, mencionas que “el penúltimo orador, antes de la aburridísima intervención de Luder, fue el candidato a vicepresidente, Deolindo Felipe Bittel, ex gobernador del Chaco. Su discurso fue antológico por dos frases inolvidables. La primera fue: ‘Hoy como ayer, la opción es Liberación o Dependencia. ¡Y nosotros estamos con la Dependencia!’” y, por otro lado, Bittel afirmó que "el peronismo renace de sus cenizas, como el gato Félix”, confundiendo ese concepto con el “ave Fénix”. Finalmente, asegurás que Bittel tenía razón. ¿Alguno de estos fallidos fue profético?
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Obviamente, hacía algo de humor o de resignación. Esto es el peronismo. Por suerte yo he vivido los últimos 60 años de la Argentina, y puedo asegurar que el peronismo es esto y mucho más también. No solo el eterno renacer de las cenizas, sino también el complejísimo y contradictorio manojo de cosas. La vieja discusión que el kirchnerismo intentó plantear desde comienzos del 2003 era cierta ruptura con el menemismo, como una suerte de “pasado no peronista”.
La gracia del peronismo consiste en que Menem, Duhalde, Kirchner y ahora también Sergio Massa, son todos peronistas. Entonces, en esa capacidad de adaptación, cuando lo quieran llamar de forma elegante lo denominan “pragmatismo”, nada esta volatilidad ideológica y programática.
En el artículo cito a Pepe Mujica diciendo que “el peronismo es una bestia mitológica”. Esa cualidad de bestia mitológica, como sería el ave Fénix, en su versión Argentina sería el gato Félix, es decir, no un ave majestuosa que resurge de las cenizas, sino esta cosa complicada e indefinible que renace de las cenizas y no sabemos para qué, pero lo hace y eso lo vuelve un fenómeno incomprensible. No se puede explicar de qué se trata el peronismo.
De hecho, ni Sergio Massa ni Axel Kicillof vienen del peronismo. ¿El peronismo es un partido de Estado?
En parte sí, el peronismo se presenta a sí mismo como un partido de poder más que de Estado.
¿El Estado no es el poder?
Sí, ese poder del Estado puede ser visto en múltiples direcciones. Esto lo dije cuando estalló el caso Insaurralde, la idea de que la corrupción no es consustancial al peronismo sino a la seducción estatal y a la seducción que se opera sobre mentes débiles de ideología que ven en el acceso al Estado una oportunidad para negocios.
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Al mismo tiempo, puedo tener mis diferencias con Kicillof, pero es un hombre que es inimputable acerca de cualquier tipo de tentación respecto de negocios oscuros.
Lo que aparece muy claro es el peronismo como la tentación estatal y la posibilidad de que eso signifique producir algún tipo de cambio en la vida cotidiana de tu comunidad. Axel Kicillof llegó al peronismo con esa convicción, pero no pienso lo mismo de Massa.
El peronismo permite eso, es una bestia mitológica con una gran capacidad de seducción, porque está el aparato estatal como posibilidad de acumulación personal, pero también lo está como aparato de transformación real.
Creo que si uno tuviera que explicar la idea de "bestia mitológica", sería la capacidad de metabolizar que tiene el peronismo…
Comparto el diagnóstico, pero agregaría algo más. Las cuatro fuerzas que compiten, las ganadoras y las perdedoras, son en mayor o menor medida, peronistas.
La plana mayor de Javier Milei es menemista, eso significa que también son peronistas. Por otro lado, Juan Schiaretti fue el cuadro político de la JP y ganó la provincia de Córdoba con la camiseta peronista.
La reconfiguración del mapa político
Además de la bestia mitológica puesta en acción, hay otras cosas. A pesar de todo lo que ha ocurrido, sigo teniendo una confianza en esta sociedad que me supera. El viernes cené con unos colegas, uno de ellos es uruguayo, y juntos analizamos lo que ocurrió en Uruguay con la Ley de renuncia a la capacidad punitiva del Estado.
Frente a eso, decíamos que Argentina, en cambio, metió preso a Videla. Un país que metió presos a dictadores, no puede elegir como vicepresidenta a alguien que admira a Videla. Todavía no está todo dicho, creo que esta sociedad tiene montones de defectos pero, sin embargo, sigue habiendo una pulsión democrática que es potente y creo que eso es lo que nos mantiene en pie.
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Alejandro Gomel (AG): ¿Qué te podés imaginar de un Massa llegando a Casa de Gobierno?
Me imagino todo, eso no quiere decir que sea bueno o malo. Es un tipo de una inmensa ambición personal y un tipo de una gran inteligencia. Uno confía en la capacidad de los sujetos, pero hay límites objetivos que implican que Massa, ni por convicción ni por posibilidades, va a introducir variantes radicales en la distribución de la renta o la generación de la riqueza, limitado por cómo llega al poder y por su relación de fuerzas parlamentarias.
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Eso es bueno, una democracia se basa en diálogos y consensos. El fin de la hegemonía kirchnerista es muy bueno para la democracia. Posiblemente las soluciones por las que opten no serán las más cercanas a mi agrado, pero no hay otra posibilidad que no sea el consenso y el diálogo.
La relación de fuerzas en el Congreso implica sentarse a conversar y llegar a acuerdos. Massa va a llegar al gobierno siempre que prometa mucho. Le va a prometer el ministerio de Educación a distintas personas, pero esa es su habilidad política.
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Claudio Mardones (CM): ¿Algunos de estos destinatarios pueden ser radicales, no? En el caso de CABA hay una escena que no ha terminado de definirse, hasta ahora el escrutinio plantea un balotaje. ¿Cómo ve la emergencia de Santoro y el posible balotaje en la Ciudad?
Lo veo complicado pero con una variante: no conozco un caso con alguien que con el 49,61% de los votos haya perdido un balotaje en la historia de la humanidad, sería un caso sorprendente. Estaría dichoso de que esa trayectoria se interrumpiera, aunque lo veo difícil. En el escenario de Macri ayer, no estaba el radicalismo. El único radical era Petri, que no tenía más remedio que estar ahí.
El radicalismo se esfumó y se colgó del cuello una piedra muy pesada llamada Macri-Bullrich. Hay algo en lo que Milei tiene razón, el radicalismo también fue fundado como un populismo y en este populismo hay muchas más coincidencias con el peronismo que con la derecha. Cómo va terminar eso en la Ciudad no lo sé. Santoro hizo una buena campaña, fue a buscar los votos de Lousteau.
La figura cuya ausencia era más notoria, era la del radicalismo porteño, y eso genera todas las incógnitas. Santoro buscó despegarse de la etiqueta kirchnerista, además de que Leandro no es kirchnerista. Son escenarios muy inciertos.
VF JL
