MODO FONTEVECCHIA
La supuesta alianza entre el PRO y LLA

Pablo Avelluto: “Macri era un liberal, no un conservador”

"El PRO está acelerando su pérdida de identidad para convertirse en el furgón de cola de La Libertad Avanza", criticó el ex secretario de Cultura de Macri.

Pablo Avelluto
Pablo Avelluto | CEDOC

El ex Secretario de Gobierno de Cultura, Pablo Avelluto, se calificó a sí mismo como un "demócrata moderno". Opina que el problema de la Argentina es su tendencia a ser gobernada por populistas. “Lo contrario del Mileismo no es el anti mileismo, es el diálogo, los buenos modales, no insultar al rival y establecer políticas de acuerdo sabiendo que uno tiene una parte de la verdad y la autoridad, pero no toda", remarcó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Pablo Avelluto es periodista. Fue secretario de Cultura en el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología y Cultura de la Nación Argentina entre 2018 y 2019. Se desempeñó como Coordinador General del Sistema de Medios Públicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el 2014. Además, es editor de una de las editoriales de libros internacionales más grandes en Argentina.

Hubo un concepto que yo había pedido colocar en la apertura de hoy y finalmente no colocamos, qué es el "sinécdoque", cuando se toma la parte por el todo. Es una figura literaria y poética que puede ser aplicada a una parte del PRO y a una parte pequeña de Juntos por el Cambio  que tiene identidad de extrema derecha, pero no a todas sus partes. ¿Sería un error aplicar una sinécdoque política a una fusión entre el PRO y LLA? ¿Sería perder la identidad de lo que era el PRO?

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Sí, la verdad es que de la identidad del PRO que estuvo en su esplendor en el segundo semestre del 2015, aquella identidad de una fuerza política nueva y moderna que se unía con fuerzas políticas populares para formar Cambiemos, aquella idea moderna frente a la política tradicional, alejada de los extremos y populismos, queda muy poco.

Sobre todo queda muy poco desde el 2019, año en el que además de la derrota de Mauricio Macri, Patricia Bullrich tomó el control del partido y a partir de allí se inició un giro conservador, reaccionario y de derecha muy profundo, que fue abandonando uno a uno a aquellos valores y atributos que convocaron a mucha gente, entre ellos a mí mismo.

Eso derivó en lo que todos sabemos: el triunfo de Patricia en las PASO y la estrepitosa derrota de esa idea frente a Javier Milei. Desde entonces hubo una profunda crisis de identidad que nos deja a muchos de nosotros perplejos. Si algo tenemos claro es que no tenemos nada que ver con la ultraderecha,  con el populismo de derecha o con lo que nos gobierna hoy en Argentina, que es aquello que gobernó y gobierna en otros países del mundo que acompañaron a Milei en su asunción.

El problema más importante para mí en este momento es que cualquier adhesión que ya viene dándose por el apoyo que Mauricio y Bullrich le dieron a Milei y la integración de algunas personas al Gobierno de Milei que estuvieron en el Gobierno de Macri, está acelerando esa pérdida de identidad para convertirse en lo que hoy buena parte del PRO parece ser, que es el furgón de cola de La Libertad Avanza.

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El fundador de Poliarquía, Eduardo Fidanza, nos dijo en una entrevista que no creía en una fusión del PRO y LLA porque el decía que Macri era racional, al igual que Cavallo y Sturzenegger, pero que Milei es irracional. Uno puede discutir si Macri se está corriendo a la derecha o no, pero independientemente de que sea una persona más de derecha de lo que era Juntos para el Cambio, es una persona racional, Milei no.

La diferencia con el 2015 es que había un equipo, un cuarteto que lideraba Macri pero que acompañaban con mucha ductilidad en su instrumento Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Marcos Peña. Este cuarteto se disolvió en 2019, Marcos Peña se alejó de la política y la carrera solista de los otros tres fue bastante mala, teniendo en cuenta la incorporación posterior de Patricia. Refutando la frase de Eduardo, podría decir que los sueños de la razón engendran monstruos, como aquella pintura de Goya. Es decir, la racionalidad de Macri frente a la de Milei es indudable, pero venimos de algunos acuerdo muy curiosos, primero se habló de la incondicionalidad del apoyo, después escuche a legisladores del PRO decir que iba a aprobar la ley ómnibus cuando todavía ni se conocían en detalle los artículos que iba a terminar quedando. No dudo que la racionalidad está en el origen, pero los procesos políticos, muchas veces, suelen desembocar en actos irracionales. Mucho más cuando tenemos un Presidente que practica la irracionalidad o el espontaneísmo.

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Hay otro aspecto que tiene que ver con la estética. Ayer, nuestro corresponsal en Italia nos marcaba que un punto de contacto entre Giorgia Meloni y Milei era la vehemencia, en el caso de Meloni en su oratoria y en el caso de Milei en su kinestecia. Una de las cosas que caracterizaba a Macri era cierto pudor, ciertas formas. Si uno miraba a la gente del PRO lo que tenían eran normas y cortesía, por lo menos de la educación clásica. En una entrevista para un medio italiano, le decían a Milei que el no era populista porque los populistas proponen que hay plata, eso es una sinécdoque de reducir todo populismo a un populismo material, cuando en realidad lo que uno podría decir es que Milei es una persona populista que se plantea como una persona común, mientras que la gente del PRO todo lo contrario.

Macri era un liberal, no un conservador. Es un liberal, no un populista. Acordate cuando nos criticaban mucho porque pedíamos disculpas porque nos equivocábamos y corregíamos, esto que vos decís de la buena educación.

Incluso recuerdo que Espert se burlaba del PRO llamándonos “kirchneristas de buenos modales". Hay un elemento central: los demócratas creemos en los buenos modales, en el sentido de la defensa del diálogo, del consenso, del acuerdo y de la idea de no perseguir al rival. 

Javier Milei junto a Patricia Bullrich
Javier Milei junto a Patricia Bullrich.

También de clase estatizada con una idea histórica  de la caballerosidad, de palabras que se le asignan a quien está en una posición de privilegio con obligaciones de comportarse de determinada manera. Vos que fuiste editor del libro de Macri, una cosa es la ideología de las personas, que incluso puede ponerse más conservador con los años, pero el punto de vista de lo más intrínseco de la esencia de una persona, está en los modos. Yo imagino que a una persona como Macri alguien como  Milei debería parecerle una persona estrafalaria, peligrosa en algún sentido…

Por eso genera más ruido, por eso a mí me genera mucha animadversión la idea de una alianza con La Libertad Avanza, porque no somos lo mismo, no pertenecemos a la misma tradición política ni cultural, tenemos diferencias muy profundas. Me acuerdo que en los años dorados del kirchnerismo yo planteaba que había un error en creer que lo contrario del kirchnerismo era el anti kirchnerismo, lo contrario del kirchnerismo es la diversidad, la pluralidad, la democracia. Lo mismo pasa con Milei y esto demuestra la tesis de que Milei es un populista. Lo contrario del Mileismo no es el anti mileismo, es el diálogo, los buenos modales, no insultar al rival, establecer políticas de acuerdo sabiendo que uno tiene una parte de la verdad y la autoridad pero no toda. Son cosas que a Milei y a  su gente le falta, que el PRO trajo y puso en primer lugar en la política y que el propio PRO lo abandonó enceguecido por una furia con el kirchnerismo, que parecía decir que una vez eliminado el kirchnerismo del mapa político argentino las cosas se iban a resolver solas, y eso resultó ser falso. No alcanza con terminar con un populismo porque luego te aparece otro.

El problema de la Argentina es su tendencia a ser gobernada por populistas y la dificultad para establecer un orden democrático institucional y progresista, otro de los grandes equívocos en los que cayó el PRO: el repudio al progresismo. Es cierto que el progresismo tenía muchos problemas pero de ahí a convertirse en ultraderechista hay un largo camino. Yo me sigo reivindicando progresista, creo que está bien ser progresista, tener una mirada social y sobre el Estado en defensa de quien la está pasando peor, eso no significa ni ser populista ni kirchnerista,  sino ser un demócrata moderno y ahí es en donde el PRO parece haber defeccionado enceguecido con el kirchnerismo. El PRO termina abrazado en esa especie de letanía en un acercamiento a alguien que no quiere que nadie opine diferente, porque  lo único que está buscando es un mayor control en el Congreso y no entiendo porque el PRO estaría dispuesto a dárselo a cambio de nada. 

VF FM