Celia Kleiman, reconocida socióloga, sostuvo que podría ser “el fin” del fin del kirchnerismo como mayoría y no como fuerza política. “En el caso de un balotaje, el kirchnerismo, probablemente sea la fuerza que pierda, porque mayoritariamente la sociedad está a favor de otro lineamiento”, aseguró en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
¿Cómo definís la profesión de “catadora de encuestas”?
El tema es que yo me dedico a esto como socióloga. Empecé en la actividad privada con el tema de encuestas, y allí, a diferencia del área política, hay un código de ética, además de metodologías muy estrictas para realizar encuestas. Entonces tengo esa buena y mala costumbre de ser muy exigente en cuanto a la calidad de lo que se hace.
Cuando incursioné en la "encuestología" política vi que muchas de las cosas que yo había aprendido en el área de marketing comercial no se aplicaban. Por ejemplo, en el área privada uno no puede trabajar para dos empresas competitivas, y en el área política un consultor puede trabajar para dos políticos absolutamente competitivos. Las metodologías son menos exigentes.
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En el área privada, el cliente tiene la posibilidad de exigir los cuestionarios o datos que han ingresado hasta un año después de concluido el trabajo de relevamiento. En el área política, el cliente confía en el consultor, le puede decir que hizo 2000 encuestas e hizo 500, es mucho más laxo.
Entonces, puse "catadora" porque tengo ese genio de criticar enseguida cuando veo que una encuesta, de las publicadas, no respeta ciertos parámetros mínimos.
En esa especialidad de "catación", ¿a qué atribuís encuestas de empresas con trayectoria, como Management and Fit y como Zuban Córdoba, que daban ganador a Horacio Rodríguez Larreta sobre Patricia Bullrich y ésta casi lo duplicó en votos?
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Esa pregunta creo que engloba más de una respuesta. Por un lado, en el área política, no está bueno, pero es habitual que la encuestadora publique encuestas que beneficien a sus clientes, que pueden o no coincidir con las que le entrega el cliente.
A veces, incluso hay clientes que piden cambiar los números, y bueno, ese es el límite que cada uno puede fijar, hasta dónde llega su ética.
Por otro lado, puede haber errores que no tienen que ver con esto, sino con que se hacen, sobre todo para difundir en los medios, encuestas rápidas y baratas. Entonces, se llama a teléfonos de línea, que ya casi no existen.
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Este no es el caso, son encuestas presenciales. Al mismo tiempo, uno se pregunta qué lógica tendría que alguien que construye una marca cambie una encuesta porque se lo pide el cliente, porque se cava la fosa a futuro.
¿Puede haber algo, en el fondo, de lo que vos denominaste la "encuestología política"? ¿Hay algo más profundo que está pasando en la sociedad que no se puede encuestar?
No tanto, pero puede ser que oculten cosas. Por ejemplo, no es verdad que había un tercio de la sociedad que no respondía. Cuando uno iba, en la presencial, y tocaba el timbre de los hogares, encontraba la tasa habitual de "no respuesta", porque siempre hay gente que rechaza que lo entrevisten, pero nunca llegaba a un tercio.
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Eso podía ser en las encuestas online o a través de redes, donde a uno le llega un cuestionario auto-administrado, es decir que debe completar uno mismo, y dice “no, no lo hago”.
Con respecto a las encuestas presenciales, al margen de los nombres que me mencionás, hago la salvedad de que no necesariamente cambiar los números implica que uno no va a tener más clientes y que se cava una fosa. Acá entramos en un tema ríspido, que es que, a veces, el más ético es el que tiene menos trabajo.
¿Vos decís que lo van a contratar la próxima vez porque cambia los números? ¿Es al revés?
Por ejemplo. O me da igual porque ya tiene marca, entonces yo pongo que lo hizo "Fulano", y está bien y me sirve para los medios, o sea que no correlaciona calidad con cantidad de clientes. Esto en el área privada es distinto.
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Claro, en el área privada es absolutamente distinto, en el área política uno se puede encontrar con esto.
Por otro lado, uno puede hacer encuestas hogareñas presenciales y no necesariamente hacer una buena muestra. Por ejemplo, puede no tener en claro qué porcentaje de jóvenes o de género femenino y masculino entrevistar; he visto encuestas donde no se respeta la distribución sociodemográfica en población, quiero decir, por sexo o franja etaria.
Me cuesta creer que empresas importantes no hagan eso. ¿Me decís que esas cuestiones básicas no las cumplen incluso empresas importantes?
No necesariamente, no quiero poner nombres, pero no necesariamente las cumplen.
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El triunfo de La Libertad Avanza y el "núcleo duro K"
¿Por qué Milei ganó las elecciones? ¿Por qué crees que el kirchnerismo se acabó?
En ese reportaje que mencionaste, siempre toman trozos. Es difícil que cuando a uno lo entrevistan telefónicamente y luego lo reproducen sea textual.
Uno podría decir que el kirchnerismo ha encontrado su techo. Nosotros vimos en el porcentaje que logró Sergio Massa, y aún sumado con Juan Grabois, que no acumuló un voto más de lo que uno podría decir el "núcleo duro", que en realidad es el de Cristina Kirchner.
Es como que Cristina dijo “votemos a estos candidatos” y el "núcleo duro", el más adherente, siguió esa directiva. Entonces, yo creo que no es un piso sino un techo.
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Porque además, una gran proporción de la población mayoritaria a lo que logró Unión por la Patria es propensa a un cambio, y no a seguir con este gobierno, donde el candidato es, al mismo tiempo, el responsable de que un gran segmento de la población no llegue hoy siquiera a la primera semana del mes con sus ingresos.
Esto por el lado del kirchnerismo que yo estimo, por lo menos con la foto de hoy, la Argentina es muy dinámica y semana a semana todo cambia, que logró un techo y que es difícil que capitalice un caudal de votos mayor.
¿Vos decís que el final es del final mayoritario, es decir, que el kirchnerismo se mantiene pero como una fuerza que ya no es más minoritaria, y que el fin es de la mayoría kirchnerista y no del kirchnerismo?
Lo que pasa es que con ese porcentaje que tiene, aun cuando llega a un 30%, en el caso de un balotaje, si es que llegamos a una segunda vuelta, probablemente sea la fuerza que pierda, porque mayoritariamente la sociedad está a favor de otro lineamiento.
Por eso, es el fin del kirchnerismo como mayoría, no el fin del kirchnerismo...
Claro, habría que ver. Hoy nos encontramos con una Cristina Kirchner prácticamente en silencio y oculta en su terruño, no está claro qué consecuencias han tenido estas primarias en su estado de ánimo y en su predisposición a seguir, incluso en la campaña que viene ahora con Unión por la Patria.
Y diferenciaría kirchnerismo de peronismo, porque peronismo también hay en Juntos por el Cambio, de pronto, en otros dirigentes. Por eso trataba de ser más precisa hablando de kirchnerismo.
La gran perdedora fue la rosca política
Ahora pasemos a Milei...
Tengo que recurrir, quizás, al marketing privado y decir que había un nicho en el mercado electoral que él pasó a ocupar, es decir, había un segmento muy importante de la población que había pasado distintas crisis y que tenía como la sensación, y la realidad, de una disminución en su bienestar económico, en su calidad de vida, sostenida a lo largo de los años. Es como que ya eso pasaba a formar parte de algo endémico, del ADN argentino.
Esto llevaba a una situación de apatía, más viendo nuestros estudios cualitativos, que a mí son los que más me explican el comportamiento de la gente, y parecían muy agotados de los gobiernos de dos fuerzas políticas que no habían logrado solucionar sus problemas, especialmente la segunda parte del último gobierno de Cristina, Macri y, por cierto, este último gobierno del Frente de Todos.
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Ya desde el año pasado, y en esto me incluyo como autocrítica, en los focus groups, en los cualitativos, había una demanda de una tercera fuerza que fuera distinta a lo ya conocido, y que pudiera sacarlos de este estado de decepción y tristeza. Te diría que ya ni siquiera había enojo, había como un estado de resignación, de que esto se iba a seguir repitiendo.
En este estado de resignación y apatía, aparece una figura disruptiva, que empieza a crecer, yo lo ubicaría en el último año, sostenida y repetidamente, y que nos sorprende a todos con el resultado en las primarias, pero creo que viene a ocupar este vacío.
Incluso, un gran segmento no sabía a quién votar, se inclinaba por el menos malo, quizá. Nos decían “el menos peor”, de pronto, y ansiaban una tercera fuerza política que los sacara de los dos espacios que venían alternándose al poder.
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Milei viene con una propuesta innovadora, de alguna manera, y creo que en un principio los adherentes ni siquiera reparaban en la letra chica, porque cuando uno les preguntaba por el tema del aborto, por ejemplo, decían que quizá no logre la mayoría en el Congreso.
La ley ya está, eso no es lo importante, lo importante es lo que propone en lo económico. Incluso no lo terminaban de entender del todo, pero estaba este significante libertad y casta, que encajaba con la crítica generalizada a la clase política. Apareció en el lugar y en el momento adecuado.
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Este es un poco, sintéticamente pienso yo, el porqué del volumen de votos que finalmente termina acumulando en las primarias y que es transversal a distintos segmentos etarios y niveles socioeconómicos, porque llegó tanto en el nivel socioeconómico más bajo como, por ahí, en la clase media.
MVB JL
