El exministro de Economía, Ricardo López Murphy, comparó la coyuntura actual con la que se vivió hace dos décadas. A su vez, afirmó que "a nosotros nos amenazan con que van a generar ríos de sangre y nosotros sólo queremos mantener el orden público", en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Finalmente no se logró imponer la voluntad de Gerardo Morales ni de Horacio Rodríguez Larreta al respeto de la inclusión de Juan Schiaretti. ¿Cuál es su balance de la situación que vivieron?
El episodio fue muy negativo. Yo acompañé al candidato a gobernador, Luis Juez, a la reunión, estamos en una contienda muy reñida en Córdoba y la Ciudad.
Nos fue magníficamente en las elecciones municipales y este anuncio causó una enorme confusión en la ciudadanía en general y, sobre todo, a los cordobeses. Por eso era vital que enfrentáramos decididamente algo que nos desdibujaba como espacio.
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Fue un conflicto de una enorme magnitud e innecesario. Las cartas están echadas, cada coalición irá con sus candidatos en las primarias, luego iremos a la elección general. Después de eso, si es necesario, podemos ampliar la base electoral.
¿Usted está de acuerdo con el fondo pero no con las formas, o sea que está bien sumar a Schiaretti pero después, no antes?
Claro, como ocurre en Alemania. Y nosotros tenemos que construir una mayoría para enfrentar la grave crisis que vamos a heredar. Espero que Patricia Bullrich prevalezca y a partir de allí, haya predisposición para una ampliación pero a partir de un programa de gobierno.
Nosotros hacemos un esfuerzo inmenso, incluso ayer fui a ayudar a nuestra gente en Córdoba. Queremos mejorar la imagen desdibujada de la coalición.
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En 2001 usted era ministro de Economía y Patricia Bullrich encabezaba el ministerio de Trabajo, y mantiene esa coherencia de las ideas que representaba en ese momento. ¿Por qué no germinaron hace 22 años y por qué ahora sí?¿Qué cambio en la sociedad?
Es un cambio mundial igual. Pero se modificó la percepción de los argentinos de que hay una crisis y que no hay una solución sencilla para eso.
En ese momento tuvimos un terrible shock externo, se derrumbaron nuestros precios con la crisis asiática y se cerró el mercado de capitales a los países emergentes. Y por la crisis, Rusia también devaluó, colapsando el precio de combustible y las materias primas.
Esas dos crisis produjeron una situación de inviabilidad a Brasil, que devaluó, y nosotros estábamos sometidos a una enorme presión por una crisis que venía del resto del mundo: se nos caían los precios de nuestras exportaciones, se encarecían los costos de la renovación de las deudas y Brasil bajó los precios a la mitad.
La inflación es cada vez más regresiva
En ese contexto, la recuperación de los precios externos permitió una recuperación muy grande de la producción argentina. Y lo más importante, el dólar, que había caído de 1,20 euros a 0,80, fue a 1,60.
Es decir, todo lo que requeríamos para salir gallardamente, estuvo. En lugar de aprovechar esa circunstancia y afianzar la credibilidad en nuestra moneda, se destruyó todo. Fue tan grave el proceso que aún no lo pudimos reconstruir.
Ahora bien, en el mundo pasaron cosas también, como la crisis del euro, en donde todos los países europeos hicieron lo que proponía López Murphy, y les fue muy bien a todos. Ninguno destruyó toda su estructura jurídica y normativa, porque, de esa manera, se hace un daño enorme.
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Un ejemplo concreto fue Grecia que, si bien le llevó años recuperarse, lo consiguió, aunque fue bastante reticente. También España, Portugal e Irlanda, que fue el caso por excelencia, se recuperaron fantásticamente.
Un ajuste abrupto y el fantasma de la represión
Alejandro Gomel (AG): Lilita Carrió dijo que lo que están buscando Bullrich y Milei es hacer un ajuste rápido, y que eso puede llevar a una represión que podría traer aparejado muchos muertos como en el 2001 ¿Por qué ahora, con los mismos nombres y ajustes que en esa época no va a terminar igual?
Hay que contextualizar. Nosotros tenemos reservas altamente negativas, se están usando masivamente los encajes de los depósitos en dólares. Y estamos cerca de que no alcance.
En segundo término, hemos acumulado una deuda enorme y estamos pagando tasas de interés extravagantes. El país está inmerso en una crisis inflacionaria y sin insumos para el agro. Esta es una crisis de una magnitud inédita, cualquiera que esté en el gobierno va a tener que enfrentarla, no sólo posponerla como está haciendo Massa.
Deseo tener una coalición lo más amplia posible que dé respaldo a ese plan y narrativa que tendrá que persuadir a nuestra sociedad de la situación adversa. A su vez, está descartado que tengamos relación con Javier Milei.
En cuarto lugar, decir que cualquiera que asuma va a tener que mantener el orden público, lo hacen todos los presidentes del mundo, no hay anarquía. A nosotros nos amenazan con que van a generar ríos de sangre y nosotros sólo queremos mantener el orden.
Claudio Mardones (CM): Una cosa es mantener el orden y otra es llevar adelante un shock económico con un ajuste abrupto que genere un mayoritario repudio con una legítima movilización. ¿Con un gobierno de derecha que tenga que afrontar una situación semejante, con este discurso, no le restaría legitimidad y lo volvería más débil?
Están exagerando sobre una cuestión en la que no hay alternativa.
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Me parece que no es comparable la salida de la convertibilidad con el ajuste que se propone. En ese momento cayó el PBI 12% en un trimestre.
Pero al revés, nosotros no tenemos la necesidad de un ajuste en el sentido griego o español. En esos países había que corregir un déficit en cuenta corriente que era enorme. Nosotros no vamos a tener esos problemas, de hecho, si el clima ayuda vamos a tener un superávit en las cuentas externas.
Tenemos que corregir el desfase que tiene el sector público por haberse generado un Estado súper obeso y el ajuste que sufren los privados por un mecanismo extremadamente regresivo, que es el impuesto inflacionario. Eso está pulverizando el nivel de vida de los más pobres.
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Nosotros vamos a hacer un programa extremadamente favorable a los sectores de menores ingresos, porque al sacar ese impuesto, le vamos a dar capacidad de ingresos muy diferentes.
El nuestro es un programa como el que haría Brasil, Uruguay o España. Hay que reparar los desequilibrios que son dañinos para nuestra inversión y la creación de empleo. Con el Riesgo País que tenemos no se puede invertir en nada.
AO JL