El economista Rodolfo Sántangelo habló sobre la escasez de dólares en el país y el agravamiento por la sequía. Además, sostuvo que el año pasado “el dólar soja fue el elemento central para evitar el helicóptero”. “Estamos al borde de la crisis de reservas”, declaró en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Hubo una serie de versiones, negadas desde el Gobierno, diciendo que estamos frente a un desdoblamiento cambiario. ¿Existe alguna posibilidad de que no haya otro camino para el Gobierno ante la escasez de dólares por la sequía?
Está claro que el tema urgente es el mercado cambiario, ya veníamos complicados, y la sequía es costosísima, no sólo cambiariamente, sino también en términos fiscales y de actividad económica.
Se siente más en el Interior que en el área metropolitana, pero se va a percibir en todo el país. Puede ser que vayamos a alguna alquimia cambiaria. Siempre tenemos que entender la integralidad de todo esto.
Por ejemplo, si los dólares que hoy se van por la tarjeta de crédito a $200 los mandás a $400, que es lo que vale el MEP o algún dólar financiero, el Gobierno está recaudando un montón de plata por la retenciones que hay. Entonces, tenés que tener una mirada global.
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No sé qué vendrá, pero lo que queda claro del año pasado es que el dólar soja fue el elemento central para evitar el helicóptero, y tenía el beneficio de acumular reservas, pero no resolvió el problema de quién lo pagaba.
Porque si quien lo pagaba era el Banco Central, que fue lo que pasó en septiembre y diciembre, de comprar a $220 y vender a $180, terminaba generando un problema en el peso que volvía como boomerang en el dólar. El problema del peso y del dólar están muy relacionados.
El de la sequía es un tema nuevo y casi irresoluble, pero si lo que viene son medidas puntuales para ver por dónde se va la plata y no encaramos el problema global, podemos ganar un par de meses, pero no resolvemos el problema del Fondo.
Creo que vendrán medidas para parar la hemorragia del mercado cambiario, que está delicado y sin la perspectiva de que viene abril y entra la soja, porque la cosecha es dramática pero necesitamos una mirada más global.
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Las comparaciones con la gestión económica de Raúl Alfonsín
Hay algunas perspectivas que recuerdan a la hiperinflación de Alfonsín, producida por una corrida de devaluaciones. ¿Cuál es tu visión sobre si existe alguna posibilidad de similitud entre aquel escenario y el actual?
Me acuerdo de memoria casi día por día. Fue un proceso dramático, donde la hiperinflación significaba que la tasa de inflación se duplicaba todos los meses.
En ese sentido, entendiendo a la hiperinflación como una aceleración permanente, digo que no, por más que la sequía sea muy costosa. En aquel momento el problema fue querer experimentar con el mercado de cambio ante cada problema.
Sí estamos ante un proceso de aceleración inflacionaria, donde lo mejor es mantener entre el 6% y el 8%.
Si llega a haber un salto cambiario, podemos tener un 10% de inflación mensual, pero la híper, como pasó en 1989, no lo veo. Sí un escenario de inflación inestable, creciente y molesta.
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La problemática mundial con los bancos
¿Creés que la crisis internacional tiene algún punto de comparación con la de 2008-2009? ¿Y el hecho de que sean tres bancos indica que hay un problema que va más allá de un banco en particular?
El origen del problema bancario es el tamaño de los bancos. Estados Unidos tiene bancos gigantes. Aún estos de Silicon Valley tienen tamaños fenomenales, no sólo medido en dólares, sino en relación a la economía y, sobre todo, al capital.
Tienen mucho activo y pasivo, pero menos capital. Entonces, pequeñas modificaciones en las tasas de interés, para los que no son prudentes y no están cubiertos permanentemente entre lo que cuesta el pasivo y el activo, generan estos problemas, pierden plata y los bancos se descapitalizan.
El 2009 tenía que ver con un mercado de crédito e hipotecas que terminó mal y con excesiva adaptación de riesgos. Creo que esto nunca termina de un día para el otro, no es el 2009 pero está clara la política inflacionaria que complica enormemente.
Estados Unidos quiere converger al 2% anual, y para hacerlo probablemente tenga que seguir subiendo la tasa de interés pero esta crisis bancaria le complica las tasas, porque no hay peor enemigo para la política monetaria que quiere subir tasas de interés, que una crisis bancaria.
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El futuro económico de la Argentina
Todo plantea que el nuevo gobierno que asuma en diciembre debería tender a una unificación del mercado cambiario. En Juntos por el Cambio se plantea si debe hacerse o no inmediatamente. La discusión es, ¿a qué precio quedaría el dólar después de una unificación? A la moneda de hoy, ¿el dólar de $200 está bien?
Fuimos opositores en diciembre de 2015 a la unificación y liberación del mercado de cambio, porque debe ser el punto de llegada, no el de partida. Si me decís que hay que ir directo a la liberación el 10 de diciembre, tajantemente te digo que no.
Un valor de $200 para esta economía es insuficiente. Para una economía más armada, estable y organizada, es un tipo de cambio que no está groseramente atrasado. El problema es que hoy convive con $400, que no solo es altísimo, sino que tiene una brecha muy alta.
Argentina necesita reglas de juego conocidas en el sistema monetario y cambiario, normas transparentes y de funcionamiento donde todos sepan cómo funciona, y que no venga el funcionario de turno a decirte que no podés hacer algo.
El título del cepo y unificación son anécdotas que se definen en el momento, pero se necesitan reglas de juego en un marco de estabilidad macroeconómica y de reorganización de cómo funciona la economía.
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El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional
Respecto al FMI, ¿tiene que renegociar el acuerdo de Guzmán? ¿Cómo crees que se va a resolver esa problemática?
Ese acuerdo es para llegar a diciembre. Argentina tiene vencimiento con la deuda del Fondo para junio del año que viene. Entonces, está en un jueguito donde el FMI nos desembolsa plata que se usa para pagarle al propio Fondo.
Tuvimos que acudir a normas de la década del ochenta para postergar unos pagos porque no tenemos las reservas, ya que estamos pagándole al Fondo antes que venga el desembolso. Estamos al borde de la crisis de reservas.
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El Fondo es un auditor muy lapso, reformula y reescribe todas las metas. Si este programa llega a diciembre con ese juego, habrá que armar un nuevo acuerdo para ver cómo pagar los intereses, porque el capital ya habrá sido refinanciado hasta 2028. Queda una cuenta de intereses que, dada la magnitud de la deuda, es un monto significativo.
La respuesta es, en diciembre habrá que armar un nuevo esquema hasta junio, ver cómo se van a pagar los intereses y armar un programa económico consistente que el Fondo apruebe, para explicar cómo se hace para pagar los intereses de la deuda que le debemos.
MVB JL