OPINIóN
Psicología

Duelo traumático: cuatro características y una clave

Una situación sorpresiva aturde, nos deja vulnerables y desordena nuestra vida cotidiana hasta hacernos sentir incapaces de afrontarla y superarla. Sin embargo, siempre hay una manera de supercar un trauma.

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31 años del atentado a la Embajada de Israel | TELAM

El duelo traumático se presenta ante la muerte súbita de uno o varios seres queridos en una situación sorpresiva, inesperada como una enfermedad corta, una atentado terrorista, un asesinato, accidente, suicidio o desastres naturales. Estas son experiencias impactantes que superan la capacidad normal de afrontamiento de una persona en un determinado momento. La muerte de un ser querido, en estas circunstancias, es de las peores pérdidas que un ser humano puede experimentar. 

Hay cuatro características que son propias de este tipo de duelo: 

- Aturdimiento e incredulidad: La persona queda sumida en ese estado. Duda de la realidad que está viviendo. Cree que en cualquier momento se despertará de la pesadilla y todo será como antes. Abrir los ojos cada mañana y ver que lo que sucedió es real, se vuelve difícil de afrontar.

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- Sensación de vulnerabilidad: Puede surgir porque la persona no se siente fuerte para enfrentar la pérdida, tiene miedo de no resistir, de enfermarse física y psicológicamente. 

Ante la muerte de un hijo, por ejemplo, hay madres que piensan en no seguir viviendo porque no pueden tolerar el dolor, quieren reunirse con su hijo o hija, o no confían en su propia fuerza para levantarse y continuar la vida con esa ausencia. Pero el ser humano tiene una capacidad de recomposición increíble.

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La sensación de vulnerabilidad también puede surgir por las circunstancias externas amenazantes. Cuando alguien muere en un acto que es producto de la inseguridad del lugar, los supervivientes cercanos toman conciencia del peligro real e incontrolable. Antes del hecho, se podía pensar que nada le iba a pasar ni a uno ni a los allegados. Ahora la realidad es irrefutable

En los casos de atentados contra un colectivo social, político o religioso, la sensación de vulnerabilidad se instala no solamente en las personas que perdieron a un ser querido en el hecho, sino en todo el colectivo, que ve amenazada su integridad por pertenecer a ese grupo. Aparece un estado continuo de alerta corporal y psicológico, una hipervigilancia que aumenta los niveles de ansiedad y estrés. 

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- Desorganización: De manera abrupta, el mundo personal deja de funcionar tal como lo venía haciendo.  Es como si la vida hubiera perdido su estructura. La persona se ve invadida por la desorganización. Las rutinas se esfuman, lo que era importante pierde sentido. Hay dificultad para poner atención a lo que se hace, a lo que se dice, a lo que se escucha. La memoria de corto plazo falla y no se recuerda ni siquiera lo que se comió una hora antes.

- Búsqueda de significado: ¿Por qué?  ¿Por qué?  ¿Por qué?  Se intenta comprender lo inexplicable, tratando de encontrar respuestas. La necesidad de indagar es inevitable: ¿qué estaba pensando cuando murió? ¿habrá sufrido?. 

Hay que continuar  hasta encontrar respuestas que tengan sentido para uno, que permitan construir una narrativa de lo que sucedió. Algunas preguntas nunca tendrán respuesta. Hay que aprender a vivir con ello y con un sistema de creencias y valores que se han modificado.

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La clave es reconstruir. Seguir viviendo de manera satisfactoria no significa olvidar el trauma, sino justamente aprender a vivir con él. A su debido tiempo hay que:

  • Reconstruir la propia identidad -ya no soy la madre de…, el hijo de…, la esposa de…
  • Reconstruir los proyectos. Murieron los que uno tenía con el ser querido.
  • Reconstruir la imagen de futuro. 

Con heridas profundas y aunque es un camino arduo, es posible transitar un duelo traumático con esperanza.

La ayuda profesional, el apoyo social y la auto-ayuda son tres pilares cruciales para salir del shock inicial, aceptar la realidad de la pérdida, redescubrir quién es uno ahora, honrar el pasado y construir un futuro significativo. 

*Doctora en Psicología