Me levanto temprano. Con lo que me cuesta… Pero hoy es uno de esos días en que ¡¡¡tengo mil cosas por hacer y más!!!
No sé si soñé… pero estoy absolutamente “capturada” por una melodía que no puedo parar de tararear. Se me viene y se me viene a la cabeza junto con algunas palabras sueltas que me acuerdo del tema.
Es extraño pero cuando nos “toma” un tema, nos volvemos adictivos, imposibilitados de poder “soltar” y para despegar, tratamos de pensar en otra cosa pero vuelve una y otra vez como un mantra que en algún punto quiere llevarnos a recordar. Ya no lucho. Me subo al colectivo y gracias a Dios hay asiento. Saco el teléfono y busco la letra. Las Cuarenta lleva por título. La leo y la releo una y otra vez y me doy cuenta de que la vida misma está ahí… Ese sueño que nunca pudimos cumplir porque la “verdad” nos demostró que aún con el alma y la fuerza hecha vela el viento del destino nunca llegó y nos quedamos soplando y soplando pero no alcanzó para hacerlo posible… Cuántas veces nos vuelve y nos vuelve esa cuenta pendiente que aún sin ser, nos mantiene en vilo produciendo miles de otras cosas para no pensar en esa “falta” que siempre estará en nosotros…
Me interrumpe un pibe que sube al colectivo vendiendo peines… en el asiento de adelante veo a un tipo pelado, adelante una señora muy peinada de peluquería, a su lado una piba rapada con un tatuaje en la cabeza y estoy yo que solo me peino con cepillo… Nadie lo mira. Agacho otra vez la cabeza para ponerla en la letra del tango que me dice… “Y sé que con mucha plata uno vale mucho más”. Y pienso… este pibe debería estar estudiando para ser “alguien” en la vida. E inmediatamente la frase del tango me lleva a pensar… NO. Ya es alguien!!!
Sin embargo, siempre se nos viene la misma idea a la cabeza… Me pregunto ¿a qué nos referimos con ese “alguien”? ¿Es solo al conocimiento o es a lo que el conocimiento puede comprar? Ser “alguien” entonces ¿es ser en la medida de lo que se tiene? No adentro sino afuera… claro.
Uno de cada cuatro argentinos preferiría estar desempleado a ser infeliz en el trabajo
Sé que lo pensamos de buena fe pero si pudiéramos poner la misma preocupación porque el oro esté adentro, sin duda seríamos mejores y mucho más ricos. Pero no escapamos, “toda carta tiene contra y toda contra se da”… Vivimos empapados de adelantos tecnológicos que nos hacen más rápidos, más productivos, más informados hasta más inteligentes... creemos. Y todo, para ser “alguien”. Ese alguien que la sociedad “ve y respeta”. Porque el poseer, es un bien en sí mismo aunque cada día nos cueste más tener y mantener. Todo indica que hoy podemos llegar a saber de todo. “Googlealo” nos decimos unos a otros y seguimos transitando una carrera llena de títulos que escribió quien sabe quién sin profundizar en nada. Mucho menos en nosotros mismos. Quizás, ese sea el verdadero sueño que todos Tenemos “encontrarnos para encontrar al otro “ y poder valorarlo en su individualidad. Quizás, nuestro destino sea el seguir “soplando” aunque nos abrase la verdad… la realidad, el mundo actual.
* Lucrecia Merico. Cantante de tango y bolero, actriz, productora, gestora cultural, columnista radial. linktr.ee/LucreciaMerico