OPINIóN
Corrupción

De “Boudous” y una Argentina arruinada

Fechas, datos, fallos, entrampes legales, todo se encuentra al alcance de cualquier ciudadano que guste informarse y pretenda conocer los pormenores, archiconocidos, que nos cuentan hace años sobre los vaivenes de la causa Ciccone.

La imponente casona donde vive Amado Boudou
La imponente casona donde vive Amado Boudou | cedoc

En Argentina los incentivos para “portarte mal” son notables. Podés pasar de ser ministro de Economía a candidato a vicepresidente de la Nación completando en tu declaración jurada en el rubro dinero en dólares la cifra145.600, y transformarte rápidamente en el dueño de nuestra “Casa de la Moneda”, luego soportás 6 meses de prisión preventiva, más adelante ingresás efectivamente al penal de Ezeiza porque todas las instancias judiciales te declaran culpable; pero salís del penal al año y ocho meses apelando a que una pandemia por coronavirus impide que tus hijos sean cuidados como corresponde, y así regresás a tu lujosa vivienda, mientras tu mujer vuelve de viaje para luego trabajar en el Estado con un sueldo muy bien pago; mientras tanto, podés especular con que algún juez “buena onda” te permita pasar el verano fuera de la cárcel aprovechando la feria judicial, aunque todas las instancias judiciales, incluida la Corte Suprema de Justicia, te hayan condenado a estar en prisión.

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En ese tiempo de gracia, de veranito de pandemia más feria judicial, armás buenas maniobras para que cuando vuelvan a abrir los Tribunales el tiempo haya jugado a tu favor, intentás persuadir con ayuda del mismo juez “buena onda” para aminorar la pena, a partir de declarar haber realizado una serie de oficios o estudios varios en prisión, que nada tienen que ver con tu formación académica previa (montador electricista, electricista instalador, organizador de eventos y un taller de filosofía al cual asististe tres clases en forma presencial, continuaste digital y no terminaste de rendirlo, lo que fuera para poder restarte meses de prisión).

Mientras corren los días, y artilugios van artilugios y vienen, tu defensa solicita que se te reconozca una reducción de veinte meses de condena por el “estimulo educativo”, sin embargo, se llega por decisión del juez “buena onda” a que solo se te resten diez meses para cumplir tu condena en prisión. La Fiscalía a cargo aceptó un reconocimiento por el “estimulo educativo” que implica una reducción menor, de seis meses. Pero el juez “buena onda” insiste en contabilizar diez meses como reducción de condena, y efectivamente en solo diez meses quedarías libre.

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Con esta nueva determinación, ya estarías cumpliendo con los tiempos necesarios que te habilitan para pedir salidas transitorias. Y, además, ya con los dos tercios de tu condena, podés también pedir tu libertad condicional. Así, el alma comienza a volverte al cuerpo, cuando, a pesar de que sos un corrupto importante que robó descaradamente dinero público, estás a punto de volver a ser libre sin que los fallos (incluidos los de la Corte Suprema) así lo respalden.

Por lo pronto, con un poco más de buena onda de algún otro juez “buen onda” podés continuar en prisión domiciliaria por este tiempo escaso que resta de pena recortada, y así, podés dejar de estar encerrado en la cárcel y permanecer “encerrado” en tu lujosa vivienda junto a tus hijos, tu mujer con su nuevo puesto muy bien pago en el Estado, miles de millones de pesos robados a todos los argentinos y una pensión vitalicia por 420.000 pesos mensuales como ex vicepresidente, que, por supuesto, no se cancelará, porque la sentencia del Tribunal Oral Federal 4 solo te inhabilita para volver a ejercer cargos públicos, pero nunca jamás tuvo ni tendrá competencia sobre la percepción de la pensión vitalicia, así que serás cada vez más millonario.

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Esto no es una ironía, ojalá lo fuese, esta es la verdad más burda y perversa, que solo describe la manera de obrar de parte de una Justicia que gusta coquetear con el poder político de turno, y de un Presidente que se indignaba por el antaño repudiado caso Ciccone, y que hoy nos habla de “gravedad institucional” cada vez que un corrupto “propio” es condenado luego de haber robado dinero de todos y todas.

El señor Amado Boudou, tan estudioso y aplicado, preocupado por cuidar a sus hijos durante la pandemia, robó dinero que podía haber sido destinado a los mismos hospitales que requirieron de meses de refacciones y compras de insumos para poder hacerle frente a la pandemia, dinero que podía haber sido destinado a cantidad de escuelas que hoy, con la vuelta a clases, no podrán hacerle frente al coronavirus por su precaria infraestructura, dinero que podría haber sido destinado a infraestructura básica para un número inmenso de habitantes que no cuentan con cloacas ni agua potable ni gas ni luz ni nada.

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Fechas, datos, fallos, entrampes legales, todo se encuentra al alcance de cualquier ciudadano de a pie que guste informarse en los medios gráficos, televisivos o digitales y pretenda conocer los pormenores, archiconocidos, que nos cuentan hace años sobre los vaivenes de esta causa, la causa Ciccone, en alusión a la empresa Ciccone Calcográfica encargada de imprimir papel moneda en Argentina, que habría sido comprada por Boudou (en aquel momento ministro de economía y luego vicepresidente de la república) y compañía, y que habría sido utilizada para beneficios personales y políticos. Luego de un recorrido por infinidad de instancias judiciales, el veredicto de esta causa fue contundente, así el 7 de agosto de 2018 Amado Boudou fue condenado a 5 años y 10 meses de prisión por los delitos de cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con la función pública.

Pero, aparentemente, el final de la historia se nos adelantó, este señor que nos robó a todos los argentinos, y seguirá cobrando su suculenta pensión mensual (mientras reclama cobrar de modo retroactivo sus haberes no cobrados mientras estuvo detenido), está logrando conquistar rápidamente su libertad. No es el único desde ya, hay muchísimos “Boudous”, de la bandera política que gusten.


* Sandra Choroszczucha. Politóloga y Profesora (UBA). www.sandrach.com.ar