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Diego Giacomini: “La revolución de la libertad que quiere vender Milei finalmente no va a existir”

Fue socio intelectual de Javier Milei durante quince años, de 2005 a 2019, escribieron cuatro libros juntos, el último en 2019, titulado “Libertad, libertad, libertad”, y fue quien acercó al candidato presidencial las ideas libertarias de la Escuela Austríaca. Economista liberal, especialista en política monetaria, en su último libro, “Liberalismo siglo XXI”, enmienda los errores del liberalismo clásico. En esta extensa entrevista desarrolla sus ideas para un nuevo capitalismo. Cursó su secundario en el Colegio Nacional de Buenos Aires junto a Axel Kicillof, es licenciado en Economía, especializado en política monetaria por la Universidad de Buenos Aires, y Master of Sciences in International Economics, por la University of Essex, de Inglaterra. Es consultor económico y financiero, profesor de grado y posgrado, y conferencista. Es director de E2 (economía y ética). Entre 2000 y 2008 se desempeñó como economista senior de Transportadora Gas del Sur. Entre 1998 y 1999 fue jefe del sector fiscal del Estudio M. A. Broda y Asoc. Además fue coordinador del Programa Naciones Unidas para el Desarrollo Proyecto). También condujo “Economía al cuadrado” y ganó el premio Martín Fierro Digital al mejor contenido de TV Digital Temático.

Diego Giacomini 20230909
Diego Giacomini en la entrevista con Jorge Fontevecchia | JUAN OBREGON

—Tu libro lleva como título “Liberalismo siglo XXI”, ¿hay alguna forma de respuesta al socialismo del siglo XXI, de Chávez y los populismos latinoamericanos de principios de siglo? 

—El título Liberalismo siglo XXI responde a que el liberalismo ha tenido una muy importante evolución intelectual, especialmente en los últimos cuarenta años, y este liberalismo siglo XXI ha enmendado los errores del liberalismo clásico, aquel liberalismo que si le tenemos que poner una fecha de fundación, arbitraria tal vez, podemos poner a John Locke en 1682, después con los Wicks originales y las cartas de Catón entre 1720 y 1723, viene a enmendar sus errores intelectuales. Después enmienda los errores del minarquismo, que obviamente demuestra el liberalismo siglo XXI, mediante la epistemología conocida como praxiología, que es una metodología que utiliza la Escuela Austríaca para entender, explicar e intentar hacer leyes del comportamiento del ser humano, abandonando la metodología tradicional que utilizan otras escuelas del pensamiento económico, por ejemplo el keynesianismo, los clásicos, los nuevos clásicos, el marxismo, que utilizan la misma metodología, el empirismo observacional que se lo quitan a las ciencias duras y lo aplican a las ciencias sociales, lo cual es un importante error porque se basa en el principio de constancia de comportamiento, y el ser humano, si hay algo que hace es aprender, no saber qué va a aprender, y en el futuro no saber no solo qué va a aprender, sino qué va a hacer cuando aprenda lo que todavía no sabe que aprende. En consecuencia, no hay constancia del comportamiento. Ergo, el causa efecto nunca se mantiene. Entonces el ser humano no puede utilizar el método del empirismo observacional. Porque el liberalismo siglo XXI, que ha tenido una evolución, sobre todo a partir de los últimos discípulos de la corriente de von Mises, antes de cruzar el Atlántico, tuvo un gran discípulo que fue von Hayek. Cuando cruza el Atlántico y se establece en Estados Unidos, tiene dos grandes discípulos, Israel Kirschner y Murray Newton Rothbard. Murray Rothbard, a su vez, tuvo tal vez los máximos: Jesús Huerta de Soto, español, que me ha invitado al Congreso de Economía Austríaca, ahora  a final de octubre a exponer como representante latinoamericano.

—Quien hace el prólogo de la última edición en español de “La acción humana” de von Mises.

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—Exactamente. El otro es Hans-Herman Hoppe, alemán que vive en Turquía. Y mediante la praxiología han descubierto, y demostrado, que la sumatoria de Estado nación más constitucionalismo, más democracia representativa, donde el problema no está en la palabra democracia que yo defiendo, sino en el problema de la representación. Porque no es cierto, no hay ningún contrato de representación, porque el voto no es un contrato de representación, más el voto obligatorio y secreto, todo esto conduce al socialismo.

“Milei entiende mal la Escuela Austríaca, sigue siendo neoclásico y conservador”

—O sea: Estados, constituciones, democracia representativa, más voto directo, deriva en socialismo, ¿creés que la Argentina comenzó el fin de su esplendor en 1912 con la ley Sáenz Peña?

—El problema es el voto secreto y obligatorio, no directo. Ojalá tuviéramos voto directo con nombre y apellido, que la tecnología de hoy lo permite.

—Tu planteo es no secreto y no obligatorio. 

—Exactamente. 

—¿Y a partir de la ley Sáenz Peña comienza el periodo de pérdida de esplendor de la Argentina?

—Con la ley Sáenz Peña el problema es que todavía ahí no estaban los medios tecnológicos para que uno pudiera votar en libertad, no coaccionada, con nombre y apellido, que hoy lo podríamos hacer con una app en un celular. Entonces, tengo dudas si la comparación es válida porque la tecnología cumpliría un rol fundamental y en aquel entonces no estaba. Lo que creo, y voy a usar una metáfora que tal vez sorprenda, creo que la Argentina tiene uno de los mejores sistemas de organización gubernamental, una de las mejores democracias, uno de los mejores Estados nación, más constitucionalismo, más democracia representativa o con voto obligatorio y secreto, porque no hay ningún otro país en el cual el sistema avance tan rápido sobre las libertades del individuo, el Estado, los medios políticos, el poder político, en tan solo cuarenta años de haber recuperado este sistema, ha avanzado sobre la propiedad privada de los individuos, la libertad, condenándolos a que si hay menos propiedad privada y menos libertad, el resultado es inexorable, peor calidad de vida.

“Este liberalismo siglo XXI ha enmendado los errores del liberalismo clásico"

—Escribiste en tu libro que la democracia representativa constitucionalista era el sistema más perverso de todos porque los individuos creían que eran parte del sistema y podían modificarlo desde dentro. ¿Cuando ahora decís que es el más “perfecto” es porque sería el peor de todos?

—Esto es muy interesante porque lo explica el liberalismo del siglo XXI. Con buenas intenciones, el liberalismo clásico a final del siglo XVIII, habiendo aprendido de la República británica de 1646, que dura 11 años, realmente hace una de las revoluciones más importantes de la historia de la humanidad, que es haber puesto los cimientos contra las monarquías absolutas. ¿A un sistema cómo se lo derrota siempre? Primero, desde lo intelectual, desde la pluma, se lo critica. Eso hizo el liberalismo clásico con las monarquías absolutistas. Posteriormente, además de deslegitimar, empezó desde lo intelectual a edificar nuevas ideas para un potencial nuevo sistema, acá tenemos a Locke como mojón inicial, pensando en las constituciones clásicas, en lo que debería ser una futura república para brindar una alternativa al sistema que se busca primero combatir y después derrocar. El siguiente paso es, después de haber hecho estos dos, que la gente entienda los errores del sistema bajo el cual vive, porque la gente piensa siempre a lo largo de la humanidad, en el mejor sistema de todos y en el único posible.

—Tu crítica al voto obligatorio tiene en cuenta el teorema de Arrow que sostiene que si un cuerpo tiene que tomar decisiones, tiene al menos dos integrantes y al menos tres opciones entre las que debe decidir, es imposible diseñar una regla de elección social que satisfaga simultáneamente todas las condiciones, simplificadamente, ¿ningún voto es justo? 

—Parcialmente, no estoy de acuerdo en su totalidad porque hay un problema mucho más profundo que el que plantea Arrow. Primero, las valoraciones del ser humano son subjetivas. Esto quiere decir que solamente cada uno de nosotros conoce sus gustos, preferencias, necesidades, limitaciones y entorno de escasez. Ergo, solamente cada uno de nosotros puede construir su función de utilidad. Solamente cada uno de nosotros puede saber cuáles son sus fines, medios y maximizar la función de utilidad, que, pongamos un nombre sencillo, es maximizar nuestra felicidad escogiendo determinados medios para alcanzar esos fines. Nuestras preferencias son subjetivas, nuestras utilidades emanan de la subjetividad. Ergo, no son sumables horizontalmente. Esto quiere decir que no hay utilidad social, no hay un bienestar social, no existe ni va a existir. Ahora, si por un segundo asumimos, suponemos ridículamente que existe, tenemos dos problemas que son de información. Primero, es el político para el cual votamos, y acá estoy contestando la pregunta, ¿cómo se entera de cuál es la función de bienestar social? Porque no hay manera de trasladar la información desde la demanda a la oferta, asumiendo que los ciudadanos son la demanda y el político es la oferta, porque para que haya información y traslado de la información tiene que haber sistemas de precios. El sistema de precios necesita que la demanda sea voluntaria, y que haya propiedad privada con pagos espontáneos, así surge el sistema de precios. El sistema de precios transmite toda esta información de manera muy rápida y a bajo costo, desde la demanda hacia la oferta, desde los ciudadanos hacia los políticos. Nada de esto existe en una organización de gobierno de carácter de propiedad pública, donde todo supuestamente es de todos, pero en realidad es de nadie. Ahora, si hacemos el supuesto, ridículo también, que por un segundo el policy maker sabe y se entera por arte de magia de qué es el bienestar general social, que ya explique por qué no existe, pero por un segundo suponemos que existe y que lo conoce, nuestras preferencias, nuestras subjetividades son permanentemente cambiantes. Ergo, pasa a tener problemas de información, ya no solo estáticos, sino dinámicos, porque no puede enterarse de las modificaciones de nuestras necesidades, gustos, preferencias. Ahora, el presidente, hablando de Arrow, el gobernador, el intendente, el diputado y el senador dicen que nosotros, el pueblo, tenemos el poder y nosotros lo delegamos en ellos, que son nuestros representantes. Si ellos fueran nuestros representantes debería haber un contrato de representación. Primero y ante todo es voluntario, cualquier contrato firmado a punta de pistola es inválido, está viciado de nulidad, tenemos voto obligatorio. Segundo, cualquier contrato de representación se firma con nombre y apellido. Porque la firma del nombre y apellido es lo que da lugar a la existencia del contrato, que los dos se pusieron de acuerdo en celebrar dicho contrato y uno se convierte en representante y otro en representado. La firma con nombre y apellido da lugar a obligaciones y a derechos, tanto del representante como del representado. 

Diego Giacomini 20230909
HASTÍO. “La gente no va a avalar ninguna reforma estructural profunda en el sentido de la libertad, porque simplemente está hastiada, lo vota a él (Milei), pero todavía está a años luz de tener la cosmovisión liberal”. (FOTO JUAN OBREGÓN)

—Decías que la democracia sirvió entre los siglos XVII y XIX para superar la monarquía absolutista pero que en el siglo XXI quedó obsoleta, ¿parte de esa obsolescencia obedece a la existencia de constituciones y en ese caso deberíamos tener sociedades sin constituciones? 

—Brillante pregunta. Las constituciones, que nacieron con las mejores de las intenciones a partir del liberalismo clásico, tienen un grave problema, hablan del contrato social. De nuevo al mismo problema, no hay contrato social porque nadie lo ha firmado nunca, pero el problema es peor que con el voto. Se potencia, porque pretenden que sea hereditario y que sea un contrato eterno. Si mi padre firmó un contrato, el contrato muere con mi padre. Yo no me tengo que hacer cargo del contrato que hizo mi padre, y es así en todo marco del derecho privado de las personas, cualquier otra cosa sería injusta. Las constituciones cometen un error garrafal, le dan el monopolio de la ley, el monopolio de la seguridad, de la defensa y el monopolio de la administración de justicia al Estado. Esto es realmente muy fuerte, porque primero hay que saber qué es la definición de monopolio. La definición del mainstream de monopolio que casi todo el mundo conoce es errónea, es la definición neoclásica, dice que hay monopolio cuando hay un solo oferente, un solo productor. Esta es una definición miope, primero, porque no va a las causas, parece que el monopolio cayó del cielo. Entonces parece que no hay responsable del monopolio, surgió como arte de magia. La definición de la escuela austríaca es, hay monopolio cuando está prohibido por la fuerza entrar en libertad al mercado para poder producir u ofertar un determinado bien o servicio libremente. Las constituciones liberales prohíben por la fuerza que alguien venga a producir y ofertar leyes solamente, y el Estado lo puede hacer. O sea, es el Estado el que dice qué está bien y qué está mal. Qué podés hacer, que tenés que obedecer y qué no podés desobedecer. Después le da el monopolio de la seguridad, que implica que el Estado tiene el poder monopólico de ser el único que pudo utilizar la fuerza para ir a buscarte de los pelos, y sancionarte si desobedeciste lo que él dice que se puede hacer y qué no se puede hacer. 

“El problema no está en la palabra democracia, el problema es la representación”

—Tenemos hasta ahora que el voto tendría que ser nominado y optativo, no debería haber constituciones porque son un pacto que trasciende las generaciones y debería revalidarlo cada nueva generación, y que el Estado, al ser un monopolio, termina siendo intrínsecamente una estructura que lleva al  socialismo. Finalmente, ¿toda ley es en extremo una coacción del Estado al individuo?

—Claro, porque el Estado, después de haberlo desobedecido y con su fuerza de seguridad, a uno lo trae de los pelos, lo sienta y lo juzga con sus propios jueces, lo cual rompe el precepto más básico de la administración de justicia justa. El Estado es juez y parte de la misma cuestión. Ahora, las constituciones han creado el monopolio más violento de toda la historia de la humanidad y más potente. Ahora, un monopolio persigue su renta extraordinaria. Un monopolista que vende un bien, un servicio, tiene la particularidad de estar protegido y que nadie pueda entrar al mercado a competir con él, resumiendo, puede obtener rentas extraordinarias porque vende mucho de poca calidad a alto precio. La renta extraordinaria del Estado es el gasto público. Cuando uno mira tiene que maximizar el gasto público, con el gasto público se ganan elecciones, con los impuestos se pierden elecciones. Por eso el Estado moderno, a diferencia de lo que se equivocan los liberales clásicos, está condenado a tener déficit fiscal. Cuando uno mira los números de Estados Unidos de 1948 a la fecha, hay solamente seis años sin déficit fiscal y el déficit fiscal es creciente. En Argentina hay cuatro años solamente en los últimos 80. Cuando uno mira la unión monetaria europea, hay cero años desde que se fundó sin déficit fiscal. Es lógico, porque para que haya superávit fiscal, el déficit fiscal es desahorro, la contrapartida es ahorro. El ahorro es posponer consumo presente para ahorrar y consumir en el futuro. Si yo ahorro dinero hoy, estoy renunciando a consumir y lo ahorro para consumir en el futuro. Ahora, para que ese dinero esté disponible para mí en el futuro y lo que hoy no consumo lo pueda consumir en el futuro, tiene que haber propiedad privada. El dinero tiene que seguir siendo mío. Ahora, en los Estado modernos, los políticos asumen en comodato y administran lo que no es suyo, o sea, administran la propiedad pública, que no es de nadie. El esquema de incentivos es poner en funcionamiento todo un esquema de políticas públicas, ya sea política fiscal, monetaria, de ingresos, que aumenta exponencialmente el gasto público, la base imponible aumenta, las alícuotas aumentan, la recaudación aumenta, pero por detrás del gasto público, habiendo siempre déficit fiscal. La diferencia la financian con emisión monetaria y endeudamiento. Esto no pasa solamente en Argentina, pasa en el resto de los 190 países del mundo. En Estados Unidos el ratio deuda PBI pasó de 40 a 130. El peso de la masa monetaria total de Estados Unidos se multiplicó por 3.5 en los últimos treinta años. Esto implica cada vez más Estado, más poder político, menos individuo, menos medios económicos. El problema es que también las constituciones, ¿en qué fallan? No existen frenos y contrapesos. No existe la división de poderes, es una entelequia que el liberalismo clásico, con buenas intenciones, construyó algo que la evidencia y el liberalismo siglo XXI, mediante la praxiología, demuestra que ha sido un error intelectual. Porque ¿quién es el encargado de proteger al individuo de los avances del Estado?, la Corte Suprema de Justicia. En la mayoría de los países del mundo, y en Argentina hasta 1994, que la nueva Constitución pone el Consejo de la Magistratura, pero es más de lo mismo. Los jueces de la Corte los propone el Poder Ejecutivo, los nombra el Poder Legislativo. Pongo un ejemplo, si en el Poder Legislativo de diez legisladores, hay seis del Partido Blanco y cuatro del Partido Negro, se nombran seis abogados cercanos al Partido Blanco y cuatro ligados al Partido Negro. Ahora bien, ¿de qué vive el juez de la Corte Suprema de Justicia? Vive del presupuesto público que se financia con una violación violenta a la propiedad privada, que son impuestos, con impuesto inflacionario que traslada riqueza de los medios económicos a los medios políticos y con el endeudamiento, que son impuestos futuros. Ahora bien, de eso vive un juez de la Corte Suprema. O sea, del presupuesto nacional. ¿Quién formula el presupuesto nacional? Los Ministerios del Poder Ejecutivo, ¿quién sanciona la Ley de Presupuesto Nacional? El Poder Legislativo, ¿quién ejecuta el presupuesto? El Poder Ejecutivo. Entonces vemos que todos forman parte de la misma organización que vive a expensas del individuo.

“El sistema de precios necesita que la demanda sea voluntaria y propiedad privada”

—Por ejemplo, para dolarizar habría que modificar la Constitución, algo que no es factible hacer.

—No, es más complejo que eso. Voy a entrar en un ejemplo a colación que es muy rico para mí. Si hay alguien que en todo el mundo no respeta la Constitución, son las Cortes Supremas de Justicia. El caso argentino es paradigmático en este sentido, traigo ejemplos que lo ilustran. La Corte Suprema de Justicia no sancionó que el Bonex 89 es una violación de la propiedad privada de la libertad de los individuos. La Corte Suprema de Justicia no sancionó que el corralito.

—O que el golpe de 1930.

—Y el corralón es actual, o que el golpe de 1930, no sancionó que eran una violación a la propiedad privada de la libertad. La pesificación asimétrica tampoco. El cepo, que tiene fallo de inconstitucionalidad en primera y segunda instancia, no fue tratado por la Corte. La Corte es socia del poder político, que a su vez está asociado con el poder prebendario económico concentrado, donde el sistema bancario y el sistema financiero tal vez es el máximo exponente.

—Entonces, además de que no debería haber Constitución, como la división de poderes en la práctica no se cumple, ¿no debería haber Corte Suprema?

—Como explico en mi libro Liberalismo siglo XXI, la única manera que haya libertad plena del individuo, y por ende sea una organización social que respete la acción humana, la cooperación libre y que va a llevar al máximo bienestar, es una organización bajo la ética de la propiedad privada, donde haya democracia directa con nombre y apellido del votante, lo cual habilita al votante si vota en contra de una medida, a poder quedarse fuera de dicha medida, para lo cual no votó a favor, asumiendo la responsabilidad de su voto, y los costos implícitos en su voto. Ahora, con unidades administrativas muy pequeñas que podrían estar organizadas dentro o debajo de la ética de la propiedad privada, hay que desarmar los Estados nación. Y en ese sentido se tiene que ir, y demuestra el liberalismo siglo XXI bajo la praxiología, todo esto es a largo plazo, que el camino es desarmar los grandes Estados nación.

Diego Giacomini 20230909
ESTADO. “El 95% de existencia humana se vivió sin Estado. La manera de eliminar al Estado es con propiedad privada y libremercado, sin asociación prebendaria con el poder concentrado económico”. (FOTO JUAN OBREGÓN)

—¿Podríamos decir que la Revolución francesa fue un error? 

—La Revolución francesa es algo que cuando uno lo ubica en el tiempo en el cual nace… nació mirando a la revolución de Cromwell de Inglaterra de 1646, que fue mucho mejor, empieza con buenas intenciones, y se desvaría.

—¿Podríamos decir que Rousseau fue socialista?

—Totalmente.

—¿Y que “El contrato social” es un error intelectual?

—Es un error intelectual.

“No hay Contrato Social porque nadie lo firmó nunca, problema peor que el voto”

—¿Y que Mariano Moreno era un socialista porque tradujo “El contrato social”, que es la base de la Revolución de Mayo? 

—A ver, Mariano Moreno muere en 1811, lo ubico temporalmente. El liberalismo siglo XXI. Los descubrimientos y las demostraciones praxiológicas no existían. 

—Pero si  “El contrato social” es un error... 

—Sí, pero para mí Mariano Moreno si lo extrapolo hacia el presente, yo creo que tiene grandes parentescos con el liberalismo siglo XXI.

—¿Cómo si él es el defensor de “El contrato social”, traduce a Rousseau a la Argentina, y si la Revolución francesa es un error, la Revolución de Mayo también sería un error?

—Pero tenía el principal rasgo del liberalismo siglo XXI, que era luchar contra el poder político y el poder económico concentrados, que los dos asociados obtienen rentabilidades extraordinarias a expensas del individuo que vive en el sector privado y pretende hacerlo libremercado. Eso Mariano Moreno lo tenía. Por eso, un historiador capaz, algunos están a favor otros en contra, de lo que digo no es casualidad que desde la Primera Junta es el primero que deja de vivir, el que fallece en situaciones muy oscuras en 1811, cuando se empezaba a construir esa alianza criolla del poder político y del poder económico. 

“Hay monopolio cuando está prohibido por la fuerza entrar en libertad al mercado"

—¿No Mariano Moreno, pero sí la Revolución de Mayo fue un error? 

—La Revolución de Mayo es cambiar un Estado por otro, un antiguo Estado real con los socios prebendarios que tenía el Estado real, por un nuevo Estado criollo, con nuevos socios, prebendarios.

—¿En esencia no cambió nada? 

—En esencia no. 

—¿Fue innecesaria entonces?  

—No lo sé. Pero lo más importante, que es la libertad del individuo... 

—A los fines esenciales del individuo, ¿la Revolución de Mayo no cambió, sustituyó la colonia española?

—En absoluto.

—Me interesa tu opinión del ensayo de Isaiah Berlin sobre los dos tipos de libertades, las positivas y las negativas y cómo las libertades positivas pueden afectar y entrar en colisión con las libertades negativas. 

—Arriba de todo mi paraguas analítico, pongo lo ético. Hay tres derechos que son irrenunciables para el ser humano, que son la libertad, la propiedad privada y la vida. Murray Rothbard llega, basándose en Spooner, a que esto era el derecho natural del ser humano y que todo lo que violaba estas tres cosas y la propiedad privada producida a partir de estos tres derechos era injusto porque violaba el derecho natural. Rothbard comete un grave error intelectual en aquel entonces que es, él llega a esta conclusión de manera falaz. Porque él incurrió en lo que se llama la guillotina de Hume. O sea, desde un análisis descriptivo pasa a conclusiones positivas, normativas. Por ejemplo, lo voy a poner por lo ridículo, el hombre describe, el hombre nace libre, nace con vida, nace con propiedad privada, entonces no hay que violar la propiedad privada, eso es falaz, es erróneo su razonamiento, porque pasa de lo descriptivo a lo normativo positivo. Ahora, ¿cómo se ve esto? Yo podría decir, con la misma construcción de Rothbard: el hombre nace desnudo, entonces no hay que vestirse, porque la esencia del ser humano es la desnudez.

“La masa monetaria total de EE.UU. se multiplicó por 3,5 en los últimos 30 años”

—La tensión entre hechos y valores, que de lo descriptivo, lo existente, no se puede pasar a lo normativo, el ideal.

—Esto lo soluciona el liberalismo siglo XXI en los últimos veinte años mediante la praxiología. Hans-Herman Hoppe es muy interesante porque él dice: el ser humano tiene el principio de la acción, es un axioma. Todo el mundo hace algo, hace x en el momento cero para lograr y en el momento uno, dos o tres. Si alguien quiere rebatir eso, es irrebatible. El ser humano cumple con el axioma de la argumentación. Siempre pensamos, argumentamos, intentamos rebatir, estamos cumpliendo el axioma. 

—La maximización del deseo.

—El ser humano acciona haciendo x para lograr y, para poder hacer eso tiene vida, propiedad privada, derecho de autoposesión, porque si no, no lo podría hacer. En consecuencia, al tener todo eso y accionar, que en términos lógicos deductivos es irrebatible, hay que respetar el cuerpo, la vida, la autoposesión y la propiedad privada. Hans-Herman Hoppe soluciona la inconsistencia de Murray Rothbard. Esto es muy importante porque si esto es impecable, lo lógico deductivo, cualquier cosa que avasalle la libertad, la vida, la propiedad privada y el producir la propiedad privada, es injusto y está mal. 

“No existe división de poderes, entelequia del liberalismo clásico bien intencionado”

—Te había preguntado por Isaiah Berlin, libertades positivas y negativas, ¿qué opinás de aquel famoso ensayo que realiza al comenzar su cátedra en Oxford?

—Te lo contesto, la libertad es algo ético, después de lo ético si es justo, es lo que está bien. Después pasamos al término utilitarista.

—Concretamente, las libertades negativas son aquellas que no me prohíben hacer y las positivas, las que generan las posibilidades de ejercer esa libertad. 

—Indirectamente lo estaba contestando, porque ese paraguas objetivo me plantea la libertad en una sola dimensión. 

—¿Y no en dos? 

—Claro. Yo, mientras que no agreda la propiedad privada, la vida, la libertad y el producido de la propiedad privada de mi prójimo, está todo bien.

—Por ejemplo, si una persona no tiene recursos para educarse, ¿se puede ser libre siendo analfabeto? Y para generar recursos a quien no los tiene, ¿no se necesita que todos lo financien porque que haya personas que terminen siendo un problema social también para quienes tengan recursos?

—La respuesta a esta pregunta también es muy interesante, porque muy en el fondo de la pregunta, que está muy bien, está en el fondo lo opuesto a lo que acabo de describir, ¿en qué sentido? Que la vara de lo justo pasa por el igualitarismo, la igualdad de oportunidades, la igualdad de posibilidades, etcétera. Primero, el igualitarismo va contra la esencia del ser humano, no hay dos seres humanos iguales. Por suerte, porque la desigualdad es la que da lugar a la cooperación, la asociación y al intercambio entre los individuos. Uno se asocia y coopera, intercambia con el que tiene, para decirlo rápido, para ofrecer lo que uno no puede hacer. Y de hecho el intercambio existe. Mirá qué justo, porque lo que el prójimo que es diferente a mí me da yo subjetivamente lo valoro más de lo que... 

—… yo le doy. 

—Y del otro lado es exactamente lo mismo, al revés, pero complementario en realidad. Por eso la asociación, la cooperación existe. Ahora, la educación y su pretendida igualdad de oportunidades. Primero, estamos en el siglo XXI, hace más de 120 años hay una educación pública, de gestión estatal o privada que es obligatoria y  fue creciendo con el paso de los años. Primero obligatorio hasta 4.º grado, después hasta 7.º, después tres años de la secundaria y después la secundaria completa. Esto nace originalmente en Prusia con la revolución luterana en 1536, que se pone la educación obligatoria para adoctrinar en la religión del Estado luterano y en la reforma luterana. Después que en 1565 copia Calvino en Suiza. Tengo que decir dos cosas, soy profesor de la universidad hace 27 años, o sea, sé de lo que hablo. Yo tengo 130 alumnos, 40, 50 alumnos y les doy la misma clase, están todos en el mismo espacio y al mismo tiempo. Todos reciben la misma oferta intelectual, por decirlo de alguna manera. Todos son individuos totalmente diferentes. Algunos prestan mucha atención, toman apuntes, se les fijan los conceptos enseguida porque les interesa, a otros no les interesa nada, miran por la ventana, lo cual es muy probable porque como están en el sistema de educación pública, los obligan a estar ahí y ellos eligieron venir a la clase. Otro presta un poco de atención, otro un poco más. Ahora, ¿qué quiero decir? La demanda, que es toda diferente, una misma oferta, la recibe de manera completamente diferente en función a sus gustos, preferencias, necesidades. Con lo cual no estoy igualando nada. Ahora, peor todavía, la instrucción y más aún, la educación no es solamente cuatro o cinco horas en el colegio, u ocho. En la formación de una persona juega, cito ejemplos sencillos, cuando cena, ¿cena con la familia?, ¿conversa con los padres, de qué conversa con los padres?, ¿va a museos, al cine, ve la televisión, lee no lee, está con la PlayStation todo el día? La educación pública se autoarroga la potestad de lograr algo que primero no está bien lograrlo, porque va contra la esencia del ser humano, y en el campo del utilitarismo está a años luz de lograrlo, porque es una quimera que todo el mundo tenga las mismas oportunidades. 

Diego Giacomini 20230909
LIBERTARIOS. “La Escuela Austríaca concibe que dentro del marco de la acción humana, que es 100% subjetivo, el ser humano vive asociándose, cooperando con el prójimo”. (FOTO JUAN OBREGÓN)

—¿Igualdad de oportunidades?

—Obvio, oportunidades, facilidades, gustos, preferencias. 

—¿Estás en desacuerdo con Rawls, y su velo de la ignorancia? 

—Sí, creo que el ser humano en la educación tendría que haber una total libre interacción entre oferta educativa y demanda de educación. Obviamente, cuando son pequeños, ese rol indefectiblemente lo van a jugar los padres, que ¿cuál es el supuesto? Nadie va a querer y se va a preocupar más por el bien de un niño que su padre. Puede haber excepciones, pero son en el límite, tienden a cero, son las menos. 

—¿No creés en la libertad de oportunidades? 

—No creo en la igualdad de oportunidades, es una quimera. 

—Vuelvo con el planteo de Isaiah Berlín, en la construcción de libertades positivas que permitan la igualdad de oportunidades. 

—No hay igualdad de oportunidades.

—¿No hay tampoco libertades positivas? ¿No hay posibilidad de construir libertades? 

—Hay un paraguas objetivo debajo del cual, respetándolo, se tiene que desarrollar toda la acción humana, que esa sí es 100% subjetiva. Ahora, la educación es el aparato de poder más fuerte que hay.

“Milei dice Gates o Zuckerberg son héroes, yo me paro en la vereda opuesta”

—Volvamos a la guillotina de Hume ya que la libertad de oportunidades es del orden de normativo e ideal pero según vos utópica. 

—Obviamente, pero es peor, porque se le vende algo que es mentira.

—¿Es imposible?

—Con un provecho detrás, porque el que la vende quiere sacar provecho.

—Por lo tanto, ¿la justicia social también es una mentira?

—La justicia social, si no hay función de bienestar social, no puede haber justicia social.

Cuando te entrevisté en la radio, contabas que hasta que te conoció Milei eras neoclásico, entonces me gustaría que compartieras con la audiencia cómo es la transformación de un neoclásico en un liberal del siglo XXI, un liberal radical. También Hayek inicialmente fue un socialista fabiano y tras leer a von Mises se convirtió. Vos, que cumpliste ese papel con Milei, explicá a la audiencia la diferencia entre un neoclásico y un liberal radical. 

—Primero, el paradigma de conocimiento del neoclásico es exactamente igual que el paradigma del conocimiento de un neokeynesiano, de un marxista, de un clásico en sí, porque utiliza el empirismo observacional extraído de la ciencia dura. 

—El nemológico deductivo, el modelo crítico de la ciencia. 

—Sí, pero ¿cuál es la diferencia? 

—¿Tu planteo es que aplicado a las ciencias exactas produce un resultado, mientras que en las sociales es diferente?

—Exactamente, porque el científico exacto controla todas las variables del experimento a la perfección, hay estabilidad en la relación de causa efecto, entonces el resultado es inequívoco. En las ciencias sociales no pasa absolutamente nada de esto. Entonces, esta metodología del conocimiento, es inválida, lleva a malas reglas del comportamiento humano.

—¿Es un problema epistémico? 

—Epistemológico, claro, y a partir de las malas reglas, ¿qué se hace? Con este basamento intelectual epistémico se construyen las políticas públicas, y llevan a malos resultados. Entonces, además, un neoclásico concibe que la economía... 

—También escribiste que Marx tenía buenas intenciones, algunas ideas correctas y luego malas soluciones.

—Pésimo andamiaje intelectual que lo lleva a malas soluciones, lo cual es consistente con lo que acabo de marcar.

—¿Igual que los neoclásicos, lo mismo que Rousseau, buenas intenciones, finalmente, malas soluciones? 

—Claro, porque ¿cuál es uno de los grandes problemas? No entienden la acción humana. Ellos trabajan como si los recursos estuvieran dados, como si fuera una foto. El marxismo, para ponerlo en términos sencillos, concibe que se produjo una pizza y el asunto es, vayamos a repartir esta pizza de manera igualitaria, porque la vara de lo justo pasa por la igualdad. Del otro lado, el neoclásico, concibe también los recursos dados, porque solamente con recursos dados podés construir una función objetiva, que puede ser el bienestar general, como la escuela del Public Choice de Buchanan, y tratar de maximizar el bienestar general. Necesitás que los recursos estén fijos dados, para maximizar una función de utilidad social, o minimizar una función de costo social, sujeto a restricciones.

“Hay chances de que el próximo gobierno no termine en tiempo su mandato”

—Y el método para la física cuántica, donde todo cambia continuamente, ¿podría ser trasladable a las ciencias sociales?

—Exactamente. La escuela austríaca concibe que dentro del marco de la acción humana, que es 100% subjetivo, el ser humano vive asociándose, cooperando con el prójimo. No sabe de qué manera se va a asociar y cooperar, ni con qué prójimo el día de mañana. 

—¿O sea que von Mises vio la física cuántica antes que la física cuántica?

—Perdón, eso no lo entendí porque quería cerrar la idea. Entonces crea y descubre permanentemente nuevos fines y nuevos medios para acceder a esos nuevos fines. Entonces hay un proceso creador permanente, es todo dinámico y cambiante, no hay nada dado.

—Von Mises, para terminar de explicar los neoclásicos, se hace economista leyendo en 1913, principios de la economía de Carl Menger, el autor de la teoría subjetiva del valor, ¿Podés explicar los neoclásicos a partir de la teoría subjetiva del valor?

—Interesantísimo. El libro de Menger es de 1871, es la revolución subjetivista, que es la respuesta a la teoría del valor objetivo, en el cual, por ejemplo, se basa la teoría del valor trabajo, que es el que da sustento a la teoría de la plusvalía marxista. En realidad, Menger no descubre todo él desde el inicio, porque los escolásticos del siglo XVI de España habían elaborado la primera versión de la teoría del valor subjetivo. ¿Qué quiere decir la teoría de valor subjetivo? Un determinado bien no tiene valor dado sus características o capacidades físicas, sino que su valor emana de la valuación subjetiva que un ser humano hace de ese bien, para que ese bien satisfaga en un determinado momento, bajo una determinada situación de escasez y de restricciones, una necesidad intelectual o física de él. Obviamente, como es subjetivo, siempre va a tener rendimiento marginal decreciente. O sea, por ejemplo, un vaso de agua. 

—El diferente valor de segundo, el tercer vaso, y el quinto vaso de agua en el desierto.

—Pero este vaso de agua para alguien que cree en la teoría del valor objetivo y la teoría del valor  del trabajo va a valer siempre lo mismo y su valor depende del vidrio con el que esté hecho, cuánto trabajó el hombre que lo hizo, el agua que está adentro cómo fue extraída, de dónde viene, el transporte que tiene, listo. Ahora, si yo tengo dos botellas de whisky, una que añejo treinta años y otra que añejo cinco, una con la mejor etiqueta, contrato a un diseñador, otro diseña la botella, el corcho, hago marketing, la de cinco, una botella y etiqueta común, uno que cree la teoría del valor objetivo dice, el whisky caro vale 200 dólares, el otro vale 30. Bueno, vendámoslo en Arabia Saudita, por una cuestión religiosa son todos abstemios, el whisky tiene valor cero para ellos y no vale nada ese whisky, depende de las variaciones subjetivas de los individuos. 

—¿Cómo explicás el Milei que era neoclásico y se transforma en liberal radical? 

—Javier en diferentes entrevistas ha contado que yo le presento la escuela austríaca y él empieza a leerlo a partir de mis sugerencias. Con el paso del tiempo, a mí sobre todo, obviamente, La acción humana de 1942 es un fabuloso libro. Von Hayek es un gran discípulo, no es el que más me gusta a mí. A mí me gusta lo producido, redondeando los últimos cuarenta años, eso es lo que más me cautiva intelectualmente. Javier (Milei), con el paso del tiempo me he dado cuenta de que gran parte de lo que ha leído no lo ha entendido. Sobre todo porque él mira y vive hablando de Murray Rothbard. Cuando en Murray Rothbard, todo su andamiaje es ético. Y Javier, todas las explicaciones que da son utilitaristas, o sea, están en la vereda de enfrente de Rothbard. E inclusive cuando habla sobre todo de política monetaria, a uno que sabe economía monetaria, todo lo que dice es Milton Friedman. 

Diego Giacomini 20230909
DE IZQUIERDA. “La izquierda versus el elitismo conservador son dos caras de la misma moneda que se retroalimentan”. (FOTO JUAN OBREGÓN)

—Dijiste textualmente: “Hay que abandonar el antropocentrismo y virar del derecho natural”, casualmente citando a Rothbard. 

—No, criticando a Rothbard a partir, claro…

—Citando críticamente a Rothbard. 

—Lo que comentaba antes de los derechos naturales, cómo él llega falazmente incurriendo en la guillotina de Hume, a la existencia de los derechos naturales. Él se equivoca porque pasa de lo descriptivo a lo normativo positivo, que es el ejemplo que di de la desnudez antes, por ejemplo, alguien podía decir, describiéndolo, el ser humano tiene sexo para reproducirse, una descripción. Utilizando el razonamiento deductivo de Rothbard, entonces, el sexo entre personas del mismo sexo está mal, lo cual es una aberración. Pero a esa conclusión aberrante estoy llegando con la metodología rothbardiana, ¿cuál es el problema? Que los derechos naturales, si uno lo justifica de esta manera aberrante y equivocada, pierden validez. Entonces acá viene cómo lo enmienda el liberalismo siglo XXI de Hans-Herman Hoppe, que lo rescato por dos cosas, porque después hay un montón que no me gustan. De los intelectuales me gusta tomarme con lo que valoro subjetivamente, en forma positiva. De Hans-Hermann Hoppe, valoro su análisis de la propiedad pública, propiedad privada, a los sistemas de gobierno, y llego a diferentes conclusiones que él, pero después lo evalúo como praxiólogo. 

—Para ponerlo en términos concretos, ¿Milei entiende mal? 

—Entiende mal la Escuela Austríaca. Milei sigue siendo neoclásico. 

—¿No será que para ganar votos mejor ser un poco neoclásico, que con tu planteo a lo mejor sería demasiado inadecuado para la mayoría de la sociedad?

—Es muy atinada su pregunta, porque con toda mi cosmovisión liberal del siglo XXI, él jamás podría entrar a la política institucional. Si él defendiera el liberalismo siglo XXI, estaría siendo más inconsistente y contradictorio de lo que ya es.

—¿Podés compartir con los lectores dónde están los errores del minarquismo, que quizá sea parte del error que vos creés que llegaría a cometer Milei siendo presidente? 

—El minarquismo es hermano del liberalismo clásico, porque defiende la Constitución, el monopolio de la ley estatal, defiende el monopolio de la administración de justicia y de la seguridad estatal. O sea, brinda el monopolio al Estado, permitiéndole creer que puede modificarlo. ¿Y qué sucede? Le permite al Estado usufructuar rentabilidades extraordinarias asociado con el poder económico concentrado prebendario, entonces el minarquismo, puesto en dinámica, lleva al socialismo. En el extremo, cuando empieza la República Argentina, que empieza con una secesión en 1853. De hecho, la Primera Enmienda constitucional fue en 1860. 

—Cuando se incorpora la Capital. 

—Vuelve a la provincia de Buenos Aires, que es muy interesante el caso, porque vuelve y dicen, tenés que compartir la recaudación fiscal de la Aduana. Dice, no tengo ningún problema. Pero además tenés que compartir la maquinita de imprimir dinero fiduciario sin respaldo. Y dijo, no, esa no la comparto. Ahí nacen los primeros dos intentos del Banco Nación, hasta el de Roca, el tercero, que son fundados para emitir dinero sin respaldo y competir contra Buenos Aires, que termina en la Ley de Bancos Garantidos, que emite, hay 17 bancos centrales que emiten dinero contra certificado de deuda de oro depositado en Londres, y termina en la peor crisis de 1890. O sea, la Argentina de Alberdi en términos monetarios fue un desastre, terminó en la crisis de 1890. ¿Pero por qué decía esto? Porque el minarquismo lleva al socialismo. Ahora, Milei cae en la inconsistencia intelectual, lo cual revela que no sabe de teoría ni de praxiología, de decir soy anarquista en el corto plazo, y Ancap en el largo plazo. 

“La igualdad de oportunidades es quimera. Defiendo un capitalismo lejos del actual”

—Como el marxismo con la dictadura del proletariado, para que no haya Estado primero había que pasar por ella y luego quedan encerrados en el Estado, un galimatías y un oxímoron, según tu tesis.

—Lo de Milei es peor. 

—¿Lo de Milei es peor que marxismo?

—En el error metodológico analítico y lo que plantea, está equivocado. No sé si es peor, porque no se puede comparar, pero si él dice: soy minarquista de corto plazo porque voy a terminar siendo Ancap en el largo plazo.

—Ancap es anarcocapitalista. 

—Anarcocapitalista y puesto en dinámica, el minarquismo cuando empieza a funcionar, te conduce al socialismo y la realidad de todos los países lo ilustra. Porque todos los países, salvo los que estaban del otro lado del muro, hoy en día son mucho más socialistas que hace veinte o treinta años, él lo lleva en el sentido contrario a lo que él pretende.

—Decís que hay que cambiar la manera de pensar, una nueva cosmovisión, un paradigma superador de la democracia, ¿cómo sería? 

—Esto lo explico en mi libro Liberalismo siglo XXI, lo demuestro praxiológicamente porque el sistema que tenemos hoy en día hay que entenderlo. Fue pensado, redondeando, hace 300 años. La acción humana de hace 300 años está a años luz de lo que es hoy en día. O sea, el ser humano evoluciona y el sistema permaneció prácticamente inalterado. Ergo, el gap entre las soluciones que da el sistema y las necesidades del ser humano solamente pueden agigantarse lustro tras lustro, década tras década. Y el ser humano vive cada vez con menos propiedad privada, menos libertad y, en consecuencia, vive con una calidad de vida peor, y acá viene el tema, muy inferior a la que podría disfrutar si no hubiera Estado nación y hubiera pequeñas organizaciones nucleadas bajo la ética de la propiedad privada, donde hubiera democracia directa con nombre y apellido, en el cual el que vote en contra de algo no es cooptado por eso por lo cual votó en contra, por la dictadura de la mayoría, y puede permanecer afuera asumiendo costos y haciéndose cargo de sus responsabilidades.

—¿Podés comparar algo de Proudhon como el padre del anarquismo, y trazar la diferencia entre el anarquismo de origen que se lo asocia a la izquierda, y el anarcocapitalismo como vos lo definís?

—Primero hay una salvedad. Hace años yo decía que era Ancap también, no tiene mucha importancia pero lo digo, dejé de autodenominarse así porque la segunda parte de la palabra, cap, hace referencia al capitalismo…

—Para diferenciarse del anarquismo originario de izquierda como el de Proudhon. 

—La palabra Ancap para diferenciarse del anarquismo de izquierda le pone ‘cap’ por capitalismo que defendía al capitalismo y a la propiedad privada. Yo no me autollamo más así, porque el capitalismo de hoy en día, desde mi subjetividad, es indefendible, porque es un capitalismo donde las fortunas más grandes se hacen en forma prebendaria asociándose al poder económico concentrado, con el poder político, y los dos obtienen rentabilidades extraordinarias a expensas de la libertad y de la propiedad privada, en forma creciente de los privados que pretenden vivir el libremercado y en libertad. 

—¿Vos sos crítico también del capitalismo? 

—No, no, defiendo el capitalismo que está lejos del actual. El actual lo critico. 

—Así como Bakunin promoviendo el anarquismo de izquierda enfrentado con la aplicación del marxismo en la ex Unión Soviética de Lenin y Stalin, vos discutís promoviendo el anarcocapitalismo dentro del capitalismo. 

—Pero esto no es un invento mío, porque antes de Proudhon, al mismo tiempo, casi, Benjamin Thacker era anarquista individual. 

—Recapitulemos con la comparación, la dictadura del proletariado como proceso para llegar a un no Estado, que fue el comunismo de la ex Unión Soviética y fue una interpretación errada de la ideas de Marx, finalmente fracasa. 

—Exactamente. 

—Por otro lado, desde el anarquismo capitalista decís que Milei puede cometer el mismo error de Lenin, que sería apoyarse en el Estado para luego terminar con el Estado y no lograrlo, en el caso de Milei con minarquismo en lugar de dictadura del proletariado en el caso de Lenin, ¿es correcto eso? 

—Exactamente. Me podés poner como un liberal extremo. 

—El Bakunin de la Unión Soviética. 

—Pero el caso de Milei es peor que el de Lenin. Hay una gran diferencia. La primera observación, Lenin había leído El capital y en realidad Marx no había escrito nada de cómo ejecutar sus ideas. Entonces llega a la poltrona del poder y dice, ¿y ahora qué hacemos, cómo lo hacemos? Y empieza a desandar camino al hacer y termina siendo conservador de izquierda, porque conserva un Estado que se hace ciclópeo y que dentro siguen estando asociados el poder político y miembros del partido del Buró, otros privilegiados. 

—¿Como la Revolución de Mayo y la colonia, en la ex Unión Soviética solo cambiaron de privilegiados?

—Pero fue hacia un lugar donde no había propiedad privada. En cambio, Milei, declarándose minarquista de corto plazo para ir al anarquismo de propiedad privada total, sin Estado, en el largo plazo, comete un error mucho peor que Lenin, porque el minarquismo te lleva a la desaparición de la propiedad privada. O sea, Lenin no fue exactamente en el sentido contrario. El minarquismo conduce, en el largo plazo, al socialismo. Entonces no podés querer ser minarquista para ir a la anarquía del libremercado o al Ancap, te estás tomando el colectivo para el sentido contrario.

“El igualitarismo va contra la esencia humana, no hay dos seres humanos iguales”

—¿Hay algún ejemplo de la aplicación de estas ideas que hayan podido terminar con el Estado satisfactoriamente?

—Muy interesante también la pregunta. Lo primero que tengo que decir es...

—Hay casos de pequeñas comunidades que lo han aplicado y no han terminado muy bien. 

—Es verdad. Lo primero que tengo que decir es, epistemológicamente como metodología del conocimiento, si algo es posible o imposible, si está bien o mal, que algo exista o no exista en algún lado, no lo convierte en que sea posible o imposible, o que esté bien o que está mal. El ejemplo de esclavitud que dice Javier lo decía yo toda la vida. El asunto es, si yo le tengo que comunicar a la gente, el Estado tiene 10 mil años, y el ser humano tiene 200 mil. Esto quiere decir que el ser humano, el 95% de su existencia, vivió sin Estado. O sea, se puede vivir sin Estado. El Estado aparece cuando se descubre la agricultura, el hombre descubre la agricultura, se hace sedentario porque aparece el primer botín para robar. Para que haya Estado tiene que haber qué robar, porque si no, no hay Estado, entonces Franz Oppenheimer, que no era liberal, con su libro El Estado de 1908, lo explica fabulosamente. El Estado surge con el primer nómade que invade al agricultor, lo conquista, le roba el stock, que fue la primera riqueza acumulada, que fue la bolsa de grano, y después lo esclaviza para apoderarse del flujo de la generación de riqueza de los granos ad eternum, así aparece el Estado, ese es el Estado.

—Nace con un robo.

—Pero para subsistir, el Estado necesita asociarse con el poder económico concentrado y entre los dos, formar una sinergia, para apuntalarse unos a otros para obtener más rentabilidad extraordinaria y extraer más al sector privado en forma sistemática, recurrente y creciente. Lord Acton decía: la historia de la humanidad puede ser resumida, los medios económicos intentando resistir el avance violento, sistemático, recurrente y creciente de los medios políticos, el poder social tratando de resistir el avance del poder político.

—No te vayas de casos en los que se ha aplicado en pequeña escala y no han funcionado, lo que no quiere decir que en algún futuro puedan ser viables.

—El hombre vivió en anarquía de libremercado durante 95% de su existencia. Punto número uno, eso ya ilustra que es posible. Segundo, lo demuestro praxiológicamente a partir del principio de la acción, el principio de la argumentación, el principio de autoposesión que arriba, de manera no falaz a la cosmovisión liberal del derecho a la vida, a la propiedad privada, y a la libertad.

—Vuelvo sobre los casos en algunas pequeñas comarcas en Estados Unidos que han probado y no les ha funcionado.

—Es que hay que pensar que hay un poder cada vez más grande, político y económico, cuyo negocio es aumentar la base imponible, porque la rentabilidad extraordinaria necesita algo que llaman economía de escala. Para poder obtener cada vez más rentabilidad extraordinaria, necesitás ampliar la base imponible, economía de escala. Por eso, todos los megamultimillonarios del mundo que hicieron su riqueza de la mano de contratos con el Estado o vendiendo información al Estado, apoyan por ejemplo, el impuesto universal por persona. Apoyaron desmedidamente lo que yo llamo la cuarentena delictiva, que fue la primera vez en la historia de la humanidad que al ser humano se le impidió trabajar en libertad, asociarse, cooperar, despedir sus muertos, ver a sus familiares, festejar su cumpleaños, nunca en la historia de la humanidad se llegó nada igual.

—¿Creés que hay una relación entre el efecto de estrés postraumático que generó ese encierro con el éxito electoral de Milei?

—Como hipótesis de trabajo me parece interesante y podría llegar a haber algún nexo que habría que, utilizando la praxiología, demostrarlo.

—¿Por quién vas a votar? 

—Yo no voto.  

—¿Te psicoanalizás?

—Durante muchos años lo hice, hace años que no.

—Von Mises llamaba a la psicología timología, que era algo no tan relevante.

—Yo no concuerdo.

—Con todo lo que dice von Mises. 

—En eso no comulgo y con varias cosas tampoco. Pero por eso me gusta más la evolución que hay después de von Mises, de algunos de sus aprendices.

—Así como Von Mises evolucionó, ¿cómo era aquel Milei y cómo se transformó la subjetividad de Milei a partir de las lecturas?

—Tenemos un amigo en común que me ha dicho: “Me he dado cuenta de que Milei era un neoclásico que cuando te conoció a vos, le pusiste una corriente donde las aguas llevaron su barco hacia las ideas de la libertad, hacia el paradigma austríaco, dejando atrás el conservadurismo de derecha y el neoclasicismo. Cuando vos lo dejás solo y te retirás, vos le sacás el ancla. Y la corriente empieza a funcionar en el sentido de llevarlo de donde venía”. 

—¿Benegas Lynch, por ejemplo? 

—No conozco a Benegas Lynch como persona, así que no puedo juzgarlo como persona. Lo que sí puedo decir, su modo de comunicar desde lo intelectual, su impronta definida en su amplitud mayor...

—¿Al ethos de una persona te estás refiriendo? 

—Sí. Es conservador y luce elitista. Lo cual es servirles en bandeja de plata el triunfo a los conservadores de izquierda. Porque vos necesitás mostrarle una cosmovisión del liberalismo al gran público, que el gran público es popular en el buen sentido de la palabra. 

—Es antielitista. 

—Exactamente, que Javier no lo es. Javier no es elitista y no es gorila, porque en Argentina, siempre o casi siempre, todos los que se han travestido de liberales se han travestido porque en realidad todos eran conservadores, y bastante elitistas varios, y todos gorilas. Javier no es elitista y no es gorila. Eso le permite acceder a la gente popular. Fue el primero que se preocupó, con esa impronta, a acceder a la gente, y desde ese punto ha cosechado, según su subjetividad, lo que él quería. Él siempre tuvo esa vocación. Él no está improvisando nada, lo planeó todo en su cabeza. 

—¿Es la misma persona, incluso su excentricidad?

—Todo el personaje que han visto de Javier, en la televisión, era un Javier original, transparente. Yo interactué con él, que es lo que puedo hablar hasta 2020.

—15 años muy intensamente.

—Sí. Ojo, tuvimos una acción humana mutua, que lo debo decir, porque la gente tal vez no lo sabe. Nos presentó un colega que nos conocía a los dos, Hernán Hirsch. Teníamos en aquel momento, 2005, tres cosas en común, dos tipos que nos apasiona la economía, nos apasiona la ciencia y como subproducto de la ciencia, nos apasiona el ejercicio de la economía. Los dos éramos socios de Boca, e íbamos a ver a Boca a la cancha. Yo soy vitalicio de Boca, aun con 51 años, a los dos nos fascinan los Rolling Stones. Los dos tenemos toda la colección de los Rolling Stones, etc, etc. Entonces esos fueron tres ingredientes que jugaron mucho a favor desde el principio de nuestra relación. Ahora, mi interacción con Javier fue siempre en un único plano, la economía. Lo único que compartía con Javier era la esfera económica. Nunca fui al cine ni al teatro con Javier, él no venía a asados a casa, interactuó muy poco con mi familia. 

—Pero en el ámbito intelectual, escribieron cuatro libros juntos. 

—Fue el único plano. 

—Rothbard tuvo estrechos vínculos con Ayn Rand, que se hizo famoso, entre otras contribuciones, por “La rebelión de Atlas”, el libro donde los empresarios cansados de los saqueadores que cobran impuestos y los esquilman, hacen una huelga al Estado que se queda con su riqueza. Libro que es el preferido de Macri, ¿cuál es tu visión de “La rebelión de Atlas”, y de los empresarios? ¿Creés que son elitistas y que finalmente también son un problema? 

—La rebelión de Atlas creo que es un libro que se podría haber escrito utilizando la mitad de las páginas que utilizó Ayn Rand, y si no en la mitad, dos tercios, o sea, lo cual lo hace un libro que desde mi subjetividad está lejos de ubicarse en un libro que me gusta. Dicho esto, agrego, Ayn Rand era objetivista, con lo cual desde el pilar básico está en las antípodas del subjetivismo más profundo de la Escuela de Salamanca, Menger y la Escuela Austríaca. Dicho esto, adhiere a, no recuerdo la palabra que utiliza, a la teoría de lo excepcional, de lo extraordinario, que Javier la vive nombrando. O sea que hay situaciones extraordinarias que ameritan comportarse de determinada manera, que son una excepción y llevan a que podés ir contra algunos de los pilares básicos del liberalismo. 

—¿Es elitista finalmente Ayn Rand?

—Bastante.

—Como Macri, que es elitista, y lo que vos planteás es algo popular.

—Exactamente. 

—Decías que Milei no es elitista, pero que se estaba acercando a posiciones elitistas o de pensadores elitistas. Él cita continuamente a Ayn Rand. ¿Los empresarios para él son una casta superior, son héroes, Hércules? 

—Él dice que Bill Gates, Zuckerberg y compañía son héroes, yo me paro de la vereda opuesta. 

—El punto que vos planteás es que se está convirtiendo en conservador, elitista y que, por ejemplo, “La rebelión de Atlas” sería el ejemplo del paroxismo de eso, los héroes son los empresarios.

—Exactamente. Un empresario héroe es un empresario pyme que da trabajo a 50 trabajadores, 100 o 500, actúa en el libremercado y trata de defenderse de la agresión del Estado, de la mejor manera posible, ese es un héroe.  Los megaempresarios que hacen su fortuna asociados, prebendariamente con el Estado, son lo mismo que el Estado porque son indisolubles. Construyen entre ambos bandos una sinergia para maximizar su rentabilidad extraordinaria, que siempre se asocia con el poder político, con el gasto público, con la extracción de recursos de los privados que viven en libremercado. Acá, hay muchos ejemplos. Uno clásico es mi especialidad, es el sistema monetario Fiat, donde el Estado a los empresaurios banqueros les da una prebenda. ¿Cuál? El sistema de encaje fraccionario le dice, vos podés inventar dinero de la nada. Podés inventar depósitos de la nada igual que yo, que invento base monetaria de la nada. Vos podés inventar crédito desde la nada, sin contrapartida de ahorro genuino. Lo inventás, cobrás tasa de interés sin arriesgar el capital propio. Somos socios en la ganancia.

—¿Fundar un banco es peor que robarlo, como decía Bertolt Brecht? 

—No tengas la menor duda. Fundar un banco bajo el sistema monetario Fiat actual, con las reglas actuales, donde el dinero es proveído y ofertado monopolísticamente en forma violenta para el Estado, es convertirte en cómplice, porque es un sistema monetario para cobrar inflación.

—¿Cómo te imaginás que sería un gobierno de Javier Milei presidente?

—Yo creo que el próximo gobierno enfrenta algo que todos los argentinos no enfrentamos hace un poco más de veinte años. Hay chances de que el próximo gobierno no termine en tiempo y en forma su mandato, pero no por su propia impericia, que su propia impericia va a contribuir positivamente, y estoy hablando de cualquiera de los tres. Paso a Milei después. Porque Cristina Fernández de Kirchner llegó al 10 de diciembre de 2015 hipotecando el futuro. Puso un cepo todo el segundo mandato y se gastó 45 mil millones de dólares. Perdió 45 mil millones de dólares de reservas, tres veces lo que perdió Alberto Fernández. Macri llegó al 10 diciembre de 2019 firmando otra hipoteca, firmó un empréstito por 57 mil millones del FMI para llegar al 10 diciembre de 2019. 

—Ambos se consumieron más de  40 mil millones, pero Cristina en ocho años y Macri en cuatro. 

—Este gobierno pateó la deuda de 67 mil millones con los bonistas, ley Nueva York que el 80% hay que pagarlo entre 2025 y 2032. Pateó los 47 mil millones de dólares que hay que pagar al FMI, que el 100% hay que pagarlo en esos mismos años. Perdió, se patinó, 15 mil millones de dólares de reservas, para llegar al 10 de diciembre con la lengua afuera. Son tres hipotecas, una arriba de la otra, las hipotecas llega un momento que hay que pagarlas. Entonces, con la complejidad de los problemas económicos, sociales y políticos que hay, más estas tres hipotecas. Más la oferta electoral, que son lo mismo de siempre, más Javier, que ahora lo comento. Cuando juntamos todo esto, realmente el riesgo que el próximo gobierno enfrenta de no terminar en tiempo y forma es considerable. Porque creo que bajo cualquier gobierno va a haber escalada de violencia por la situación desde todo plano, económico, social y político. Y si a esto le agregamos que la situación mundial es la peor de los últimos cuarenta años, todo el mundo tiene la inflación más elevada de los últimos cuarenta años. Todo el mundo tiene el costo de capital más elevado de los últimos cuarenta años. Todo el mundo tiene perspectivas para los próximos tres años de las menores tasas de crecimiento de los últimos treinta o cuarenta años. En consecuencia, no va a haber un mundo amigable para financiar reformas estructurales de fondo. Acá Javier se equivoca y muchos políticos también, aunque un poco más suaves, tienen el argumento falaz de cuanto peor, mejor. O sea, cuanto peor esté lo económico social, cuanto peor este lo político, cuanto peor esté... 

—La doctrina del shock de Naomi Klein.

—Claro, tocamos fondo, entonces puedo hacer todo el shock, y eso es mentira. La teoría demuestra y la realidad ilustra que cuanto mejor es el ambiente económico, político, social e internacional, las reformas estructurales pueden ser más profundas y, lo que importa, permanentes. Las reformas, si no son permanentes, son revertidas y te llevan a un punto... 

—Peor que el anterior.

—Peor que a donde fueron aplicadas. Y el caso del menemismo es paradigmático en este sentido, lo ilustra cabalmente. Y Menem, nunca dejo de decir que Menem terminó muriendo siendo un senador K, siendo un senador que votaba todo en línea con lo que era lo que quería el gobierno K. Porque Menem, todos piensan, y esto es muy interesante pensando en Javier y en el futuro. Menem asume en el 89, se había caído el muro de Berlín, en ese momento parecía que quedaba un solo foco de poder en el planisferio, que era el Consenso de Washington. El Pacto de Varsovia había caído. Entonces Menem, adonde podía y tenía para ir, a un solo lugar, al Consenso de Washington, y todo el mundo en 1989 estaba con el Consenso de Washington. Menem hizo lo que hizo todo el mundo, se subió a la ola de moda. De hecho, se subió al plan Brady, que ya estaba primero para México, después para Brasil. Después se sube a las privatizaciones, que ya existían y ya estaban implementadas en algunos países de Latinoamérica. Ahora, ¿cuál es el problema? Que Javier Milei promete, hablando del menemismo, hablando positivamente de Carlos Saúl Menem, que para mí es el padre del kirchnerismo, que él va a hacer lo mismo que Menem, o algo parecido, es más, está con Roque Fernández, está con Carlos Rodríguez. La dolarización, hay que recordar que después de la crisis del sudeste asiático del 97, Rusia, 98. Menem la presenta como dolarización sin juicio de valor mío al respecto. El problema es que Javier quiere ir en contra, no es como Menem, que hizo lo que estaba de moda en el mundo aquel momento. Javier, y los que lo votan, pretenden que el policy maker argentino vaya a contramano del mundo. Todo el mundo tiene la película promedio de mediano y largo plazo, cada vez más Estado, todo el mundo tiene cada vez más gasto público. Todo el mundo tiene déficit fiscal creciente. Todo el mundo tiene cada vez más masa monetaria sin respaldo. Todo el mundo tiene cada vez más deudas. Y si usted se fija, Javier y su equipo prometen ir exactamente en el sentido contrario. Y realmente creo que la sociedad vota a Javier, porque es simplemente el vehículo. Ojo, es mérito de él haberse transformado en ese vehículo. Pero Javier es el vehículo que supo captar el hastío de la gente con Juntos por el Cambio, y que es peor que con el kirchnerismo, porque Juntos por el Cambio vino a cambiar el kirchnerismo, y no lo cambió nada cuando tuvo su oportunidad y tampoco aprendió nada. El kirchnerismo es el kirchnerismo, también la gente se hartó del kirchnerismo. Javier capta eso, y él piensa que hay una revolución de la libertad. No hay ninguna revolución de la libertad, hay simplemente hastío. He leído encuestas que cuando se le pregunta por reformas estructurales a la gente, el 70% está en contra de la dolarización, el 70% está en contra de la educación privada, el 70% está en contra de los vouchers, el 70% está en contra de la libre portación de armas. Entonces, la gente no va a avalar ninguna reforma estructural profunda en el sentido de la libertad, porque simplemente está hastiada, lo vota a él, pero todavía está a años luz de tener la cosmovisión liberal. 

—¿No se podrá convertir en un conservador e ir transmutando, volviendo a ser completamente el que era, y finalmente no ser disruptivo ni llevar adelante ninguna de todas las ideas de la escuela austríaca, por ejemplo?

— Lo que estoy viendo ahora, pensando en un futuro gobierno de Javier, empecemos por sus socios internacionales, Jair Bolsonaro, Vox, eso es todo conservadurismo rancio de derecha que quiere hacer lo mismo que el conservadurismo rancio de extrema izquierda. Quieren utilizar el Estado para su propio beneficio y utilizar el Estado para imponerles por la fuerza a todos los demás lo que ellos piensan que está bien. El liberalismo siglo XXI no quiere ni Estado, no quiere ni asociación inmoral prebendaria del poder concentrado con el Estado. 

—Voy a ser provocador, ¿finalmente la verdadera izquierda es el liberalismo del siglo XXI? 

—No, no, porque esa es exactamente al revés, es buenísima la pregunta. 

—Pero en 360 grados volvés al mismo lugar. 

—Si la gente de izquierda entendiera y dejara de lado sus grandes errores, que son no comprender que la propiedad privada no es una construcción social, sino que es la esencia del ser humano, dejara de equivocarse y pensar que el mercado no es una construcción del poder económico, sino que el libremercado es la cooperación y asociación libre de los individuos. Si entendiera esas dos cosas, la izquierda entendería... 

—La izquierda sería liberal radical.

—Sería liberal radical, exactamente. Es más, porque la anarquía y usted lo citó, estaba la anarquía de Proudhon y la anarquía del libremercado de propiedad privada. La anarquía de Proudhon, por qué fracasa y se transforma en el conservadurismo de izquierda estatista, porque no tiene mecanismo de organización. Al no haber mercado y no haber propiedad privada, necesita el garrote para organizar.

—”Accordato termini”, vamos a definir izquierda como oposición al conservadurismo. En ese sentido, la izquierda no se define por la existencia o no de propiedad privada. Si uno define a la izquierda como lo contrario al conservadurismo y lo contrario al elitismo, el liberalismo del siglo XXI, el liberalismo radical, es la izquierda. 

—Utilizando sus palabras, la izquierda versus el elitismo conservador son dos caras de la misma moneda que se retroalimentan. 

—Una sería la izquierda conservadora, mientras que el anarquismo sería la izquierda no conservadora.

—Ahí voy. ¿Cuál es el problema del anarquismo? Y esto es interesante, que es miope intelectualmente el anarquismo de izquierda. Y está equivocado intelectualmente porque quiere eliminar el Estado. Pero para eliminar el Estado necesitás mecanismos de ordenamiento social que no sean violentos. Y como no cree, equivocadamente porque no entiende lo que es la propiedad privada ni el mercado, se queda sin mecanismo de organización social y tiene que recurrir al garrote del Estado conservador. En cambio, la única manera de eliminar al Estado es con propiedad privada y libremercado, sin asociación prebendaria con el poder concentrado económico. 

—Estuve leyendo el último informe del semanario económico de tu consultora Economía al cuadrado. Si Milei va en contra de la tendencia mundial, que es más Estado, más déficit fiscal, más gasto público, más emisión sin respaldo, y si Patricia Bullrich parecería tener algunos puntos en común con Milei. Finalmente, el más empático con la época terminaría siendo, paradójicamente, ¿Massa? Siguiendo tu razonamiento, el que sigue más la tendencia mundial, el que es más el Menem de tercera década, no es Milei, aunque se deje las patillas, sino Massa. 

—Su razonamiento creo que es correcto. Y los que pretenden ser Milei, cuando acceden al poder como Donald Trump, o Bolsonaro son conservadores que no achican el Estado, no van al libre mercado y después le vuelven a servir el triunfo a la izquierda, esta Lula, está Biden. Entonces, realmente pensando en un gobierno, así como están las cosas y teniendo en cuenta toda la formación política institucional detrás de él, yo no soy nada auspicioso con un futuro gobierno de Javier, en términos de resultados manteni bles en el largo plazo. O sea, la revolución de la libertad que quiere vender no va a existir. 

 

Producción: Melody Acosta Rizza y Sol Bacigalupo.