Mucho se habló del crimen de Fernando Báez Sosa (18), asesinado por una patota de rugbiers a la salida del boliche Le Brique de Villa Gesell, pero poco se mencionó acerca de su vida, sus pasiones y su rutina, por lo que este diario habló con algunos de sus familiares para trazar un perfil.
Su primo Armando Núñez contó que “era súperfamiliero. Desde chico siempre fue muy inquieto, en el buen sentido. Siempre estaba con ganas de jugar, de saber todo. Curioso, era de hablar mucho”. Todavía conmovido, mencionó que “muchas veces venía a mi casa a pasar las Fiestas. Quería mucho a mi mamá –su tía– y era muy bueno conmigo y con mi hermana”.
Video | El momento en el que los rugbiers festejaron la golpiza a Fernando Báez Sosa
Acerca de sus gustos, indicó que adoraba “jugar a la Play” y que también disfrutaba de “la pileta y los deportes. Jugaba mucho a la pelota y probó con básquet. Incluso pensó en ser profesor de Educación Física, aunque al final eligió la carrera de Derecho”. Otro aspecto que habla de la personalidad que tenía Fernando es que “le encantaban los animales; nunca pudo tener uno porque el departamento donde vivía (su padre es encargado de un edificio de Recoleta) es muy pequeño”.
En diálogo con PERFIL, su tía Marta Báez señaló que “era una persona buena, amorosa, caritativa. Un buen hijo y sobrino; estudioso. Solía irse de vacaciones con sus padres a Paraguay –de donde sus progenitores son oriundos– pero esta vez se fue con amigos a Gesell”. Añadió que “le encantaba ir a bailar y era muy familiero”. Quebrada, la mujer no sale del estupor y jura: “Pasan los días y me cuesta más aceptar que no está. Pido Justicia y que los responsables paguen”.
“Sus padres siempre lo cuidaron, fue muy deseado por ellos y les costó tenerlo, así que lo protegían mucho. El los amaba”, recuerda Armando y agrega: “Nosotros tenemos familia en Paraguay y cuando era más chico Fer viajaba siempre para allá. Le encantaba ir. En Carapegua hablan mucho en guaraní y él siempre trató de entender. La familia siempre lo venía a visitar, porque lo querían y lo extrañaban, y él los atendía de la mejor manera y les mostraba lo que conocía de Buenos Aires”.
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Fanático de Los Simpson, Futurama, ShowMatch, la animación South Park, la serie The Walking Dead y de las películas de comedia y terror, además de los programas de boxeo, Fernando “era muy estudioso. Incluso fue becado en el Colegio Marianista, donde egresó y siempre fue un excelente alumno. Se anotaba en las tareas extracurriculares, y más si era para ayudar a otros. Así era: solidario, aún no teniendo mucho”.
Armando no duda es aseverar que “tenía amigos por todos lados porque era muy sociable. Algunos lo consideraban un líder, porque lo seguían”.
A punto de arrancar junto a su novia Julieta Rossi la carrera de Derecho, en 2019 había hecho el CBC en el barrio porteño de Núñez. “Quería estudiar, recibirse y que sus padres estén orgullosos de él. En un año aprobó todo y estaba listo para empezar la facultad”.
Contó que a Julieta “se la presentó una amiga en común y si bien salían desde el 2018 se pusieron de novios mucho después”. De hecho, lo asesinaron un día antes de que cumplieran el primer año juntos. “Iba a bailar y también a recitales, aunque no tanto”, dijo Armando, y agregó que “no tomaba ni fumaba; era muy sano”.
Los whatsapp de sus amigos durante la pelea
En el segundo cuerpo del expediente de la investigación del crimen de Fernando aparecen los mensajes que intercambiaron su grupo de amigos, durante el ataque que le quitaría la vida.
Los mensajes, dentro de un grupo llamado “Gesellardo”, se iniciaron a las 4.30, con el siguiente texto escrito por uno de los chicos: “Salimos porque lo sacaron a Fer”, en alusión a que los patovicas acababan de echarlo de Le Brique. “Nooo… ¿qué?” pregunta otro y la respuesta fue: “Capo. Hay alto quilombo”.
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“Juanma, ¿dónde estás? Salgan todos. Los que quedan”, continúa activo el chat, en un intento de reunir a todo el grupo, que había quedado dividido en distintos sectores del boliche. “Con Cora nos quedamos”, menciona un amigo de Báez Sosa, a lo que le contestan, en mayúscula: “Salgan que está Fer inconsciente”. A continuación, uno pide la “ubicación” exacta para localizar a los miembros intervinientes que solicitaban ayuda y el sitio donde estaba el herido, y consulta: “¿Qué parte de afuera?”. Otro, ahí, redactó: “Voy”.
Una de las partes más fuertes llegaría de inmediato, cuando uno de los muchachos escribe: “¿Dónde están?” y le responden: “Nos están cagando a piñas”. El amigo de Fernando al que también le pegaron pone: “Me duelen”, y luego agrega: “Nos durmieron”. Creyendo que era una broma, uno de los integrantes tipeó: “Jajaja callate”, a lo que le replicaron: “En serio estúpido”.