Era una madrugada tranquila, en los pasillos de la Villa del Bajo Flores, situada cerca de la cancha de San Lorenzo. Pero los que no dormían eran los "satélites". Se trata de unos tres a cinco menores de edad que se ubican en lugares estratégicos del asentamiento para custodiar desde las alturas quién ingresa y egresa de allí. No siempre son los mismos, van rotando para no ser identificados ni atrapados por la policía. Generalmente se pasan la noche observando y ante cada movimiento extraño tienen la obligación de alertar a sus jefes. "En la mayoría de los casos hacen este trabajo a cambio de algo de droga y se ubican en los accesos a la villa", contaron a PERFIL fuentes del caso.
Antes de las cinco de la mañana de ayer las fuerzas de seguridad ingresaron en 1-11-14, para desbaratar una poderosa banda narco de una familia de paraguayos que comercializa cocaína y paco. Secuestraron armas, autos de alta gama, explosivos, droga, y hasta dos chalecos antibalas y una chapa de la Policía Federal.
En las propiedades allanadas se secuestraron 200 kilos de marihuana, 800 gramos de cocaína y dos kilos de paco para armar 14 mil dosis. Un Audi A4 y un Toyota Corolla, valuados en más de 400 mil pesos y más de 200 mil pesos, respectivamente. Además, encontraron más de treinta armas entre cortas y largas (9 mm, ametralladoras, pistolas, FAL), dos granadas, chalecos antibalas y una credencial de la Policía Federal y un chaleco de la Policía Bonaerense.
Pero los satélites hicieron bien su tarea. En los allanamientos detuvieron a tres personas, pero otros cinco pudieron escapar, por lo que ahora son intensamente buscados.
Cuando personal de la Policía Federal Argentina y de Gendarmería Nacional rodeó la manzana 26, los cabecillas de la banda narco investigada ya no estaban.
Dos de los tres detenidos “aguantaban” en el depósito de droga y el otro era el encargado de “suministrar y hacer desaparecer” las armas de la banda.
De los que lograron escapar por los techos y pasillos de la villa dos están señalados como los presuntos líderes de la organización. A los otros tres se les adjudica el rol de testaferros de la banda criminal. Todos serían de nacionalidad paraguaya y tendrían parentesco entre ellos. Por eso los investigadores hablan de un clan familiar narco, aunque no trascendió el vínculo concreto entre los miembros.
“Cuando las fuerzas de seguridad estaban próximas al lugar, los satélites alertaron a los miembros de la banda y éstos huyeron. Por eso no los encontraron en las propiedades allanadas y ahora se ordenó su captura”, describió a este diario una fuente que intervino en la causa.
El procedimiento, que consistió en 15 allanamientos simultáneos (12 de los cuales los realizó Gendarmería Nacional y tres la Policía Federal), fue ordenado por el juez Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 12, Sergio Torres. Buscaban desbaratar una banda que “hacía muchos años” comercializaba estupefacientes en la zona, informaron a PERFIL fuentes de la causa. “Esta es la tercera etapa en este operativo que empezó hace unos dos años y por lo que ya hay diez detenidos. Empezamos con las escalas más bajas de la organización hasta llegar a los líderes. Pero ahora tenemos mucho material para analizar y desentrañar el entramado de esta banda”, confiaron.
En el megaoperativo trabajaron gendarmes de la Unidad Especial de Investigaciones y Procedimientos Judiciales “Cinturón Sur”, con el apoyo de efectivos del Destacamento Móvil 1 y 6, de la sección Aviación de Campo de Mayo, de la División Canes, y policías de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA.