Sciolistas, massistas, kirchneristas, y macristas, coincidirán el próximo sábado en el casamiento del diputado Martín Insaurralde y la modelo Jésica Cirio. Esta variedad de dirigentes y la demorada oficialización del pase al Frente Renovador del protagonista de la boda terminó por empujar una organización atípica de la fiesta, que dejó la lista de invitados en el centro de las discusiones políticas.
En principio, la distribución de los comensales políticos les trajo demasiada dificultad a los novios, y por ello, optaron por situar mesas largas y pequeños juegos de living sin personalizar la ubicación de los asistentes. Así, los dirigentes que lleguen al casamiento el 8 de noviembre podrán ubicarse donde se sientan más cómodos, esquivando a sus contrincantes políticos.
Las miradas en la carpa instalada en La Manea Polo Club de Ezeiza estarán puestas en el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el diputado nacional del Frente Renovador, Sergio Massa. El primero confirmó su presencia, mientras que el tigrense juega con la incógnita, aunque en su entorno creen que terminará yendo. Si decide asistir, el diputado deberá regresar el 7 por la noche de México y volver a volar el día 9, ya que al otro día debería asistir al Congreso Judío Mundial, en Nueva York, Estados Unidos.
Del sciolismo están invitados el ministro de Seguridad, Alejandro Granados; el presidente del Instituto de Previsión Social, Mariano Cascallares; y el titular del organismo para el Desarrollo Sustentable, Hugo Bilbao.
Scioli hubiese preferido llegar al casamiento con la certeza de que Insaurralde permanecerá en el Frente para la Victoria. Sin embargo, en las últimas semanas, sus funcionarios encargados de convencer al diputado de no dar el salto, sólo cosecharon críticas al oficialismo.
Del otro lado, además de Massa, están invitados sus hombres de confianza: el intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, y el jefe de campaña, Juan José Alvarez. La fiesta de casamiento tapará algunas caras molestas en el Frente Renovador, desde donde hubiesen preferido que la oficialización del pase de Insaurralde no se estire tanto en el tiempo y se haga semanas posteriores al acuerdo que selló con Massa en julio, tal como publicó PERFIL. También critican al hombre de Lomas de Zamora por el exceso de farandulización que tuvo en los últimos meses.
La relación de Insaurralde con su bloque en la Cámara de Diputados de la Nación no es la mejor. Incluso, muchos legisladores no dudaron en reprocharle públicamente el juego que mantiene en torno a su pertenencia política. Por ello, la única invitada es la jefa del bloque oficialista, Juliana Di Tullio. Ambos dirigentes encabezaron el año pasado la lista del Frente para la Victoria, elección que perdieron contra Massa, y compartieron jornadas de campaña.
Aunque también suspendió el diálogo con varios intendentes bonaerenses, Insaurralde mantiene el vínculo con algunos de ellos que están en la lista de asistentes, uno es su amigo y testigo del noviazgo con Cirio desde un principio, Juan Pablo de Jesús (Partido de la Costa). También figuran entre los comensales los jefes comunales, Darío Díaz Pérez (Lanús), Julio Pereyra (Florencio Varela), Fernando Gray (Esteban Echeverría) y Pablo Bruera (La Plata).
El PRO, la fuerza liderada por Mauricio Macri también tendrá representación en la boda. Quien fue invitado es el senador, Diego Santilli, junto a su novia, la ex modelo, Analía Maiorana. Ambos le devolverán la gentileza con la invitación a su casamiento, el 29 de noviembre.
Insaurralde pasará su fiesta de casamiento rodeado de políticos de distintas fuerzas sin aún oficializar su candidatura a gobernador bonaerense por el Frente Renovador. Luego llegará el momento de anunciar su apoyo a la candidatura de Sergio Massa. Para ello, tal como ya contó este diario, abandonaría la banca del Frente para la Victoria, para volver a ocupar la intendencia de Lomas de Zamora, y desde allí, lanzar su campaña para suceder a Scioli.