En vísperas de Navidad, la noche puede parecer más larga y la celda un poco más oscura. Son fechas sensibles en las cárceles, sobre todo para los presos primarios y los que nunca imaginaron atravesar una situación así. En Ezeiza o Marcos Paz, donde actualmente están alojados los ex funcionarios kirchneristas, sindicalistas y empresarios beneficiados por el gobierno anterior, no hay mucho ánimo para el festejo.
El ex vicepresidente Amado Boudou; el ex secretario de Legal y Técnica de Néstor y Cristina, Carlos Zannini; el ex sindicalista Juan Pablo “Pata” Medina, el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, y los empresarios Cristóbal López y Lázaro Báez, entre otros, pasarán estas fiestas en el Complejo Penitenciario Federal (CPF) Nº 1 de Ezeiza. Por su lado, el ex ministro Julio De Vido; el dirigente Luis D’Elía y el ex líder de Quebracho Fernando Esteche brindarán en el CPF Nº 2 de Marcos Paz.
La Nochebuena en estas unidades no es noche, sino día, y arranca bien temprano: 7.30 de la mañana. A esa hora se abren las puertas para que ingresen familiares y amigos de los internos (siete como máximo por día). Es una jornada especial y mucho más larga porque se amplía el horario de visita. En lugar de quedarse hasta las 14 (como el resto del año) los visitantes permanecen hasta las 18, cuando arranca el recuento y los detenidos tienen que regresar a su módulo. A la medianoche, durante el tradicional brindis navideño, los ex funcionarios estarán solos en sus respectivos calabozos porque entre las 22 y las 7 no pueden permanecer en el espacio común que hay en el pabellón.
“Las fiestas son muy sensibles en el contexto de encierro y crecen mucho las consultas de abordaje psicosocial. Hay más casos de depresión e intentos de suicidio porque es el momento donde más se siente la privación de la libertad. Por eso se alarga el tiempo de la visita, por la contención que se hace a los internos. Es un momento del año muy particular”, explica a PERFIL un vocero de la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios.
Según las fuentes, los presos K que están alojados en Ezeiza almorzarán con sus familiares en el Salón de Usos Múltiples (SUM) del Módulo Nº 6, que tiene capacidad para alojar a 56 internos. Los que se encuentran en Marcos Paz lo harán en el Módulo Nº 5 (Luis D’Elía y Fernando Esteche fueron enviados a otro sector de la unidad).
Ambos sectores de estas unidades fueron acondicionados exclusivamente bajo el Sistema de Intervención para la Reducción de Indices de Corruptibilidad. Se los monitorea por cámaras las 24 horas y todo lo que hacen queda registrado.
Noche de paz. Para estas fechas, el SUM muestra una decoración navideña con arbolitos y guirnaldas. Las visitas pueden llevar alimentos típicos como turrón, confites o garrapiñadas con algunas salvedades: no se permite el ingreso de bebidas alcohólicas (tampoco sidra sin alcohol) ni gaseosas cola, y el pan dulce no debe contener frutas secas (porque al fermentarse se puede hacer una bebida alcohólica casera, conocida en la jerga carcelaria como “pajarito”).
La comida es optativa: pueden consumir los comestibles que ingresan sus familiares o la vianda de la empresa gastronómica contratada por el Ministerio de Justicia. El menú de Nochebuena en Ezeiza es pollo y chorizo al horno con un acompañamiento de ensalada rusa, y helado de postre. En Marcos Paz, asado con chorizo y ensalada de lechuga, y torta de postre (bizcochuelo relleno de dulce de leche y bañado en chocolate).
Para el 25, el menú previsto para el almuerzo es suprema a la napolitana, ensalada mixta y fruta (Ezeiza), y carré de cerdo con papas al perejil, y pastafrola de postre (Marcos Paz). Ese día no podrán recibir visitas. Como en la cena de Nochebuena solo podrán brindar (con gaseosa, jugo o agua) con sus compañeros de pabellón. Boudou, con el narco colombiano Mario Lara Guerra –detenido en el marco de la causa conocida como Narcoarroz, que investiga el envío de cocaína a Europa–, y siete detenidos más; y Carlos Zannini con Mario Segovia, el Rey de la efedrina.