En el comienzo de un año electoral que puede definir el futuro político del kichnerismo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo un "repliegue táctico": abandonó la Casa Rosada como sede oficial de gobierno y ahora tiene su centro de operaciones en la quinta de Olivos.
En los últimos dos meses, la primera mandataria apenas tuvo cinco días de actividad oficial en Balcarce 50. Desde el inicio de su gestión hasta el fin del conflicto con el campo, dio la mayoría de sus discursos desde allí. El último en la Rosada fue el 2 de septiembre de 2008, cuando anunció el pago de la deuda con el Club de París, ahora suspendido.
Ya lo advirtió el mes pasado Perfil.com: en diciembre la Presidenta apenas pasó una sola vez por la Casa Rosada. En enero, la cirfra aumentó, aunque no muy significativamente. Sin embargo, sólo en la última semana, Cristina usó el quincho de la quinta presidencial de Olivos en cuatro aportunidades para pronuniciar cada uno de los seis anuncios que hizo en el primer mes del año.
Enero, un mes particular. El 6 de enero inauguró la temporada 2009 en Olivos, cuando anunció la recaudación del año pasado. El jueves 8, Cristina Fernández de Kirchner sufrió una descompensación que la obligó a suspender varias de sus actividades de esa semana. Recién retomó su actividad el 14 de enero, y en su primera aparición pública anunció medidas para el sector agropecuario y habló sobre su salud. También desde la Quinta, al día siguiente, inauguró obras en Berazategui. Cinco días más tarde, llegó a Cuba para visitar a Fidel Castro, y el 21 del mismo mes visitó Venezuela para firmar un acuerdo con Hugo Chávez. Volvió a Argentina el viernes 23.
La semana pasada, la Presidenta anunció obras públicas para las provincias, lanzó el canje de electrodomésticos e informó sobre la negociación de la deuda. Todo, desde el ya famoso quincho de la quinta de Olivos.
Y mientras tanto, en la Casa Rosada... A principios de mes, Cristina mandó a reformar las oficinas del "área presidencial" del edificio y varios días después, el domingo 25, un incendio destruyó un sector de la casa de gobierno que contenía archivos. Estos dos hechos podrían responder a la decisión presidencial de mudar las oficinas por un tiempo a la residencia familiar.
Sin embargo, podría existe además una razón política: en Olivos, Cristina está cada vez más cerca de su marido, que también se instaló en Olivos para recibir a gobernadores e intendentes con vistas a las elecciones legislativas de octubre. Desde que dejó la presidencia, Néstor Kirchner puso sus oficinas primero en un lujoso edificio de Puerto Madero, y pasó un tiempo en Matheu 130, en el barrio porteño de Once, como presidente del PJ.
La asistencia imperfecta de Cristina a la Casa Rosada no es un dato menor. Es la primera vez que la quinta de Olivos pasa al primer plano desde la llegada del kichnerismo. Durante el mandato de Néstor, y hasta mediados de 2008, el matrimonio presidencial había elegido mantener la intimidad de la familia. Ahora parece que el destino político del país se decidirá dentro de esas cuatro paredes de ladrillos rojos.