El año 2023 volverá a encontrar a Cristina y a Máximo Kirchner en una boleta electoral. Después del intento de asesinato a la vicepresidenta, la campaña no será igual. La titular del Senado estuvo atenta a los pocos actos a los que asistió el diputado después del ataque y se muestra preocupada por cómo serán las recorridas y charlas que dará su hijo en plena pelea electoral. Ella puede hablar ante auditorios cuidados y ya sin saludar a la militancia que siempre la acompañó con la instalación de pantallas y un escenario en la calle en el que saludaba al finalizar los eventos de los que participó.
Serán candidatos y defenderán el espacio que representan dentro del Frente de Todos. Ganen o pierdan, el apellido Kirchner está dispuesto a demostrar que siguen siendo los socios mayoritarios del Frente de Todos y que aportarán la mayor cantidad de votos. Desde el entorno de la vicepresidenta hablan de la necesidad de reivindicar el espacio después del gobierno que hasta acá no pudo cumplir con las demandas básicas del votante peronista. Aunque en los discursos se muestran distantes y con críticas al gobierno de Mauricio Macri, el kirchnerismo no se puede despegar no solo de ser parte de este gobierno, sino también de haber elegido al candidato a presidente que después fue elegido en primera vuelta.
La gran incógnita es qué lugar de la boleta ocupará Cristina Kirchner. La que quizás es la norma más básica de las matemáticas en política no funciona. En el juego de las candidaturas, el orden de los factores sí altera el producto y esto entendió Cristina Kirchner cuando eligió a Alberto Fernández para encabezar la fórmula presidencial. La necesidad de ganar las elecciones de 2019 hizo que la vicepresidenta resignara el primer lugar y vaya de vice.
Esta vez, el votante duro del kirchnerismo no parece dispuesto a acompañar a otro candidato: quieren a Cristina Kirchner para la presidencia. ¿La vicepresidenta oirá a ese núcleo que la acompaña o volverá a pensar en otro dirigente para que compita aunque ya ese nombre no le garantice el triunfo? Parece demasiado lejano el escenario electoral para responder esta pregunta, sobre todo, si el oficialismo avanza con la suspensión de las PASO o con un proyecto para acortar el calendario electoral. La única certeza es que la vicepresidenta será parte de la contienda, al igual que Máximo Kirchner, quien buscará permanecer en el Congreso.
El liderazgo de CFK altera a otros sectores de la interna que se ven perdiendo espacios en la discusión hacia 2023. La CGT y el Movimiento Evita ya hicieron pública esa disputa que llevarán al cierre de las listas en el que el kirchnerismo seguirá teniendo la lapicera. Incluso, los dirigentes sociales ya avisaron que están dispuestos a competir hasta territorialmente en La Matanza. No fue una buena elección si se trata de pelear contra Cristina Kirchner. La consultora Fixer realizó una encuesta online entre el 23 de septiembre y el 1° de octubre en este distrito. Arrojó que la dirigente con mejor imagen del oficialismo es la titular del Senado con el 48%, seguida por Sergio Massa con el 28%. El tercer lugar se lo lleva Máximo Kirchner (26%). Recién con el 25% aparece un dirigente de la oposición y se trata del diputado libertario Javier Milei.
Más allá de las disputas internas, esta semana Máximo Kirchner volvió a armar una mesa de discusión sobre la estrategia electoral. Aseguró que la elección se puede ganar si se controla la inflación y se acomoda la política. El orden político dependerá del propio kirchnerismo mientras que los precios son ahora responsabilidad del ministro de Economía, quien esta vez no tuvo ningún representante en la reunión. Tampoco llegó a La Plata ningún dirigente que cuide los intereses de Alberto Fernández. Estuvieron presentes dos ministros nacionales, Jorge Ferraresi y Gabriel Katopodis, pero no llegaron allí en representación del Ejecutivo. El titular de Hábitat volverá a ocupar la intendencia de Avellaneda, en donde en 2023 se volverá a presentar como candidato. En cambio, Katopodis seguirá en el gobierno hasta diciembre del año próximo, pero en esta cumbre, habló como dirigente territorial. Cristina Kirchner por ahora se muestra ajena y deja a su hijo armar. Este sábado volvió a las redes para recomendar una nota sobre la derecha y el intento de asesinato que sufrió. “Responsabilidades evidentes y silencios cómplices” escribió.