Hugo Moyano tomó vino y Mauricio Macri, Coca light. El asado fue distendido, aunque hubo quejas por el déficit de chorizos bombón. La entraña fue el furor de los comensales. Sentados en una mesa amplia, charlaron por más de tres horas dos actores importantes de peso de la política: Mauricio Macri y Hugo Moyano.
Si bien no es la primera vez que se reúnen, varias fuentes coincidieron en que el asado de hace dos semanas fue el “mejor encuentro”: el motivo central no fue ni el negocio de la basura (ver aparte) ni una disputa política concreta. “Fue una reunión para aflojarlos”, confió uno de los comensales del encuentro, en el que abundaron las ensaladas, el vino (tinto y blanco) y algunas gaseosas light.
En materia política, coincidieron en una descripción muy cruda del kirchnerismo. El camionero le aseguró a Macri que se quedará del lado de la oposición, y el líder del PRO le expresó lo que siempre repite: que el Gobierno nacional va por todo y que hay que frenarlo de alguna forma. No hablaron de listas para las elecciones legislativas, aunque en el macrismo dejaron trascender que a Moyano le gusta la idea de que Macri sume al ex ministro de economía Roberto Lavagna como candidato a senador.
El economista tiene un vínculo fluido con el camionero, que aprovechó el ágape para negar diferencias con su hijo Facundo, titular del Sindicato del Peaje, que desde hace tiempo coquetea con el intendente de Tigre, Sergio Massa, en una posible alianza electoral.
Moyano, para sorpresa de los macristas, también ratificó que anhela ser candidato y construir su propio partido político, aunque es consciente de que mide mal en las encuentas.
El fútbol fue uno de los temas centrales: Macri se burló en varias oportunidades del camionero por la situación de Independiente, que está complicado en el descenso y puede irse a la B. “El 90 por ciento de la charla fue sobre fútbol”, minimiza una de las fuentes. “Mauricio y Hugo se ganaron la reunión, estaban verborrágicos”, agrega, escueto, otro de los invitados que disfrutaron de la entraña.
Moyano y Macri lideraron el encuentro en el que participaron el diputado nacional Omar Plaini, del sindicato de canillitas, compañero de banca de Facundo, que permaneció bastante callado, aunque charló con el secretario general del Gobierno porteño, Marcos Peña, a quien conoce desde hace años. Del lado del PRO también estaban Emilio Monzó, ministro de Gobierno, y el ministro de Espacio Público, Diego Santilli.
PERFIL había revelado que el año pasado se reunieron en secreto en la casa de Franco Macri, en Barrio Parque, para negociar el millonario contrato de la basura.
El asado secreto quizás explique el llamativo acercamiento de Moyano hacia el PRO esta semana, en la que el líder camionero reconoció públicamente que Macri tiene más responsabilidad por los trabajadores que el Gobierno nacional.
Los residuos, un tema que los une
La relación entre Macri y Moyano tiene un denominador común: el millonario contrato de recolección de residuos.
El Gobierno porteño avanza con los pliegos de una nueva licitación por diez años, que será lanzada en mayo y costará unos 3 mil millones cada 24 meses.
Covelia, la empresa favorita de Moyano, podría presentarse para quedarse con alguna de las seis zonas en las que se dividirá el servicio.
Entre otras cuestiones, el nuevo contrato propone colocar contenedores en toda la comuna, incorporar a las villas al servicio de recolección y aumentar a siete días el servicio de limpieza.
La asado secreto entre ambos dirigentes es vital para el avance de la licitación porque el peso de los salarios de los empleados de recolección (que responden a Camioneros) es determinante en el nuevo contrato.
Si Macri no llega a un acuerdo con Moyano, el Gobierno porteño no podrá absorber el costo final del servicio.