No hubo matices ni en los discursos ni en el merchandising que se vieron durante toda la tarde entre los militantes kirchneristas. Arriba y abajo del escenario pedían por “Cristina Presidenta”. También se leía esta consigna en las remeras, banderas, carteles y pines. Todos cantaban, salvo uno: Máximo Kirchner, quien mantiene las formas ante el operativo clamor que se largó ayer para lograr la postulación de Cristina Kirchner pero avaló el movimiento con su presencia.
Con una temperatura récord que se hizo sentir en el predio de Avellaneda de la Universidad Tecnológica Nacional, el encargado de abrir el plenario “Luche y vuelve, Cristina 2023” fue el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque. Además de ponerse al frente de “romper la proscripción” ante la condena a la vicepresidenta, el dirigente se convirtió en los últimos meses en la voz más crítica de la gestión de Alberto Fernández. Ayer, ese rol lo tuvo Máximo.
“Si el pueblo quiere Cristina, va a ser Cristina”, lanzó Kicillof en su extenso mensaje
“Necesitamos a la militancia unida y organizada para realizar el milagro que necesita el pueblo argentino que es tener a Cristina en el lugar que corresponde. Esa es la esperanza”, remarcó el funcionario bonaerense. Lo acompañaba el intendente de Ensenada, Mario Secco. “Todos con Cristina, lo demás no importa. A organizarnos y a luchar”, arengó el jefe comunal a los cientos de militantes.
El operativo contra la proscripción comenzó a tomar forma a fines del año pasado en las reuniones de lo que más tarde se bautizó como la “mesa Ensenada”. Con Secco de anfitrión, el núcleo duro kirchnerista sistematizó encuentros cada 15 días para evaluar una estrategia electoral. Este grupo que lo conforman Máximo Kirchner; Andrés “Cuervo” Larroque; y otros jefes comunales además del ensenadense como Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Pablo Zurro (Pehuajó), recibió la visita de la vicepresidenta. Fue en este encuentro cerrado en donde lanzó por primera vez la frase que más tarde se replicó en público: “tomen el bastón de mariscal, militen, hagan política y salgan a la cancha para defender el proyecto nacional y popular”.
El mensaje fue traducido como una necesidad de salir a la calle y, meses después, entienden que esa militancia tiene que ser por la vicepresidenta. También entienden que es ella la única que los representa en una boleta electoral. A la espera de una definición de la titular del Senado, sus dirigentes solo piden por una postulación de su líder.
El plan B que circula no había llegado a enamorar a los propios cuando ya quiso hablarle a otro electorado. La foto del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro sonriendo con los directivos de Clarín (a quien la propia CFK llama “mafia” y los carteles de en Avellaneda así lo recordaron) hace aún más difícil el traslado de los votos de la vice hacia quien aspira a ser el candidato del espacio. Por eso, hay dirigentes que se animan a competirle en una interna y aseguran poder ganarle.
Sobre el cierre, Ferraresi dijo que “es necesario que el próximo gobierno tenga a alguien que sea capaz de dar la pelea de la distribución de la riqueza, plantarse al FMI y renegociar la deuda impagable, la única que puede concretar lo de la presidencia es Cristina Kirchner”.
“No se puede hacer peronismo sin Cristina”, lanzó Axel Kicillof, quien acusó al “partido judicial” y a la oposición “inventar un fallo, una condena, miles de causas pero no pueden evitarlo CFK es la dirigente que nuestro pueblo quiere. Por eso, porque ya no les alcanza con mentir ahora dieron un paso más, el de la proscripción”.
“Ya no sé qué más debería hacer”, dijo Cristina Kirchner sobre su papel dentro del Frente de Todos
“A Cristina no se la va a poder proscribir porque este pueblo la va a bancar”. Y terminó: “Si el pueblo quiere a Cristina va a ser Cristina”.
Las palabras finales fueron las de Máximo Kirchner. “Nos debemos un debate sobre cuáles compromisos que pudimos asumir y cumplir y cuáles tenemos pendientes”, comenzó su discurso. “El endeudamiento con el FMI hoy pone a nuestro país como si fuera un auto con una botellita encima como si estuviera de remate. Nuestro país no puede estar de remate. Nuestra dirigencia argentina se tiene que poner de pie y animarse a dar una pelea. No dos o tres, una”, en un mensaje también a la gestión de Alberto Fernández, contra quien volvió a cargar duro.
“Las condiciones que nos están imponiendo que hacen que Sergio Massa y Fernanda Raverta peleen por la moratoria y todavía no ha sido promulgada por nuestro gobierno diez días después. Nunca le mentimos cuando le dijimos a qué venía el Fondo Monetario”, dijo al pedir cambiar las condiciones del organismo internacional.
Máximo no pidió por Cristina Presidenta, al igual que no lo hace en privado. En un mensaje al Presidente dijo que deje el egoísmo de lado y ponga la estrategia electoral en manos de quien armó el triunfo en 2019. Es decir: quiere que la lapicera sea de CFK.
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El kirchnerismo completo dijo presente. Toda la dirigencia bonaerense pidió por CFK, al igual que los hombres más cercanos a la vice como Carlos Zannini y Oscar Parrilli.
¿Y los otros? Por ahora, este pedido no se tradujo en un clamor de todos los sectores del peronismo que miran con desconfianza los movimientos del kirchnerismo. Hay dirigentes que creen que la vicepresidenta no se presentará y este operativo se trata de posicionarse en la discusión interna para tener el control de la lapicera al momento de definir las listas.
“No están inventando nada nuevo, quieren hacer lo que hizo Perón con Cámpora. Levantan la bandera de la proscripción para llegado el momento no sólo incidir en las listas legislativas, sino también tener suficiente poder de designar el candidato a presidente. Si Cristina está proscripta sólo ella puede elegir a quien pueda terminar con esa proscripción. Según la mirada de La Cámpora nadie puede ser candidato salvo el que ella ponga”, evalúan muy cerca de Alberto Fernández, quien pretende llegar a la elección con varios candidatos anotados en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias.
El día del lanzamiento de la consigna “Luche y vuelve, Cristina 2023” no fue elegido al azar. Este sábado se cumplen cincuenta años del triunfo de Héctor Cámpora, que le permitió al peronismo terminar con 18 años de proscripción. ¿Cristina tendrá un candidato o será su propia presentación la que busque desafiar a la justicia? El jueves, desde Río Negro dio cuenta de su pragmatismo no sólo para gobernar, asegurando que al Fondo Monetario Internacional se le tiene que pagar revisando el acuerdo, sino también para ganar elecciones. No lo mencionó, pero al asegurar “ya no sé qué más debería hacer” se refería, además, a la fórmula que armó en 2019 para llevar al Frente de Todos al triunfo.
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Esta vez, para su militancia, ese “qué más” que se pregunta la titular del Senado tiene que ver con su propia candidatura presidencial. “A Cristina le sobra el cuero”, decían los carteles que llevaron los trabajadores del Sindicato de Curtidores que responden al ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa. “Perón no viene porque no puede; permitiré que digan porque no quiere, pero en mi fuero íntimo diré porque no le da el cuero para venir”, había dicho el dictador Alejandro Lanusse en 1972 por la proscripción y el exilio del expresidente. Para el kirchnerismo, la historia se repite y espera que CFK se presente y gane.