Fabián Perroni, el nuevo jefe de la Bonaerense, no tuvo respiro. Tras asumir el miércoles en reemplazo de Pablo Bressi al frente de la fuerza, ayer salió a aclarar que “no” está “condenado en ninguna causa” y que fue “sobreseído” luego de ser acusado por apremios ilegales en 1992.
El hecho ocurrió cuando era oficial inspector y fue convocado a colaborar con la Comisaría 9a de La Plata –él trabajaba en la 1a–, para investigar a una banda que asaltaba carnicerías. En ese entonces, la Justicia dispuso un allanamiento en busca de uno de los sospechosos, pero sólo encontraron a dos personas, quienes fueron llevadas a la seccional, donde, según una denuncia, lo habrían sometido a supuestos malos tratos y tormentos físicos.
“Yo participé en uno de los allanamientos, pero nunca cometí ese hecho y delito. Fui totalmente desvinculado en la rueda de reconocimiento. No participé en el allanamiento de la denuncia, y quedé desvinculado totalmente”, señaló. En rigor, pasaron cinco años desde la denuncia hasta que la Justicia ordenó poner preso a Perroni. Allí estuvo cuatro días hasta que los detenidos no lo reconocieron como parte de los policías que los habían torturado. Según consta en su expediente en Asuntos Internos, eso implicó que, en ese momento, no le establecieran ninguna sanción disciplinaria.
“Quedé desvinculado totalmente y sobreseído en la causa penal”, dijo Perroni. “No tengo ninguna situación que me ligue con algún delito y apremio”, afirmó.
En diálogo con Radio Mitre, el nuevo jefe de la Bonaerense explicó: “Soy un hombre que siempre trabajé en la calle... Mi lucha fue siempre contra la delincuencia y nunca bajaré los brazos”.
Por otro lado, reveló que tuvo una “malísima relación” con el comisario Hugo Matzkin, quien fue el jefe de la Policía durante el gobierno de Daniel Scioli.
“No compartía de ninguna manera cómo se encaró la creación de los comandos de patrullas sacándoles recursos a las comisarías. No compartía los parámetros de la conducción”, dijo.
Y agregó: “La seguridad es un tema candente siempre, creo que hay mucha gente en la Policía que tiene elementos humanos que están preparadísimos para luchar contra el delito. Hay que conducirlos y marcarles el norte”. Y concluyó: “Hay que ser fuerte en la lucha tanto de la seguridad como contra la corrupción”.
Entre 2013 y 2015, Perroni transitó en la Departamental de Lanús y, tras más de un año fuera de la fuerza, fue convocado por Matzkin para la Coordinación de Policía de Luján en pleno caos por la muerte de un joven a sangre fría.
El 16 de diciembre de 2015 alcanzó la jerarquía de comisario general y asumió como subjefe de la Policía Bonaerense, y este año estuvo a cargo del Operativo Sol 2017.