La justicia española accedió a extraditar a la Argentina al oficial retirado de la Armada y piloto aéreo Julio Alberto Poch, que lleva cuatro meses detenido en Madrid, por su presunta participación en los denominados "Vuelos de la Muerte" durante la última dictadura.
El tribunal de la Audiencia Nacional, principal instancia penal española, acordó la extradición de Poch al considerar que "existen indicios" de que pudo haber participado en esos vuelos, en los que opositores al régimen eran arrojados al mar desde aviones, según consignó un cable de la agencia internacional AFP.
El propio ex teniente de fragata y piloto naval había consentido días pasados su extradición para ser juzgado en la Argentina con el objetivo, según dijo, de "poder defenderse" de las acusaciones que pesan en su contra "en un juicio justo".
Poch se quejó ante la Justicia española de que lleva "cuatro meses detenido injustamente" y se ha "arruinado" su carrera como piloto civil por unos hechos que se le imputan de los que, a su entender, "no existen pruebas".
"Me considero un detenido político", sostuvo en su declaración, y opinó que "lo más vergonzoso" ha sido la actuación del fiscal federal argentino Eduardo Taiano que, a su criterio, lo acusó "sin investigar los hechos".
Detenido el 22 de septiembre pasado al arribar a España pilotando un vuelo de la línea holandesa "Transavia", Poch está acusado por el juez federal argentino Sergio Torres, a cargo de la llamada "megacausa ESMA", que le imputa al piloto naval su presunta actuación como piloto de los "vuelos de la muerte" con que la Armada habría arrojado al mar a unos 4.500 guerrilleros y opositores que tenía secuestrados en la ESMA.
Poch (57) se especializó en el arma de aviación naval, donde llegó al grado de teniente de fragata, y se retiró el 1 de febrero de 1981. Se fue a vivir a Holanda con su esposa y tres hijos y obtuvo la doble nacionalidad argentina-holandesa.
Según sus compañeros en "Transavia", que lo delataron a la policía holandesa y dieron origen a la investigación judicial, Poch presumía en conversaciones con ellos de haber actuado en los "vuelos de la muerte" arrojando con vida al mar a quienes él consideraba como "terroristas de izquierda". Pero trataba de aliviar el asunto diciendo que las víctimas "eran previamente drogadas" con pentothal.
Fuente: DyN